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Ocho consejos para ser un poco más feliz en el trabajo

La psicóloga británica Caroline Webb recopila en un libro las claves para sobrevivir a una jornada laboral sin perder la sonrisa. Por difícil que parezca: es posible.

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Corbis

Aunque el Blue Monday (el supuesto día más triste del año) ya haya pasado, no es aventurado afirmar que aún nos quedan por vivir unas cuantas jornadas de abatimiento en nuestro lugar de trabajo. Pese a que el tedio laboral es aceptado por muchos como algo inevitable, como si de una tarea más del puesto se tratara, puede tener graves consecuencias en nuestra vida personal. Una preocupación que parece estar calando entre la gente, ya que según la V Encuesta Adecco de Felicidad en el Trabajo publicada el pasado noviembre, 6 de cada 10 españoles prefieren un menor salario a cambio de la felicidad laboral. Pero, como el propio Tony Soprano se preguntaría torturado, ¿qué es un buen día en el trabajo?

La consultora, economista y coach Caroline Webb ha publicado el libro How to have a good day: Think bigger, feel better and transform your working life (Cómo tener un buen día: Pensar en grande, sentirte mejor y transformar tu vida laboral) en el que ofrece pequeños trucos basados en la psicología y la neurociencia con los que podremos convertir cada día en una jornada productiva y satisfactoria. “La investigación es muy clara al respecto: cuando estamos estresados no somos capaces de pensar de forma lúcida”, declara Webb en una entrevista a The Telegraph. “Nuestro cerebro desvía energía mental para montar una respuesta al estrés, lo que significa que la actividad en la corteza prefrontal –donde se lleva a cabo la mayor parte de nuestro pensamiento complejo– en realidad cae cuando estamos estresados. La reacción en cadena es enorme tanto profesionalmente como en la vida familiar”. En una encuesta realizada en el mismo periódico británico, el 51 por ciento de los encuestados admite tener un mal día en el trabajo a la semana y casi uno de cuatro reconoce experimentar un par.

How to have a good day, que aún no ha sido publicado en nuestro país, recopila pequeñas pautas –básicas y rápidas– para que esos días laborales que nos dejan un mal sabor de boca pasen a mejor vida. El psicólogo y coach José Miguel Gil, gerente de Coanco, ofrece su visión a S Moda a propósito de las claves que dicta la autora:

1. Tómate descansos inteligentes

Pese a que tendemos a sentirnos culpables cuando paramos, también trabajamos en nuestro descanso, consolidando y procesando la tarea que acabamos de hacer. Lo más aconsejable es que las pausas sean regulares y cortas. “No te pongas el agua en la mesa, aunque sea levántate cinco minutos cada hora para ir a beber. Te ayudará a moverte y, al mismo tiempo, a cambiar de postura”, apunta Gil.

2. La técnica ‘tres al día’

Que nuestro día sea feliz, o no, tiene más que ver con nuestro propio cerebro de lo que creemos. Para configurarlo de manera positiva, la autora británica propone buscar y anotar tres cosas buenas en nuestro camino al trabajo. Por ejemplo: esa chica en el metro que deja su sitio a un anciano, la felicidad de una pareja de recién enamorados o el olor a cruasanes recién horneados de la pastelería. Si estás de mal humor te será muy difícil encontrarlas, pero si indagas lo suficiente, conseguirás que tu día sea más dichoso.

3. Mejora tu lista de tareas

Tachar los objetivos cumplidos nos otorga un placer físico y nos anima a continuar. Puedes añadir no sólo tareas laborales sino otros quehaceres que repercutan en tu bienestar físico y mental (hacer ejercicio o quedar con un amigo nos valen como ejemplo). Gil añade la importancia de asegurarnos de que sean objetivos realistas y realizables en el tiempo asignado para ello. Marcarnos metas inalcanzables que no podamos cumplir terminará por desmotivarnos más.

4. Créetelo

Numerosos estudios indican que para triunfar en la vida laboral es menos importante el talento que la confianza en uno mismo (ahora sabes por qué ese jefe inepto ha llegado hasta ahí). Si no la tenemos, Webb propone fingirla hasta naturalizarla. Sonríe, respira profundo, sube los hombros y camina recto. La impresión que darás a los demás será totalmente distinta. “Puede ayudarte el tomar como referencia esa persona real o ficticia que admiras. Por ejemplo, puedes pensar ‘voy a entrar a esta reunión con la seguridad del abogado de mi película favorita’”, apostilla el psicólogo y coach. Si de picapleitos se trata, nosotros tenemos claro el modelo a seguir: Alicia Florrick.

5. Sobrevive al transporte

No podemos evitar que nuestro viaje al trabajo sea escandalosamente temprano y/o exasperadamente largo, pero sí podemos hacerlo positivo. Si alguien te golpea al bajar del vagón, evita sentirte como Michael Douglas en Un día de furia. Piensa en la mala situación que debe estar viviendo para comportarse así. Muéstrate empático. Esto también funciona para los típicos compañeros irritantes que no paran de interrumpirte durante la jornada, aunque en este caso tu esfuerzo e imaginación tengan que ser mayores. Paciencia.

6. Desintoxícate de la bandeja de entrada

Gil la califica como “la gran ladrona de tiempo”. Debido a su implantación en nuestros smartphones y tablets, hemos llegado a un punto en el que resulta casi imposible desconectar del trabajo por culpa de las alertas que llegan con cada nuevo mail. Mirar continuamente si hemos recibido algún correo nuevo durante el día roba tiempo y nos desconcentra de la tarea que estamos realizando. Webb aconseja chequearlo sólo un par de veces.

7. Canta tu canción favorita

O escúchala si cantas mal y quieres mantener tu puesto. Las melodías que nos gustan nos transportan a situaciones agradables llenas de recuerdos positivos como viajes, cenas románticas o fiestas con los amigos. “Ayudan a relajarnos, a sentirnos seguros y motivados antes de esa reunión a la que nos vamos a enfrentar. Es habitual ‘ponerse en marcha’ cuando uno tiene que enfrentarse a retos deportivos ‘para coger el tono’; también podemos seguir una especie de calentamiento en nuestro ámbito profesional”, afirma Gil. Conclusión: capar el Spotify no podía conducir a nada bueno, ya lo sabíamos nosotros.

8. Respira de forma consciente

El experto José Miguel Gil añade su propio consejo a la lista, ideal para las numerosas y eternas esperas a las que nos enfrentamos durante la jornada. “¿Estás esperando el metro? ¿O en un atasco? ¿O haciendo tiempo mientras se enciende el ordenador? Aprovecha para concentrarte en la respiración y notar como el aire entra y sale con atención. Disfruta de ese “pequeño instante contigo”. Estás tú, y tu respiración”. Todo lo demás, incluido ese compañero irritante, puede esperar.

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