Barones del PSOE buscarán alianzas con Ciudadanos tras las elecciones
Los socialistas miran hacia el partido de Rivera para sumar mayorías con la expectativa de que, tras su apoyo al PP en Andalucía, le interese diversificar sus alianzas
La izquierda no suma y el PP y Ciudadanos, con el concurso de Vox, pueden gobernar en comunidades que ahora tienen presidencias socialistas. Esta es la hipótesis que con alarma esbozan presidentes regionales del PSOE ante las elecciones del próximo 26 de mayo. Los socialistas miran hacia Ciudadanos para sumar mayorías de gobierno con la expectativa de que, tras su apoyo al PP en Andalucía, le interese diversificar sus alianzas. Con la vista puesta en ese escenario, estos líderes socialistas incluirán en sus campañas, junto a las propuestas autonómicas, temas nacionales, como hicieron PP, Ciudadanos y Vox en Andalucía.
La pluralidad política y social de España no permite elaborar un único patrón de comportamiento electoral en cada una de las 13 comunidades autónomas que celebran elecciones el próximo 26 de mayo, pero sí hay una corriente que con matices las recorre a todas. Con razón, todos los gobernantes del PSOE se han sentido concernidos por el resultado electoral de las elecciones del pasado 2 de diciembre en Andalucía.
La joya de la corona socialista, Andalucía, será gobernada previsiblemente en unos días por el PP y Ciudadanos, en coalición, y con el apoyo imprescindible de Vox. Y esa suma puede darse en otras comunidades. Sube Ciudadanos espectacularmente, entra Vox en el tablero, el PSOE se mantiene o baja ligeramente y Podemos retrocede. Este es el panorama general.
Ante esta tendencia, la conclusión es la misma para varios presidentes autonómicos preguntados por EL PAÍS. “La pulsión hacia la derecha es muy fuerte; Ciudadanos avanza en todos los territorios y la política del Gobierno con respecto a Cataluña, bien utilizada por la oposición para el ataque, está perjudicando al PSOE en todas las comunidades”. Esta visión de un gobernante socialista enlaza con la mirada de muchos de ellos hacia Ciudadanos.
Tras las elecciones autonómicas del 26 de mayo, los socialistas quieren tener la opción de entenderse con Ciudadanos y tratar de sumar con ellos mayorías de gobierno. Extremadura, Castilla-La Mancha y Aragón son las tres comunidades, con sus diferencias, en las que dirigentes de esas regiones ven factible ese entendimiento. “Los presidentes con perfiles más de centro pueden estar en buenas condiciones para que Albert Rivera propicie los acuerdos de gobierno”, señalan interlocutores regionales socialistas. Se refieren a Emiliano García-Page, en Castilla-La Mancha; Guillermo Fernández Vara, en Extremadura, y Javier Lambán, en Aragón. Este último no está en absoluto descontento del funcionamiento de sus pactos con Podemos. “El problema es que puede que no sumen”, explican fuentes aragonesas. La bajada de Podemos, el estancamiento, si no descenso aunque ligero del PSOE, pone en peligro los Gobiernos alcanzados en 2015 por mor de la subida intensa de Ciudadanos y la aparición de Vox, quizá en todas las comunidades. Estos dos últimos fenómenos tapan el descenso fuerte y generalizado del PP.
En Extremadura, los socialistas confían en volver a ser la primera fuerza, aunque con pérdidas, y tener la oportunidad de elegir. Pero nada está garantizado. Tampoco en Castilla-La Mancha, Asturias, Comunidad Valenciana y Baleares. Aunque en estas dos últimas, las realidades son muy diferentes.
¿En los cálculos de Ciudadanos entra establecer pactos con el PSOE para formar gobierno y dejar de lado al PP? Esta pregunta la responden los dirigentes de Ciudadanos con una afirmación, aunque sin citar siglas. El modelo andaluz no tiene por qué generalizarse ni determina otras alianzas, señalan con ahínco Albert Rivera y el número dos de la formación, José Manuel Villegas. Esos pronunciamientos públicos animan a líderes territoriales del PSOE a confiar en que “a Ciudadanos le interese diversificar sus alianzas y no quedarse solo con el PP y Vox”.
Pero antes hay que hacer campaña. De la unidad de España y de la cohesión territorial hablarán tanto o más que el PP y Ciudadanos. Los presidentes de Aragón, Castilla-La Mancha y Extremadura incluyeron en sus discursos de fin de año una rotunda defensa de la Constitución y un reproche severo a “los nacionalismos viscerales”. En esa defensa estuvo el presidente asturiano, Javier Fernández. Los presidentes dirán lo que piensan “de lo que ocurre en Cataluña”, avisan. Y hablarán de inmigración, allí donde el fenómeno exista, como hicieron Vox y el PP en Andalucía.
Albert Rivera declara la guerra al sanchismo
Último tuit del año de Albert Rivera: “Estoy convencido de que en 2019 pasaremos página del sanchismo y abriremos una nueva etapa con más igualdad, más libertad y más unión”. Toda una declaración de intenciones sobre la diferenciación entre el PSOE y su líder, Pedro Sánchez. Al primero lo considera, contra el segundo hay toda una declaración de guerra. Rivera juega con la ventaja de que los lideres territoriales del PSOE, ahora y siempre, tienen autonomía total para establecer sus pactos poselectorales aunque formalmente sea un órgano colectivo, el comité federal, el que debe autorizarlos.
La diversidad que predica Ciudadanos puede hacer que esos pactos no se den en Baleares, Valencia y Asturias, donde es más factible que si las cuentas le salen al bloque de centro-derecha se prescinda de los socialistas. En las tres comunidades, con singularidades específicas, con fuerzas nacionalistas en las dos primeras, no se da la batalla por perdida para repetir Gobiernos de la izquierda.
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