Abel Caballero: “Pedro tiene que gobernar solo”
El alcalde de Vigo aspira a una supermayoría y se jacta de que le aplauden en las cafeterías
Abel Caballero (Ponteareas, 72 años) gobierna Vigo desde la mayoría absoluta y desde la perspectiva cenital de la “torre de control”, sobrenombre oficioso de la sede municipal y mirador privilegiado que alcanza el horizonte de las Islas Cíes. Doce años lleva al frente el patriarca socialista. Y parece que tiene garantizada la continuidad, hasta el extremo de que las encuestas merodean el 66% de los votos. No lleva escolta. No quiere intermediarios con la ciudad. Por eso la pasea y la percibe.
Pregunta. El cartel de su campaña parece la síntesis de su proyecto: “Sí, somos Vigo”. Y apenas puede verse el símbolo del PSOE.
Respuesta. Sí se ve, que usted lo vio, pero tengo muy claro que primero viene mi ciudad y luego viene mi partido. Y cuando digo mi proyecto hablo del proyecto que involucra a toda la ciudad, a los 300.000 vecinos. Estamos identificados el alcalde, su gente y su proyecto. Vamos juntos en la misma dirección. Somos lo mismo. No hay precedentes en una ciudad europea en décadas.
P. ¿Se puede ser popular sin ser populista?
R. El populista engaña, el popular entusiasma. La gente me aplaude cuando entro en una cafetería. Me quiere. Pero no solo porque tenga carisma o empatía, sino por los hechos. He transformado la ciudad en 12 años. La he humanizado. Aquí hay un millar de calles peatonales. La gente respira la calidad de vida, el bienestar, zonas verdes, pabellones deportivos, salubridad, universidad, bibliotecas. He inaugurado una calle que parece Hollywood. Por eso quieren a su alcalde, independientemente de la ideología o del partido. Me vota todo el mundo y gobierno para todos: esa es la nueva política. La gente me ve por la calle y sonríe.
P. Quien no vive en Vigo lo conoce por su forma de hablar inglés y por las luces de la Navidad.
R. Pues yo me doctoré en Cambridge, viví cuatro años en Inglaterra. Mi acento no es el que era, pero hablo bien inglés y quiero que lo hablen todos los estudiantes vigueses. Por eso organizamos cursos, intercambios. ¿La Navidad? Quise recuperar esa fiesta, el recuerdo extraordinario que tuve de niño. Venimos del cristianismo. Y quise aportar a la Navidad la modernidad.
P. También se le conocía por sus discrepancias con Pedro Sánchez.
R. Yo apoyé a Susana Díaz. Pero creo que Pedro revolucionó la política española desde que recuperó la secretaría general. La moción de censura revolucionó toda España. Rompió las derechas. Dejó al independentismo en evidencia. Hundió a Ciudadanos. Sacó del poder al PP.
P. ¿Le preocupa que el PSC lleve las riendas de la “cuestión catalana?
R. Conozco a Batet y es una política excepcional. El PSOE es un partido español, como indica la última sigla, inequívoco en la unidad territorial y el respeto a la Constitución. Si se tuvieron que adelantar las elecciones es porque no hubo cesiones al soberanismo. Tampoco están los independentistas en la Mesa del Congreso, ¿no? No hubo Presupuestos. Ha sido rechazado Iceta. ¿Por qué se habla entonces de concesiones, pactos? Es una difamación de las tres derechas. El PSOE entiende muy bien España. Estamos en España y con España. Y claro que hay que dialogar. El diálogo es la política. El independentismo es muy feliz en el choque. Si lo evitas, se quedan sin causa.
P. ¿Le agrada la idea de que Podemos esté en el Gobierno?
R. Yo gobierno solo y quiero gobernar solo. Y Pedro tiene que gobernar solo. Su propio Ejecutivo, su propio Gobierno. Tiene carácter, visión, estrategia y votos para hacerlo. Necesitará apoyos parlamentarios, claro; pero, si ha podido pactar con 83 diputados, imaginemos con 123.
P. ¿Es reconducible la relación con Ciudadanos?
R. El cordón sanitario de Ciudadanos fue un inmenso error. Y se saldrán de él, el problema es que no saben cómo.
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