El salto de Valls a Barcelona intriga y desconcierta en Francia

El presidente francés, Emmanuel Macron, falló en su análisis. Hace unos meses, cuando el exprimer ministro Manuel Valls dio a entender que podía candidato a la alcaldía de su ciudad natal, Barcelona, Macron manifestó su escepticismo. No creía que Valls acabase presentándose.“No me fío de él. Siempre es capaz de un nuevo enredo”, dijo el presidente a sus colaboradores, según el semanario satírico Le Canard Enchaîné.

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Y no, los preparativos de Valls no eran ninguna estratagema para llamar la atención de Macron, ni para realzar su modesto perfil público en Francia, donde casi llegó a lo más alto de la República para acabar siendo un parlamentario de a pie, sin partido y con escasa influencia. Tras perder en las primarias socialistas para las presidenciales de 2017, abandonó el PS. La República en marcha, el partido de Macron, le rechazó como candidato a las legislativas. Se presentó por libre. Ahora es diputado independiente y adscrito a la mayoría presidencial.

El exprimer ministro, exministro del Interior y todavía diputado por el distrito de Evry, la ciudad de la que fue alcalde, ultima los preparativos para anunciar su candidatura. Para muchos franceses, la reacción es similar a la de Macron. Oscila entre el desconcierto por ver un exjefe de Gobierno saltando a la política municipal de otro país, y la intriga por entender qué puede ocurrir con esta aventura transnacional y europea con muy pocos precedentes.

A esto se añaden las críticas crecientes a Valls por haber mantenido el escaño de diputado pese a llevar meses preparando la candidatura a la alcaldía barcelonesa. Encabeza estas críticas Farida Amrani, consejera municipal en Évry y rival de Valls en las elecciones legislativas de 2017. Valls la derrotó por 138 votos. Amrani recurrió si éxito el resultado. Ahora impulsa una petición en Internet para que Valls renuncie al mandato de diputado.

“Hace meses que no está presente en la vida y en la circunscripción y que no se sienta en la Asamblea Nacional”, dijo ayer por teléfono Amrani, miembro del partido de izquierda La Francia Insumisa.“Tiene derecho de cambiar de vida y de patria, pero nosotros necesitamos que alguien nos represente y nos defienda en la Asamblea Nacional”.

Según la web nosdéputés.fr, que controla la actividad parlamentaria, Valls ha asistido a la Asamblea Nacional desde que en mayo empezó a preparar la candidatura, pero de manera muy intermitente. Y desde el 16 de julio, teniendo en cuenta la pausa veraniega en medio, no ha vuelto a aparecer, según la misma fuente.

Valls podría anunciar su renuncia al escaño en los próximos días, quizá coincidiendo con el anuncio de la candidatura, prevista el martes. La ley francesa sobre la no acumulación de mandatos impide ser alcalde y diputado a la vez, pero solo en Francia. Se redactó sin prever que un diputado francés fuese elegido en el extranjero.

La editorialista de la cadena de radio RTL, Alba Ventura, explicó esta semana en antena que, en una conversación con Valls, este le había anunciado que preparaba su “salida” de Francia. Respecto la polémica en torno a su posible dimisión como diputado, respondió: “Defendí la ley sobre la no acumulación, no soy tonto”. El mensaje era claro. Una carrera de 30 años en la política francesa. Otra está a punto de empezar.