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Las consultas de Macron, “en marcha”

Exteriores inicia una campaña impulsada por el presidente francés para renovar el espíritu europeo especialmente entre los jóvenes más escépticos

El ministro de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis.Vídeo: Olivier Hoslet (EFE)
Javier Casqueiro

Para millones de jóvenes del viejo continente, Europa es el aire que dan por descontado, según la exitosa máxima instaurada por el veterano diplomático español Alberto Navarro, ahora embajador de la UE en Cuba. ¿Cuáles son las aspiraciones de los europeos más jóvenes para su futuro en común? ¿Existen? En tiempos de postcrisis, escepticismos y populismos varios, ¿es suficiente el actual proyecto europeo para ilusionar a las nuevas y más preparadas generaciones? Tras este sustrato, el presidente francés y líder del Movimiento En Marcha, Enmanuel Macron, lanzó a sus colegas de las demás naciones socias del club un reto y algunas propuestas novedosas. Muchas están por debatir y asumir y otras han empezado a caminar, sin un rumbo fijo pero con el objetivo de volver a conectar a los más desengañados con Europa, esa entelequia única en el mundo. En los 30 años de existencia del Erasmus más de cinco millones de jóvenes se han beneficiado de ese programa de intercambio educativo entre países. España es el destino preferido.

Las “Consultas europeas” son una de las iniciativas clave de esa campaña, Hablamos de Europa, que este lunes presentará el ministro de Exteriores, Alfonso Dastis, en el Senado. El jueves pasado se puso “en marcha” el primer proyecto relacionado con esa causa en un acto que desbordó las expectativas en un aula a rebosar de la Facultad de Derecho de Complutense de Madrid. Ante más de 300 alumnos, la ministra francesa para Europa, Natalie Loiseau, y el secretario de Estado español para la UE, Jorge Toledo, departieron sobre esos anhelos e intentaron forzar durante más de dos horas que los jóvenes les contaran sus aspiraciones.

¿Una historia común es una entelequia europea?

J. C., Madrid

Los estudiantes que participaron el jueves, en la Facultad de Derecho, en el primer acto de la campaña Consultas europeas, preguntaron por la falta de una fiscalidad común, por la paradoja de que el inglés sea el idioma más usado y casi obligatorio en una comunidad que acaba de abandonar precisamente el Reino Unido tras el referéndum del Brexit, por la presión de las grandes empresas y, Louis, hasta por la carencia de una armonización educativa. La ministra francesa, Nathalie Loiseau, constató que hace unos años ni más ni menos que el eje francoalemán intentó consensuar un manual común de historia y resultó un fracaso. A los políticos les pareció una exigencia demasiado ambiciosa. Habría que empezar por abajo, por poner de acuerdo a los profesores, y luego por las enseñanzas más primarias.

La campaña durará hasta octubre. El Ministerio dará la espoleta con una inversión de 276.000 euros e intentará implicar luego a otros actores sociales, medios de comunicación, sindicatos, universidades, think tanks, fundaciones. Habrá debates, una macroencuesta encargada a la Fundación Alternativas, mesas redondas y todo tipo de formatos. Se han subvencionado 23 proyectos de los 130 recibidos y se han dividido los asuntos a discutir en 10 temas, que lo abarcan todo sobre la materia europea.

En la Facultad de Derecho, la ministra francesa intentó inocular la idea de que Europa es ya ahora, y pese a todo, un espacio único de valores y servicios públicos universales y gratuitos. Y les advirtió de que por el hueco del euroescepticismo, del pasotismo y de la abstención, en las elecciones en Francia se han colado partidos extremistas que rechazan Europa.

Toledo enfatizó que vista la sangrienta y fratricida historia común, la paz actual y esos logros no deberían darse tan por descontado. Pidió que se hable más y mejor de Europa, presumió de haber derrotado a los pesimistas que cayeron estos años en el “pánico existencial” y pidió paciencia para que cale ese sentimiento de pertenencia que tanto se echa aún de menos.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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