El último obstáculo para llegar al pequeño Julen
Pizarra, caliza, esquisto o filita son los materiales del conjunto tectónico que complica la búsqueda del menor
“Complejo Maláguide”. Es el nombre que recibe el conjunto tectónico que predomina en una zona de la cordillera bética y que se encuentra en los Montes de Málaga. Lo cuenta el presidente de Colegio de Geólogos de Andalucía, Antonio Jesús García, para referirse al último obstáculo que ha surgido en la operación de rescate de Julen: la tierra. Tras tener que “repensar” la opción del túnel tras un primer intento frustrado debido a las características del terreno, el dispositivo trabaja en el pozo vertical sin tener, porque no hay tiempo, un estudio geológico para saber a qué se enfrentan.
“Si ese sondeo no tenía agua es que no son terrenos lo suficientemente permeables para almacenarla”, explica Antonio Jesús García. “Es tierra en la que hay afloramientos de caliza, pero también esquisto o filita. Hay pizarra. Y materiales con intercalaciones a lo mejor de cuarcita”, así como “conglomerado y materiales de descomposición que pueden provocar inestabilidad en los taludes”. Esto fue lo que hizo desechar el primer intento de ejecutar una galería horizontal hasta el lugar en el que se presume que está Julen. “Ese terreno no estaba suficientemente consolidado para soportar la galería que estaban realizando; no está cohesionado, no está compacto”. Julen cayó en un agujero abierto en un terreno con pendiente, de difícil acceso y extraordinariamente complejo.
Totalán es un pueblo de la comarca de La Axarquia cuyos agricultores, que cultivan sobre todo aguacate y mango, frutas subtropicales, tienen un problema histórico de déficit de agua. “Mucha gente compra una finca creyendo que tiene agua subterránea, y todo el mundo invierte en un sondeo sin hacer estudio previo para ahorrar costes. Si haces un estudio previo en el que intervengan geólogos, en algunas zonas no se harían obras de perforación. Porque así se puede saber que no hay muchas posibilidades de encontrar agua. Por el tipo de material, porque es zona saturada, por la orografía… Pero a todo el que tiene un terreno y no dispone de agua de la red, y cree que puede obtenerla, es fácil que cualquier empresa de sondeos le diga: ‘Vamos a intentarlo”, explica García.
“Con frecuencia”, continúa, “lo que hacen estas empresas es vender metros. No te dan garantía de encontrar agua, y si los sondeos no tienen éxito, intentas abaratar los costes de tal manera que esos sondeos no se entuban y no se sellan, porque a veces el propietario, ya que la inversión falla, intenta pagar lo menos posible”. En el caso del pozo de Totalán, su constructor, Antonio Sánchez, declaró a la Guardia Civil que él tapó el agujero con piedras al ver que no tenía agua, y que siempre hace lo mismo en todos sus sondeos infructuosos. El pozo por el que se precipitó Julen se construyó hace un mes.
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