El incendio de Gran Canaria obliga a evacuar a 9.000 personas
El fuego arrasa más de 10.000 hectáreas y afecta al parque natural de Tamadaba
El incendio en la isla de Gran Canaria, que comenzó el sábado, ha perdido virulencia en el frente norte (San Mateo y Valleseco) y la preocupación se centra especialmente en el flanco sur ubicado en el parque natural de Tamadaba, considerado el pulmón verde de Gran Canaria. Según ha informado el presidente canario, Ángel Víctor Torres, el fuego ha calcinado 10.000 hectáreas y mantiene un perímetro de 75 kilómetros. Los equipos de extinción prevén que las llamas lleguen en unas horas a Inagua. El fuego más devastador en lo que va de año en España ha obligado a desalojar a unas 9.000 personas.
Durante la noche serán 475 efectivos terrestres los que lucharán contra las llamas y con las primeras luces del alba se incorporarán los medios aéreos que suman un dispositivo sin precedentes con 14 aparatos entre helicópteros e hidroaviones. Ya se encuentra en la isla un módulo de drones de última generación que monitorizará el incendio. Al respecto, el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha advertido que la situación “sigue siendo complicada".
Las temperaturas algo más bajas previstas para este martes invitan al optimismo después de tres días de lucha incansable contra las llamas. El calor, la poca humedad y el viento alimentan el fuego desde el pasado sábado: a última hora de este lunes seguía sin control en algunas zonas frente a uno de los mayores operativos de extinción desplegados en la historia del archipiélago. Planas se desplazó a la isla y anunció que este martes se sumarán cuatro aeronaves a las 16 que ya están trabajando en la zona, cuatro de ellas hidroaviones procedentes de la Península.
Planas, que calificó el incendio de “gravísimo”, explicó que también se ha enviado un dron de última generación para sobrevolar la zona afectada durante la noche. Eso permitirá a quienes coordinan las labores de extinción conocer la virulencia de las llamas para que la respuesta sea “lo más eficaz posible”. En los trabajos para atajar el fuego participan unas 600 personas durante el día y 400 durante la noche. “La prioridad es evitar pérdidas de vidas humanas, así como minimizar los daños materiales y humanos”, dijo el ministro, que lamentó lo abultado de las cifras registradas hasta ahora: 6.000 hectáreas quemadas y 9.000 evacuados.
Las próximas 48 horas serán cruciales en la contención del fuego, aunque el jefe de servicio técnico de Medio Ambiente del Cabildo de Gran Canaria, Luis Fernando Arencibia, aseguró que los trabajos durarán aún más de dos días. “Podemos estabilizar alguno de los flancos, pero con tanta extensión va a ser muy difícil que se reduzca el comportamiento del fuego y poder darlo por estabilizado”, señaló. Los esfuerzos de los servicios de extinción se concentraban en el flanco derecho del perímetro, que afectaba al parque natural de Tamadaba.
Las llamas devoraban los bosques de pino canario que ocupan parte de las 7.500 hectáreas de este espacio protegido. Declarado Reserva de la Biosfera por la Unesco, considerado el pulmón verde de Gran Canaria y hogar de decenas de especies autóctonas que podrían verse amenazadas, según los expertos.
Las autoridades daban por perdida buena parte de la zona debido a que la altura de las llamas, de hasta 50 metros, y los difíciles accesos impidieron a los efectivos trabajar por vía terrestre por el miedo a quedar atrapados. Pese al avance sin control, las autoridades confirmaron que algunas zonas del pinar se habían librado de las llamas, aunque todo dependerá de cómo evolucione el viento. El presidente canario, Ángel Víctor Torres, calificó el incendio de “drama medioambiental” y destacó que los equipos de extinción están concentrando sus esfuerzos en proteger las zonas habitadas.
El fuego, del que aún no se ha determinado el origen, comenzó el pasado sábado en el municipio de Valleseco, al noroeste de la isla, y hasta había obligado a evacuar a 9.000 personas de más de 50 núcleos poblacionales de ocho municipios, de las que 546 durmieron en alguno de los diferentes albergues habilitados a tal efecto. Los esfuerzos se concentraban sobre todo en contener el avance hacia los municipios de Agaete y La Aldea, el frente más complicado —donde se encuentra el parque natural de Tamadaba—, así como hacia Tejeda, donde el fuego se mantenía activo. Los focos que habían llegado a acercarse peligrosamente a zonas habitadas lograron ser contenidos gracias al trabajo del operativo, dijo el jefe de servicio de la Dirección General de Seguridad del Gobierno canario, Florencio López.
Más de 37 grados
El presidente canario se mostró optimista y aseguró que este martes bajarán las temperaturas y subirá la humedad, lo que favorecerá las labores de extinción. Sin embargo, el Gobierno mantiene activa la alerta por calor en la isla y la Agencia Española de Meteorología (Aemet) mantiene, además, el aviso naranja en zonas orientadas al sur, con termómetros que podrían marcar más de 37 grados. El delegado de la Aemet en Canarias advirtió de que las temperaturas volverán a subir el jueves y el viernes.
Lo devastador del incendio, cuya columna de humo se ve incluso en una imagen captada desde el espacio por el satélite Terra de la NASA, no ha afectado de manera directa a la gran afluencia de turistas en la isla en esta época del año. La mayor parte de la actividad hotelera se concentra en zonas de costa, lejos del epicentro del fuego, y todas las conexiones aéreas y marítimas funcionan con normalidad.
La isla de Gran Canaria (846.717 habitantes) va camino de cerrar su agosto más negro. En los últimos 10 días ha sufrido tres incendios. El primero, el pasado 10 de agosto en el municipio de Artenara, en la zona ahora afectada por el fuego que permanece activo, y entonces arrasó 1.163 hectáreas. Apenas tres días después se quemaron otras 160 en el incendio en Cazadores (Telde).
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