El curioso caso de las sandalias que llevan todas las ‘celebrities’

Gigi Hadid y Kylie Jenner coincidieron con las mismas sandalias en la pasada edición de los American Music Awards. Jenna Dewan Tatum y la actriz Mary Elizabeth Winstead lucieron zapatos clónicos en una fiesta a mediados de octubre. Y una larga lista de nombres se suman al furor por el calzado del momento: Anne Hathaway, Solange Knowles, Cindy Crawford, Karolina Kurkova, Lily Aldridge, Eva Longoria, Michelle Monaghan o Ireland Baldwin han lucido en alguna ocasión (o en varias) el diseño ‘Frontline’ de Tamara Mellon.

No es la primera vez que los zapatos de Mellon se convierten en fetiche para actrices, cantantes y fashionistas de pro. La diseñadora fundó Jimmy Choo a finales de los noventa, cuando trabajaba como editora de accesorios en Vogue y se dio cuenta de que había hueco en el mercado del calzado de alta gama, y es una de las dos mujeres que aparecen en la famosa lista de millonarios que publica cada año el Sunday Times que no ha heredado su fortuna de un padre o un marido (la otra es J.K. Rowling). Desde que en 2011 dejara la casa que había creado junto a Choo para embarcarse un par de años después en la aventura de crear su marca homónima, Mellon ha demostrado que posee una habilidad especial para convertir sus diseños en objeto de deseo instantáneo. Contar con el favor de rostros conocidos y de sus estilistas –al final son ellos quienes deciden– ha llevado a sus zapatos a pisar con fuerza alfombras rojas y eventos de postín.

Las sandalias en cuestión no se identifican con ninguna tendencia pasajera ni podrían definirse como especiales o excéntricas. Por eso encajan en estilos diametralmente opuestos como el de la pequeña de las Jenner y el de Anne Hathaway. Con un tacón que supera los diez centímetros (no parecen especialmente cómodas), una gama de colores neutra y un precio que no alcanza los 600 dólares –unos 560 euros–, el punto de originalidad del diseño recae en las transparencias de sus tiras. Tal y como reza la descripción del modelo en la página web de la diseñadora, “las correas laterales transparentes crean la sensación de desnudez, alargan la pierna y convierten las sandalias en un calzado muy favorecedor”. Pero es precisamente ese toque divertido el que a veces juega una mala pasada a quien las luce. Si no prestamos la suficiente atención y observamos el diseño en la distancia, podría parecer que estamos ante un nuevo caso del temido fenómeno pies-retrovisor. Nada más lejos de la realidad. Son sus tiras transparentes las que, en contraste con el negro o el blanco de la sandalia (los dos tonos que más triunfan entre las A-listers), crean la ilusión óptica de que algún dedito se ha salido de su sitio. Pero eso no parece importarle a la creciente lista de celebrities incondicionales del diseño.

Karlie Kloss (imagen de su primer fashion film), Taylor Swift, Gwyneth Paltrow o Kendall Jenner son algunas de sus clientas fieles y sus botas-legging (algo así como un pantalón de cuero ajustado con tacón incorporado) se convirtieron hace tiempo en hit incontestable y seña de identidad de la marca. Aunque hace meses la diseñadora se quejara del supuesto bloqueo y boicot que Jimmy Choo estaba haciendo a su nueva firma, tanto el calzado como la línea prêt-à-porter y los bolsos que llevan su nombre se venden a día de hoy en templos del lujo online como Net-a-porter, My Theresa o Farfetch.

El éxito en forma de plaga de estas sandalias en concreto viene a confirmar que, a fin de cuentas, las celebrities no son seres tan distintos al resto de la humanidad. Ellas también quieren diseños sencillos, fáciles de combinar y que puedan ponerse más de una vez (Solange o Michelle Monaghan han repetido este diseño en varias ocasiones). De ahí que el modelo ‘Nudist’ de Stuart Weitzman se convirtiera hace unos meses es una verdadera epidemia sobre las alfombras rojas. Ahora son las ‘Frontline’ de Tamara Mellon, un poco más divertidas pero igual de sencillas, las que le toman el relevo.