Borja Sémper: “El PP no es una secta, coño”
El candidato popular a San Sebastián sostiene que Abascal es una ursulina al lado de Otegi
Borja Sémper (Irún, 43 años) es el candidato del PP a las municipales de San Sebastián, aunque su campaña abjura de las siglas y apuesta por su propia reputación heterodoxa. Las generales han barrido a los populares, pero Sémper cree el charrán puede remontar el vuelo en Donosti.
Pregunta. ¿La mejor manera de representar al PP es hacerlo sin las siglas del PP?
Respuesta. Quiero atraer a los ciudadanos que no votarían al PP. No porque reniegue de mi partido, que no lo hago, sino porque la política está sobrecargada de ideología, de militancia, de posicionamiento. La política municipal es otra cosa. Aquí se trata de asfaltar una calle y de abrir un parque, no de la independencia ni del patriotismo exacerbado.
P. Usted es amigo de Abascal. ¿Le ha sorprendido su modelo patriótico-confesional-épico?
R. Sí y no. Sí, porque no sabía que tuviera esas ideas tan exageradas. Y no, porque entiendo que el proyecto populista necesita alimentarse de una épica, de una liturgia, de un lenguaje glorioso que no comparto. Vox es tóxico para España, aunque Abascal es una ursulina al lado de Otegi.
P. ¿Le preocupa el “blanqueamiento” que está protagonizando el líder de Bildu?
R. Me repele su soberbia, su ausencia de humanidad. Hemos derrotado al terrorismo, pero existe el peligro de la amnesia o de la desmemoria. La sociedad vasca ha estado machacada con el terror, el odio y la omertà. Y entiendo que queramos liberarnos de ese lastre, pero no puede tolerarse la manipulación de la historia ni la vergüenza de ETA como un mal necesario. Bildu y Vox están en los dos en posiciones extremistas, pero no se puede comparar su ferocidad.
P. ¿Cuántos votantes del PP se van a ir a Vox con el vídeo de la campaña de Sémper en que aparecen dos mujeres besándose?
R. Si les molesta esa imagen no me importa que se vayan. Diciendo esto supongo que no soy muy buen político, pero es lo que pienso. Me siento un heterodoxo. Y no significa no tener ideas ni abrazar la política líquida, sino recelar del dogmatismo.
P. ¿Es usted como Casado por fuera y como Feijóo por dentro?
R. Me hace gracia el híbrido, pero los dos son mejores que yo.
P. Buena imagen por fuera, centrista por dentro.
R. En nuestro partido caben muchas sensibilidades. El PP no es una secta, coño. Y el centro no es un espacio geográfico, sino una actitud que hay que recordarse cada día. Delante de una sociedad compleja no pueden emprenderse discursos excluyentes ni obsesivamente ortodoxos.
P. Hablando de ortodoxia, ¿el PNV es un partido o es un sistema?
R. El PNV es un movimiento que tiene vocación de permanencia y que se mantiene como sea y a cualquier precio. El PNV es un sistema de control del poder cuyos tentáculos alcanzan desde las sociedades gastronómicas hasta el Athletic.
P. ¿Y usted es de la Real?
R. De la Real Sociedad, y bastante merengue. Ya dije que soy heterodoxo.
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