Cepillar vigilando la dirección del pelo y otros pasos para salvar unos zapatos de ante que se han ensuciado
Enemigo de la lluvia, el calzado de este material afelpado es uno de los más delicados. La dirección del pelo, el tipo de calor o las cerdas del cepillo influirán a la hora de recuperar al que se haya metido en un charco.
El ante no es un tejido exclusivo de la temporada de frío: solo en las colecciones primavera-verano ha hecho acto de presencia en sandalias, zuecos o botines en firmas como Fendi, Alberta Ferretti, Chanel o Isabel Marant. El material no es en absoluto una novedad de esta estación: “Originalmente hacía referencia a las pieles de los antílopes, que ya no se comercializan”, explica la experta en tejidos de ISEM, Irene Fariña. “Aquellas pieles presentaban siempre un acabado característico, afelpado, consistente en levantarle al cuerpo una especie de ‘pelito’ corto por fricción mecánica”. Las pieles de este animal eran tan excelentes como imperfectas: “Dada su vida salvaje tenían muchos defectos. Los habituales en una piel (cambios en pigmentación, irregularidades…) más los de su tipo de vida (arañazos)”. Por esa razón se afelpaba, para camuflar los posibles desperfectos de su superficie sin perder sus buenas propiedades. “En la actualidad, se llama ante al segundo corte de la dermis de cualquier animal (habitualmente bovinos, caprinos y ovinos) al que se le aplica ese mismo acabado y que presenta una imagen muy similar a aquellas pieles afelpadas”, añade Fariña.
Si el cuero natural ya es delicado, el acabado del ante suma complicaciones. Especialmente en los días de lluvia. Cuando los goterones ya se han estampado en este accesorio, antes de intervenir, lo principal es esperar a que se seque al aire, “nunca con el calor directo de la estufa o el secador”. Para tratarlo después hay que buscar un cepillo de cerdas muy suaves y cepillar vigilando la dirección del pelo. “Yo recomiendo tener en casa uno para calzado de colores claros y otro para oscuros, para evitar que los residuos de la piel oscura pasen al resto”, aconseja la zapatera Silvia Lago. Así se consigue que el ‘pelillo’ que se ha quedado chafado por el efecto del agua recupere su textura aterciopelada. La diseñadora que produce en Alicante señala la eficacia de las gomas especiales: “Si hay una mancha más profunda, que no se elimina con el cepillo, podemos usar gomas o piedras especiales para limpiar ante (se encuentran en grandes superficies y zapateros locales). Simplemente hay que frotar suavemente sobre la zona sucia”.
Aquí también se aplica el sabio refranero, porque ‘más vale prevenir, que curar’. Más allá del evidente “no uses zapatos de ante si llueve”, los expertos avisan de que siempre es mejor proteger la superficie de antemano: “Es aconsejable aplicar un espray protector sobre el zapato nuevo e irlo reponiendo cada vez que lo limpiemos para mantener esa película protectora”, indica Lago. “En la actualidad existen múltiples productos impermeabilizantes para este tipo de calzado con muy buenos resultados”.
El equipo de artesanos de Pons Quintana suma algunos trucos caseros a la lista: “Quizá podríamos añadir que se podría limpiar con un poco de Cebralín Quitamanchas; en este caso lo dejaríamos actuar y luego lo limpiaríamos con una esponja seca”. Además del mencionado aerosol waterproof para impermeabilizar la superficie del zapato, ellos hacen mención de otro producto que suele encontrarse en cualquier baño: “Otra recomendación para evitar que la lluvia penetre sería poner un poco de laca”.
A continuación solo quedaría conservarlos en el mejor estado posible, es decir, en un espacio sin humedad: “Además de limpiarlos antes de guardarlos con el producto adecuado en cada caso, lo ideal es conservarlos con horma o con papeles en el interior para mantener bien su forma”, dice Fariña.
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