El Chicle calcula desde la celda que “en siete años” estará fuera
Después de recibir una carta de ruptura de su esposa, el autor confeso de la muerte de Diana Quer escribe supuestamente una misiva involucrándola en los hechos
Un día después de trascender que las últimas pruebas forenses no logran demostrar la agresión sexual sobre el cuerpo de Diana Quer, ha salido a la luz una supuesta carta de despecho contra su esposa escrita por El Chicle el pasado 14 de febrero, San Valentín. En la misiva, redactada en gallego y dirigida a sus padres al día siguiente de recibir en prisión, según él, la carta de ruptura de su pareja, el autor confeso de la muerte de Quer trata de involucrar a su esposa en los hechos del 22 de agosto de 2016. Además, echa cuentas desde su celda en la prisión pontevedresa de A Lama y se jacta de que, con los permisos penitenciarios que además pueda disfrutar, aunque lo condenen por homicidio estaría "fuera" en "siete años". Según su versión, así se lo ha explicado su abogada. El padre de la víctima, Juan Carlos Quer, lidera una campaña y mantiene reuniones con los grupos políticos para lograr la no derogación de la prisión permanente revisable. Su abogado defenderá, además, en el juicio que el supuesto homicida actuó empujado por un móvil sexual cuando secuestró, estranguló y arrojó a un pozo el cadáver desnudo de la muchacha de 18 años que veraneaba en A Pobra do Caramiñal (A Coruña).
La carta atribuida al homicida, tal y como avanzó en exclusiva TVE, llegó hace unos 15 días al buzón de la casa de Asados (Rianxo) que habitan los padres de José Enrique Abuín Gey, alias El Chicle, en la que ahora también se ha instalado la propia Rosario R., su esposa. En su texto manuscrito, el preso cuenta que el día anterior le llegó correspondencia de la mujer anunciándole que la relación se ha acabado definitivamente. "Me va a doler mucho tener que olvidarte como hombre, pero no quiero que albergues ninguna esperanza conmigo. Solo puedes tener una conocida que te va a recordar el resto de su vida. Entiende mi situación, por favor", escribe él que ella le ha dicho, literalmente, en la carta recibida en A Lama. Y más adelante, la enreda en el suceso: "Yo no quiero que Rosario pase por esto, por eso dije que había sido yo solo y a ella le dije que dijera que no venía conmigo".
La esposa de Abuín mantuvo durante meses la coartada del que era desde noviembre de 2016 principal sospechoso de la desaparición de Diana Quer. Hasta que fue detenida a finales del año pasado, aseguró a la Guardia Civil que aquella madrugada en que se perdió el rastro de la chica había estado robando combustible de camiones con su marido. Cuando al fin se derrumbó, confesó en los calabozos de A Coruña que esa noche de las fiestas patronales de A Pobra do Caramiñal no había salido de casa. En ausencia de su esposo, se había puesto el pijama y se había ido a la cama. La Sección Sexta de la Audiencia Provincial de A Coruña está a punto de hacer pública su resolución del recurso presentado por los padres de Diana Quer contra el archivo de la investigación acerca de Rosario R., decretado en enero por el juez instructor de Ribeira.
Abuín Gey, descrito por muchos allegados como un individuo traidor y mentiroso compulsivo incluso con su familia, afirma luego en su supuesta carta que, aunque ya le contó todo a su abogada de oficio, no declarará "la verdad" hasta "hablar con Rosario". "Vosotros tranquilos, si sigue con lo mismo, yo ya tengo claro que prefiero que lleven todo a que ella se quede con nada", dice en referencia a las incautaciones judiciales y a la posibilidad de un divorcio planteado por su esposa. Al final del texto, El Chicle vuelve sobre el tema de su pareja y madre de su hija pero cambia nuevamente el tono: "El amor es algo más fuerte que nosotros y muy difícil de controlar"; "entendedme, yo la amo".
En esta carta en la que señala a su esposa como implicada, el ahora único investigado por la muerte de Diana Quer busca, también presuntamente, un acercamiento a su familia carnal, dividida tras la detención, con una madre que ha renegado públicamente de su vástago y un padre que ha tratado de mantenerse en un segundo plano para no acusar a su hijo. "Venid a un locutorio", les ruega, "tengo que deciros más cosas. Tengo que contaros todo". "Vosotros tranquilos, aquí ya me dijo la abogada que me iban a pedir homicidio. Son de 10 a 15 años, pero a los siete ya estaría fuera y, con tres o cuatro, de permiso". "Sed fuertes y gracias por el apoyo", sigue, "os quiero y ya sé que me queréis. Siento mucho que nos encontremos en esta situación, pero ahora ya está".
No obstante, también los alecciona. Los orienta en un supuesto propósito del preso de sacar beneficio, a través de los medios de comunicación, de la situación a la que ha abocado a todos los suyos. El Chicle asegura que un periodista de una televisión le ha pedido visitarlo en la cárcel e indica a sus parientes que se pongan en contacto con él para negociar una cantidad. "Menos de 10.000 euros nada, eso mínimo", indica el hombre que sostuvo ante la Guardia Civil que mató a la joven madrileña en un atropello fortuito. Pero "no decir nada de 10.000, que ofrezcan ellos" primero, enseña a sus padres sobre cómo actuar con los medios.
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