Casado defiende que el éxito de Vox en Andalucía reafirma su giro a la derecha
El objetivo final es "reunificar" a su electorado, pero el PP cree que los pactos con la formación de extrema derecha pueden ayudarles a recuperar poder en el resto de España
El líder del PP, Pablo Casado, cree que los resultados en Andalucía ratifican su estrategia de vuelta a “las esencias”. La dirección del partido sostiene que de no haber endurecido su mensaje, la fuga de votos a la formación de extrema derecha habría sido mayor, aunque una corriente interna opina que Casado contribuyó a legitimarla con sus discursos. El presidente popular niega que Vox sea “peligroso”. El objetivo final es reunificar a la derecha, pero el PP cree que será más fácil desde el poder y que Vox puede ayudarles en otras citas electorales.
El líder del PP, Pablo Casado, ya dice “Vox”. Durante toda la campaña se dirigió con insistencia a su electorado endureciendo su discurso para tratar de taponar la fuga de votos, pero nunca les mencionó directamente -sí lo hacían sus teloneros- porque entones no quería transmitir que tenían tanta importancia como la que asomaba en sus sondeos internos. El presidente popular dice ahora “Vox” para poder conjugar el verbo “pactar” porque son sus 12 diputados, unidos a los 21 de Ciudadanos, los que pueden darle la llave del Gobierno andaluz por primera vez en casi cuarenta años.
Y no solo de Andalucía. “Vox ha venido para quedarse”, sostienen fuentes de la dirección nacional, convencida de que esa alianza puede repetirse en futuras citas electorales. El objetivo final es “reunificar” el centro derecha, como anunció este lunes Casado, pero desde dentro de las instituciones creen que será más fácil.
“Se escucha mucho hablar de Vox como un partido peligroso, pero Podemos ha defendido la historia criminal etarra, la dictadura de Nicolás Maduro, proponía expropiaciones forzosas, decía que había que ir a la caza de los de derechas... ¿Qué va a decir la izquierda de la radicalidad si están con el partido más radical en toda la democracia española?”, declaró este lunes el líder del PP. Casado criticó “la superioridad moral de la izquierda para definir qué es radical o democrático” y enumeró todo lo que tiene en común con Vox, como "la bajada de impuestos, la derogación de la ley de memoria histórica, la defensa de la unidad de España y de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado y la regeneración y lucha contra la corrupción”. Fuentes de la dirección del partido aseguran que tiene buena relación con el líder de la formación de extrema derecha, Santiago Abascal, exmiembro del PP, y con Albert Rivera. Con ambos ha hablado ya para iniciar las negociaciones. También Juan Manuel Moreno habló con el candidato de Ciudadanos, Juan Marín la noche electoral.
Casado se presentó a la rueda de prensa posterior al comité ejecutivo nacional acompañado de Moreno, el gran superviviente de estas elecciones porque hasta la tarde anterior fuentes del PP nacional y del andaluz hablaban de sustituirle por una gestora si los resultados no les permitían sumar, como temieron hasta bien entrada la tarde, cuando estaba previsto que fuera el secretario general, Teodoro García, y no el presidente del partido quien saliera a comentar públicamente el escrutinio. “Nadie apostaba porque esto pudiera suceder”, admitió este lunes Casado.
El líder popular reunió a sus barones en la sede de Génova y posteriormente en una comida para reivindicar su estrategia durante la campaña y acallar las críticas internas. La dirección nacional del PP sostiene que si Casado no hubiera endurecido su discurso y no se hubiese volcado en la campaña -Moreno admitió que había hecho más actos que él mismo- la fuga de votos a Vox habría sido mayor. Quienes, dentro del partido, apuntaban durante la campaña que era una estrategia errónea porque legitimaba el discurso de la formación de extrema derecha y promovía que los votantes se inclinaran “por el original, y no la copia”, consideran que los resultados —12 escaños para Vox y 7 menos para el PP— les dan la razón. Pero admiten que la posibilidad de gobernar actuará como el mejor pegamento. El presidente madrileño, Ángel Garrido, defendió este lunes “la campaña de centro derecha” de Casado después de haber dicho, días antes, que el PP no debía “parecerse a Vox".
El líder popular quiso dejar claro que el endurecimiento de su discurso respecto al estilo de Mariano Rajoy no es ni coyuntural ni debatible. “La estrategia se ratifica. Tenemos que dejar clara nuestra esencia. Este partido no es una confederación de federaciones autonómicas. Esto es un partido nacional con un discurso nacional y una unidad de acción orgánica nacional”, advirtió.
"Exonerados" del mantra de la lista más votada
"El sentido común y el resultado electoral dice que el PP es el que tiene que liderar el cambio en Andalucía", aseguró este lunes Juan Manuel Moreno después de decir que había visto "llorar de emoción a los andaluces" ante la posibilidad de que ellos [la segunda fuerza] gobiernen la comunidad. Dos días antes, sin embargo, el presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, había insistido en el mantra del PP de que debe gobernar la lista más votada. "Que no gobierne un partido que gana las elecciones es igual a parálisis, división y sectarismo", dijo.
Preguntado por si la búsqueda de un pacto con Ciudadanos y Vox suponía que abandonaban la reivindicación de que gobierne el que gana, Pablo Casado respondió que una semana antes de las elecciones andaluzas habían presentado por tercera vez la reforma de la ley electoral municipal para que así fuera, pero que al ser rechazada por el resto de partidos se consideraban “exonerados” de cumplirla. Además, dijo, “en el caso de Andalucía se trata de un cambio histórico, parecido al del País Vasco cuando el PP apoyó a Patxi López” en 2009 para evitar un gobierno nacionalista.
Casado visitará hasta final de año todas las comunidades para designar a los candidatos a las autonómicas y municipales de mayo. “Este partido está como una moto”, subrayó. “Se acabó esperar en las sedes, vamos a salir a la calle”.
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