Vox defiende el veto a periodistas y se queja del “corporativismo de la prensa”
Abascal dice que algunos "se tiran de los pelos" por no haberle rebatido en el debate de candidatos
Cada vez que las televisiones intentaban realizar un directo del mitin celebrado este jueves por Vox en la Feria de Valencia, el público que rodeaba la tribuna de prensa lo boicoteaba con pitidos y abucheos. Al final, el presentador del acto tuvo que calmar los ánimos: “Os rogamos que no carguéis contra los periodistas que nos acompañan. No son responsables de las líneas editoriales de sus medios”.
También el líder del partido, Santiago Abascal, combinó una de cal y dos de arena (o a la inversa). Subió a la tribuna afónico y eufórico por el resultado del debate televisado entre los cinco aspirantes a La Moncloa del pasado lunes. Y aseguró que los demás partidos “han entrado en pánico” por el ascenso de Vox en las encuestas, después de que él pudiera exponer sus posiciones ante millones de españoles, “sin traducción simultánea y sin la manipulación” de los medios de comunicación. Unas posiciones, reconoció, que no solo eran incontestables sino que fueron incontestadas por los otros candidatos, quienes “ahora se tiran de los pelos” por no haberle rebatido.
Para intentar frenar a Vox, según Abascal, se habría puesto en marcha una “campaña coordinada y sistemática” de criminalización de su partido en la que participarían desde el presidente en funciones Pedro Sánchez hasta el PNV o el diario EL PAÍS, con su “infame editorial” del pasado miércoles; un editorial en el que se criticaba precisamente lo que él acababa de reconocer: que nadie intentó rebatir sus argumentos en el debate del lunes.
Abascal justificó el veto a los periodistas de EL PAIS y la Cadena Ser, a los que se negó la acreditación para asistir al mitin, restándole importancia. "No les queremos ver ni en pintura, nos caen igual de mal que nosotros a ellos", dijo. Y se quejó del “corporativismo de los medios de comunicación”, que han salido en defensa del derecho a la libertad de información.
El líder de Vox llegó a responsabilizar a los mismos medios de comunicación a los que acababa de señalar con el dedo de la “campaña permanente de odio y violencia" contra Vox, en la que enmarcó la agresión sufrida en Sestao por la candidata de su partido por Vizcaya Nerea Alzola. Llegado a este punto, echó las dos de arena: aseguró que sus acusaciones no iban dirigidas contra los periodistas presentes en el acto, objeto de los silbidos y abucheos por parte del público, sino contra los “poderes oligárquicos” que dirigen los medios. “Por eso os pido respeto para todos los profesionales”, dijo, templando el ambiente que acababa de calentar.
En el penúltimo día de campaña, Vox reunió en Valencia a 5.800 simpatizantes. Se quedaron vacías una cuarta parte de las 7.600 sillas que habían sido colocadas; pero, aun así, atrajo casi seis veces más público del que reunió el líder del PP, Pablo Casado, a la misma hora en Valencia. Vox ya tiene tres diputados en la Comunidad Valenciana y aspira a doblar esa cifra el próximo domingo.
Aquí juega la carta del anticatalanismo, que explotó a fondo su cabeza de lista por Valencia, Ignacio Gil Lázaro, quien acusó a Compromís, socio del PSOE en la Generalitat y el Ayuntamiento de la capital, de ser “un peligro real para la identidad del pueblo valenciano” y un “cómplice” del presidente catalán Quim Torra. También Abascal tachó a Compromís de “quinta columna del pancatalanismo” y tomó la bandera del proteccionismo para asegurar que no admitiría la entrada de una sola naranja marroquí mientras haya una valenciana por vender; quizá la frase más aplaudida de toda la noche.
Frente a la voluntad de todos los demás partidos de evitar un nuevo bloqueo político, aseguró que Vox jamás facilitará un Gobierno del PSOE. "Y si hay que repetir las elecciones [por tercera vez] lo haremos", advirtió.
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