Regresa a puerto el pesquero que rescató a 12 migrantes: “El Gobierno actuó tarde y mal”
El patrón del barco reprochó que “había barcos que podían haberse hecho cargo de ellos”
El pesquero Nuestra Madre Loreto, que el pasado mes recogió a 12 migrantes en alta mar mientras faenaba en el Mediterráneo, ha vuelto a casa. Esta mañana, la embarcación ha arribado a puerto en Santa Pola (Alicante), donde esperaban decenas de amigos y familiares de la tripulación. Acaba así lo que el patrón del barco, Pascual Durá, ha definido como “una odisea”, los tres meses de travesía y los diez días en los que tuvo que alojar a los náufragos, hasta que pudieron desembarcarlos en Malta tras una larga negociación con el Gobierno de España, que quería que se entregaran a Libia. “Hemos vivido una situación muy difícil”, declaró Durá, “y el Gobierno ha actuado tarde y mal, pero estamos todos bien y con ganas de descansar”.
A las 10.20, el pesquero atravesaba la bocana de entrada al puerto de Santa Pola. En tierra esperaban familiares y amigos, con pancartas, cañones de confeti y una batucada. En el barco, la tripulación grababa todo con los móviles. Dos minutos después, y tras una maniobra con Durá al mando del timón, los marineros amarraban la embarcación. Los asistentes comenzaron a dar gritos de ánimo. Desde un astillero cercano, lanzaron por los altavoces el himno de España. La alcaldesa de la localidad alicantina, Yolanda Seva, se abría paso entre la maraña de periodistas para aproximarse al patrón de la embarcación.
Durá abrazó a su esposa, Jesica, y se dispuso a atender a los medios. “No somos héroes”, insistía el capitán del barco. “Simplemente hemos hecho lo que teníamos que hacer, porque en otra ocasión puedo ser yo el que esté a la deriva, en medio del mar”. Hace exactamente un mes, se cruzaron con una patrullera libia que acababa de descubrir dos pateras que cruzaban el Mediterráneo. Tres inmigrantes subieron directamente al barco santapolero. Otros nueve se lanzaron al mar y fueron rescatados por los pescadores. El resto de náufragos fueron recogidos por la embarcación del país norteafricano.
Durá notificó el rescate y desde Madrid le indicaron que debía trasladar a los náufragos a Libia, a pesar de que incluso la ONU desaconseja el retorno de inmigrantes a este país. Los náufragos recogidos no querían ni oír hablar de volver a Libia. “Fueron diez días innecesarios”, señaló Durá, “había barcos que podían haberse hecho cargo de ellos” y llevarlos a puerto seguro, como Italia o Malta. La situación llevó a la embarcación a un punto “límite”, sin apenas víveres ni combustible. Los 12 náufragos se sumaban a los 13 componentes de la tripulación, en la que apenas había espacio. Uno de los migrantes tuvo que ser rescatado por un helicóptero de la Cruz Roja debido a su precario estado de salud.
Para el patrón del pesquero, la actuación del Gobierno fue “desastrosa” y les obligó a tomar la determinación de “dejar de esperar y volver a Santa Pola”. “Ese fue el momento más complicado”, recordó Durá. Después de anunciar su decisión, el Gobierno “reculó” y les permitió “desembarcar a estas personas en Malta”. “Actuaron tarde y mal”, denunció el capitán. Nueve de estos náufragos llegaron hace una semana a Madrid, donde serán tratados como solicitantes de asilo. A la espera de que se resuelva su situación, está previsto que los migrantes sean acogidos en dos centros para refugiados, uno en Madrid y otro en Zaragoza, que dependen de la Secretaría de Estado de Migración.
Los diez días que la embarcación alicantina permaneció a la espera de la resolución impidieron que el Nuestra Madre Loreto siguiera faenando, en busca de quisquilla. Pero Durá asegura que no han “perdido demasiado”. “Siempre queremos más, pero al final hemos hecho una captura aceptable”, aseveró. “De todas formas, da igual si ha habido pérdidas, porque hay que ser humanos”, añadió. Ahora, lo único que quiere es “un plato de espagueti o de macarrones”, bromeó Durá, abrazado a su mujer. “Hace un rato, estábamos fondeados en Tabarca”, una isla alicantina situada frente a la costa de Santa Pola, “y he estado a punto de lanzarme al mar para venir nadando”.
La tripulación permanecerá en tierra unos diez o quince días. El próximo 4 de enero, participarán en un “acto institucional en el que se les entregará la medalla de plata de Santa Pola”, avanzó la alcaldesa, Yolanda Seva. “Estamos muy orgullosos de los marineros que se juegan la vida para salvar a otras personas”, dijo Seva, “son nuestros héroes”. “Héroe es Súper López”, le corrigió Durá, con un guiño.
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