El PP pierde su feudo histórico en Galicia y Feijóo descarta la dimisión de Casado

Galicia pone fin a 37 años ininterrumpidos de hegemonía de la derecha. El PP liderado por Alberto Núñez Feijóo cosecha su peor resultado y queda situado como segunda fuerza política, con nueve escaños, tres menos que en 2016, frente a los 10 conseguidos por el PSdeG-PSOE, que suma cuatro a los de las pasadas generales.

Tras pescar en el caladero de los populares, Ciudadanos emerge tímidamente y se convierte en tercera fuerza con dos diputados y Vox no asoma la cabeza. Pese a la sonada fragmentación de la izquierda rupturista, dividida el pasado diciembre en dos bloques, En Común-Unidas Podemos mantiene dos de los cinco escaños de 2016 por el partido instrumental En Marea. El BNG vuelve a quedar fuera de juego.

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La medida de la debacle del PP la puso de manifiesto el propio Feijóo al demorar su anunciada comparecencia ante los medios de comunicación. Pasadas las 00.15 el presidente gallego compareció para destacar que el PP autonómico ha superado en votos y escaños a Ciudadanos y ha dejado sin representación a Vox. "La primera comunidad con mejor resultado del PP en España", dijo Feijóo, con un 27,4% del voto, "11 puntos más que la media" obtenida por la formación conservadora en el conjunto estatal. Siete de los nueve diputados con los que el PP aventaja a Ciudadanos a nivel estatal provienen de Galicia, subrayó también Feijóo.

"Hemos tenido un resultado malo sin paliativos", señaló sobre el desplome a nivel nacional después de atribuir a "la brutal eficacia y enorme maestría del PSOE" esa fragmentación del voto de la derecha. El líder gallego descartó, sin embargo, que el presidente del PP, Pablo Casado, tenga que dimitir y aseguró que eso sería un "gravísimo error". Feijóo lamentó la división del centroderecha —"hay que asegurarse de que eso no ocurra en las municipales"— y precisó que solo con los votos de Vox en Galicia el PP habría ganado al PSOE.

Convencido de que la inmensa mayoría de los votantes de Santiago Abascal "están arrepentidos de que su voto haya dado la victoria a los socialistas", el líder del PP gallego se refirió a la "liga distinta de las autonómicas y municipales" en las que espera dar la vuelta a los resultados.

Galicia, el feudo del PP, el único territorio que se le ha resistido históricamente al PSOE, da un giro en estos comicios. Los populares no llegan al 29% de respaldo electoral, frente al 41,49% conseguido en las generales de 2016.

El avance protagonizado en las pasadas elecciones generales por el PP en las dos provincias del interior (Lugo y Ourense) se recorta en favor de los socialistas. En Ourense, la tierra del baltarismo, la histórica despensa de votos del PP gallego y español, los populares se sitúan en primera posición aunque por un mínimo margen de votos y empatan a dos escaños con el PSOE. En Pontevedra, el PSOE se convierte en primera fuerza y el PP baja dos escaños. Y en A Coruña, el PSOE y el PP empatan a tres escaños, mientras que En Común-Unidas Podemos y Ciudadanos logran uno cada uno.

Los 650.831 votos que respaldaron la oferta de los populares gallegos en las pasadas generales se ven reducidos en cerca de 200.000 votos (obtienen 447.562) mientras los socialistas consiguen superar el medio millón de papeletas (524.844) frente a las 348.014 que obtuvieron en 2016.