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Solo una minoría de los afiliados del PP elegirán al sucesor de Rajoy

Castilla y León y la Comunidad Valenciana aportan unos 14.000 afiliados de los 200.000 esperados

Cospedal (centro) se hace un 'selfie' con miembros del partido, este lunes. En vídeo, Pablo Casado critica la escasa participación de los militantes.Vídeo: MARCIAL GUILLÉN EFE / EFE
Juan José Mateo

Solo una minoría de los 869.535 afiliados que el PP decía tener a 6 de junio elegirán al sucesor de Mariano Rajoy. A falta de que la formación haga público el censo, sus organizaciones más potentes casi no han podido aportar votantes que cumplieran con los requisitos de haber pagado sus cuotas y especificado que quieren votar. Andalucía, Castilla y León y la Comunidad Valenciana sumarán poco más de 26.000 electores, pese a que oficialmente rozan los 370.000 militantes.

El 5 de julio, los afiliados del PP elegirán a los candidatos que lleguen al Congreso —un máximo de dos de los seis actuales— y a los compromisarios que decidirán el nombre del sucesor de Mariano Rajoy en el cónclave (20 y 21 de julio). Sin embargo, solo una exigua minoría de los 869.535 seguidores que la formación dice tener participarán en el proceso, según fuentes consultadas por EL PAÍS. Sirvan de ejemplo Andalucía, la Comunidad Valenciana y Castilla y León, que son tres de las cinco Comunidades Autónomas con más peso en el sistema electoral del PP: a falta de la revisión de Génova, aportarán unos 12.000 votantes, unos 8.000 y poco más de 6.600, según fuentes de sus direcciones regionales, cuando se supone que tienen 169.602 afiliados, 149.177 y 49.621, respectivamente. Datos que demuestran la desmovilización de las bases del PP y que las cifras oficiales no constituyen un fiel reflejo de la realidad.

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¿Por qué no depuró el PP el censo antes de iniciar el proceso? Para no alterar el reparto de compromisarios que tiene cada Comunidad Autónoma, y que se calcula en función del número de afiliados de cada región. De hecho, antes del proceso electoral los dirigentes de la formación conservadora oficializaron que el número de afiliados en la Comunidad de Madrid ascendía a 94.607... pese a que la labor de purga liderada por Cristina Cifuentes dejó esa cifra en 68.427 para el congreso autonómico de 2017, al eliminar a fallecidos e ilocalizables.

Frente a las obligaciones de estar al corriente de pago y de apuntarse al proceso no surtieron efecto los llamamientos a participar de los candidatos, o que los presidentes de sede enviaran cartas personalizadas a cada afiliado para advertirles de la situación. Las trabas, denunciadas por los candidatos con menos posibilidades, redundarán ahora en una mínima movilización.

Una sola lista

Una vez que los afiliados voten el 5 de julio, la lista de aspirantes se reducirá a un máximo de dos. El 20 y el 21 de julio, los compromisarios elegidos por las bases decidirán quién sustituye a Rajoy. Para evitar un recrudecimiento de la guerra interna que ya está viviendo el PP, María Dolores de Cospedal propuso ayer que al cónclave solo llegue una lista.

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¿Sería partidaria de una integración de las dos listas más votadas?, le preguntaron a Cospedal en Onda Cero. “Absolutamente sí. Así de claro se lo digo”, contestó la aspirante. “Sería bueno para mi partido. Si es mi caso, yo lo voy a intentar. Esta candidatura lo que busca es que el día 21 salgamos más fortalecidos de lo que entramos el día 19, y desde luego cuando empezamos este proceso congresual”, añadió.

¿Lo haría también si quedase segunda en la votación de los afiliados?, le insistieron. “Tendría que ser así”, respondió Cospedal, la candidata a la que se supone con mayor peso orgánico, y por tanto más posibilidades de revertir en su favor la decisión de los afiliados a través de los compromisarios. “Una vez pasada la primera elección, deberíamos intentar ir conjuntamente. Si es posible, bien, y si no es posible, pues a llegar al final”, argumentó. “Tenemos un proceso largo. Hay mucho tiempo para hablar, para ponernos de acuerdo y redifinir nuestro proyecto ideológico”.

Con Sáenz de Santamaría

Aunque Cospedal no llegó a especificar que renunciaría a la presidencia si queda segunda en la votación del día 5, sí avanzó que querría llegar a un acuerdo hasta con Soraya Sáenz de Santamaría, con la que se la supone enfrentada.

El resto de candidatos hicieron ayer caso omiso a la oferta de una lista única. Aunque el sistema electoral de doble vuelta ha sido criticado desde el principio por los aspirantes más débiles, y por distintos líderes regionales, sus motivaciones parecen distintas. Mientras que Cospedal prima el mantenimiento de la unidad del PP, que considera como la garantía de futuros triunfos electorales, los críticos con la doble vuelta defienden que la opinión de los afiliados no puede ser alterada por los compromisarios.

“Yo no voy a juntarme a ninguna otra candidatura, yo me he presentado para ganar”, dijo, por ejemplo, Pablo Casado, que en principio es el aspirante más perjudicado por el sistema, porque no controla al ciento por ciento el aparato de ningún territorio.

“Somos compañeros y candidatos, cada uno legítimamente presentando sus ideas, pero el 21 no hay que preguntarle a nadie en qué candidatura estaba, sino cómo va a trabajar para ganar las elecciones municipales y autonómicas, las generales y las europeas”, dijo Sáenz de Santamaría, retrasando cualquier acuerdo a una fecha posterior al Congreso.

La fecha del 5 de julio, sin embargo, actúa como frontera de las elcciones del PP. Cuando decidan los afiliados, según fuentes de las candidaturas, solo quedarán dos aspirantes. Y ese día, todo cambiará: las cartas quedarán sobre la mesa, y las alianzas que hoy parecen imposibles podrán empezar a negociarse.

La comisión organizadora no acepta la candidatura de Bayo

La comisión organizadora del congreso del PP rechazó ayer la candidatura de José luis Bayo al no cumplir los requisitos exigidos. De los 100 avales requeridos solo eran válidos 42, hecho que no ha sido subsanado en el plazo concedido, según un comunicado del organismo.

En consecuencia, seis candidatos (y no siete) competirán por sustituir a Mariano Rajoy al frente de la formación conservadora: María Dolores de Cospedal, Soraya Sáenz de Santamaría, Pablo Casado, José Ramón García Hernández, José Manuel García Margallo y Elio Cabanes.

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Sobre la firma

Juan José Mateo
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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