Cambio de planes
Mientras fotografía las vistas que hay desde un mirador de la isla, Andrea se arrepiente de estar tratando de recrear su pasado y toma una decisión
Tal vez no haya sido buena idea esto. Me refiero a este viaje que estoy haciendo con Maribel, dejándonos guiar por las fotos del último verano que pasamos en su casa. Entiéndeme: no lo digo por Maribel. Ella es un encanto, y se nota que se preocupa de que yo esté bien. No se me ocurre nadie mejor que ella para comprender cómo me siento estos días, así que tenerla cerca está siendo una suerte. Pero esto no está funcionando.
Ayer terminamos el día en aquel mirador que da al mar, por la parte norte de la isla, cerca del restaurante en el que comimos aquel arroz negro del que todavía me acuerdo. Fue allí, mientras me ponía con mi cámara delante de las mismas vistas que aparecen fotografiadas en el álbum, cuando me di cuenta de que esta estaba siendo una forma horrible de despedirme de ti. De que en vez de tratar de recrear todos aquellos momentos, lo que debería de estar haciendo es dejarle sitio a los nuevos. Es lo que a ti te gustaría que estuviera haciendo.
¿Y sabes qué? En ese momento me acordé de Francisco y de su libreta. No sé si fue por la asociación de ideas de estar allí, en aquel mirador, con unas vistas parecidas a las que él debía de tener en lo alto de su faro, pero me acordé de todo lo que leí en su libreta. De su obsesión por conseguir una prueba de vida extraterrestre y de su frustración cuando —según escribió en esas páginas— por fin lo logró pero comenzó a desconfiar de toda la gente con la que podía compartirla. Al final de la libreta hablaba de salir de la isla con las pruebas y de cómo, al tratar de hacerlo, tuvo que acabar regresando. Se le notaba especialmente frustrado en aquellas últimas anotaciones. Me sentí muy identificada con él, con esa forma de obsesionarse con algo y acabar dándote cuenta, cuando por fin lo consigues, de que seguramente no había sido tan buena idea como pensaste en un principio. Te parecerá una tontería, pero ayer pensé que me habría gustado conocerle. Creo que nos habríamos caído bien, aunque lo que él buscaba no tiene nada que ver con lo que yo he tratado de conseguir con estas fotografías.
Hoy te escribo desde el hostal en el que nos alojamos ayer. Antes he ido a ver a Maribel a su habitación y me ha preguntado si hoy seguíamos nuestro viaje según lo que habíamos planificado o prefería que hiciéramos otra cosa. Le he dicho que mejor cambiábamos el plan, aunque tampoco se me ocurría qué hacer.
Ella me ha sonreído y me ha dicho que podemos ir a visitar a una vieja amiga.
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