Los votantes socialistas que se quedaron en casa
En Alcalá de Guadaíra (Sevilla) el PSOE perdió 4.218 papeletas y la abstención alcanzó el 43,5%
El pasado domingo será siempre una fecha clave para el socialismo andaluz. De golpe, el PSOE perdió 402.035 votos y 14 diputados en las elecciones hasta tocar suelo con 33 escaños. Muchos votantes socialistas cambiaron de papeleta, pero gran parte de ellos se quedaron en casa. Incluso en feudos donde su electorado no fallaba y acudía cada cuatro años a una cita ineludible. Hasta ahora.
¿Qué falló el domingo? ¿Por qué ese electorado dio la espalda al socialismo tras 36 años de fidelidad ininterrumpida?
“Siempre he votado a la izquierda y el domingo me abstuve. La gente está harta de los 40 años. Un punto fundamental ha sido la corrupción, mucho enchufismo, mucho mangante, y la gente pasándolo mal. Se creen que no pasa nada pero el lobo acaba viniendo. Susana [Díaz] tiene carisma pero no ha arreglado los errores del partido, donde se ha criado”. Ignacio Ramos expresa un desencanto que ha calado entre los vecinos de Alcalá de Guadaíra (75.106 habitantes), bastión socialista situado a las afueras de Sevilla. Si en Andalucía la abstención fue la segunda más alta desde 1982 con un 41,3% (2,6 millones de votantes), en esta ciudad se elevó hasta el 43,5% (24.978 vecinos).
El domingo el PSOE bajó aquí de 12.898 a 8.680 papeletas (un 8,4% menos del porcentaje total de votos) y Adelante Andalucía retrocedió de 9.326 a 5.861 votos. Los socialistas perdieron ocho puntos, pero con todo el PSOE fue el partido más votado con el 27%, seguido de Ciudadanos con el 18%, única formación que subió hasta duplicar porcentaje.
Alcalá de Guadaíra, gobernada durante toda la democracia por los socialistas, ha sido un granero tradicional de votos para el PSOE al igual que Dos Hermanas o la capital andaluza. Sin embargo, los socialistas han sufrido un desgaste con los años en esta ciudad industrial, cuyo Ayuntamiento gobernaban con 18 ediles (de una corporación de 25) hasta 2011. Ese año bajó hasta 13 y desde 2015 gobierna en minoría con nueve concejales.
“La campaña ha sido muy apagadita, muy tranquila, es nuestro último estilo. Creíamos que íbamos a ganar como siempre, pero no. El votante de izquierdas no acaba de encontrar ese referente en el PSOE o en Adelante Andalucía”, analiza Manuel Martín, secretario de organización de la ejecutiva local socialista. Díaz hizo parada en Alcalá de Guadaíra en campaña con un acto el pasado 16 de noviembre para movilizar a sus militantes, pero no logró evitar la sangría de votos.
En la sede del partido, en la calle Malasmañanas, pesa la resaca del domingo. El militante José Manuel Lara dice que tiene “mal digerido el resultado” y expresa con crudeza la división que sufrió el partido hace dos años. En Andalucía, principal federación del PSOE, la guerra interna se sintió con especial fuerza por la derrota de su líder en las primarias de hace año y medio frente a Pedro Sánchez. “Ha habido odio y rencor a Susana, un mar de fondo. Y eso no se ha vivido en democracia. A [José Luis] Ábalos le faltó tiempo para pedir la dimisión de la presidenta”, censura Lara.
Dos calles más abajo, Elisa Fernández, de 37 años, cuenta que votó al PSOE como toda su familia. “Tengo amigos desmotivados que no fueron a votar por pereza (...) No me gustaban actitudes de Susana pero soy socialista. Quizás no haya sabido transmitir lo bien que lo hace la Junta (...) Tengo miedo de los que vengan ahora porque no he vivido otra cosa más que el socialismo”, afirma.
En el Ayuntamiento, desde la oposición, la concejal del PP María del Águila Gutiérrez destaca la división interna que padece el grupo municipal socialista. “El electorado, cabreado, se ha quedado en casa”, opina Gutiérrez, que recuerda cómo seis ediles de los nueve que forman el equipo de Gobierno han dejado “escalonadamente” el acta en esta legislatura. “Aquí el PSOE solo perdió la mayoría durante la época de Juan Guerra, pero le salvó el Partido Andalucista; y ahora, que gobierna en minoría”, señala. La alcaldesa, Ana Isabel Jiménez, sucesora del histórico Antonio Gutiérrez Limones (21 años como regidor), ha rechazado opinar para este reportaje.
Eloísa Lara, secretaria general de juventud de la agrupación municipal, admite: “Nuestro fallo ha sido no transmitir el mensaje de que la extrema derecha iba a subir. Nos ha fallado la fuerza para vender lo que hacemos. Aunque también la gente está desmotivada y muy quemada de ver tanto conflicto, desde las generales de 2016 no hemos parado”, sostiene. “Ha sido un toque de atención fuerte, y si se pierde ahora, se pierde la Junta, que es la fuerza del partido”, concluye.
A pocos kilómetros, en Dos Hermanas (115.000 habitantes), el PSOE también retrocedió siete puntos y 6.200 votos. Su alcalde, Francisco Toscano, advierte: “No es que nuestro votante se haya quedado en casa, es que ha votado a Ciudadanos y Vox. Hemos explicitado el voto para frenar al coco [en referencia a Vox] y la gente ha dicho ‘si esto es lo que te molesta, esto voto”.
"Tenemos que hacer autocrítica por deméritos"
“En el área metropolitana de Sevilla nuestro votante se ha quedado en casa. Se daba por seguro que íbamos a ganar. Hay una desilusión con la política porque no resuelve los problemas, y esa idea cala más en nuestros votantes”. Lo dice el diputado socialista a en el Congreso y exalcalde de Alcalá de Guadaíra durante dos décadas Antonio Gutiérrez Limones. “El escenario nacional no ha ayudado, pero tenemos que hacer autocrítica. Hay deméritos propios”.
En 2016 el exregidor abandonó el cargo por su imputación por malversación, acusación de la que fue absuelto este año por el Supremo. “Por mucho que nuestra candidata repitiera que debía primar el acento andaluz, no ha sido posible. Susana [Díaz] planteó la preocupación por Vox en el debate y fue un error escenificarlo demasiado”, admite.
En otros bastiones socialistas la caída fue similar. En Linares (con la cifra de paro más alta del país, un 39%) el PSOE retrocedió 13 puntos (del 36% al 23%) y en Antequera también cayó ocho puntos (del 37% al 29%).
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