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La ocasión perdida en Europa de Elena Valenciano

La eurodiputada española era una buena candidata para liderar a los socialistas en Bruselas, según sus colegas

La socialista Elena Valenciano no se postulará a la presidencia del grupo de los socialdemócratas europeos después de que la dirección del PSOE rechazara darle su aval para intentarlo. La eurodiputada y actual vicepresidenta del grupo no lo hará a pesar de que acumulaba credenciales para dar la batalla: tiene una dilatada experiencia en el Parlamento Europeo —donde cumple su tercera legislatura— y desempeña un trabajo valorado por sus colegas, que destacan su labor en favor de los derechos humanos y su perfil feminista. La española podía haber tenido opciones de lograr la presidencia, según se analiza en el grupo.

"Si su partido [EL PSOE] la apoyara tendría posibilidades”, asegura una alta fuente del Parlamento Europeo. “Los eurodiputados socialistas del sur y prácticamente todas las mujeres de su grupo podrían apoyar a Valenciano frente a los apoyos de los alemanes y los nórdicos para su potencial rival, el alemán Udo Bullman”, añade esta fuente. Los socialdemócratas son el segundo grupo de la Eurocámara, y aunque su líder actual, el italiano Gianni Pittella, aún no se ha marchado (lo hará con probabilidad tras lograr un asiento en el Senado en las elecciones el próximo domingo), la carrera para sucederle ya ha comenzado. La falta de respaldo de su partido ha descabalgado a Valenciano, que ha aceptado el veto. “Sin ser un clamor, lo cierto es que podría haber dado la batalla de forma honorable”, señala sobre sus posibilidades un eurodiputado socialista.

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La labor de Valenciano como vicepresidenta de los Socialistas y Demócratas en el Parlamento Europeo, cargo que ocupa desde diciembre de 2016, cuando fue la mujer más votada, le ha dado gran visibilidad en el grupo, donde se valora que haya sido capaz de lograr una posición común a los 28 partidos en torno a materias tan sensibles como la política exterior, una de sus responsabilidades. “Es muy conocida”, apunta Kati Piri, eurodiputada de los Países Bajos, que destaca también su labor en la subcomisión de Derechos Humanos (que presidió desde julio de 2014 durante dos años) así como que “es uno de los pocos diputados que también tiene experiencia de política nacional al más alto nivel”.La socialista española fue vicesecretaria general del PSOE en la etapa de Alfredo Pérez Rubalcaba, y se significó después en defensa de Susana Díaz y de la abstención para permitir la investidura de Mariano Rajoy. Ese es el motivo al que atribuye la falta de respaldo de la dirección de Pedro Sánchez.

Valenciano, a quien su puesto actual de vicepresidenta la sitúa como elegible de forma automática, habría tenido también a su favor una delegación potente (la española) y numerosos contactos. Sus más de 200 intervenciones en Pleno esta legislatura le han granjeado respeto. La parlamentaria sueca Soraya Post, coordinadora de Derechos Humanos del grupo, la describe como una colega “comprometida”, con “una cabeza política muy completa” y “muy feminista”. Ser mujer era otra de sus bazas.

Pero sus credenciales quedarán inservibles porque la dirección socialista ha renunciado a respaldarla con el argumento de que promover su candidatura impediría que un español pudiera optar en la siguiente legislatura al puesto, para el que se compromete a presentar a otra mujer. “Ocupar ahora la presidencia no perjudica las opciones a futuro, la dinámica es la contraria. Si lo haces bien, te consolidas”, apostilla un eurodiputado español. Martin Schulz fue reelegido presidente tres legislaturas. Valenciano no lo será.

"Había opciones para ganar"

ÁLVARO SÁNCHEZ

Elena Valenciano percibe el veto de la dirección del partido a su candidatura a presidir el grupo socialdemócrata en el Parlamento Europeo, que asume, como una oportunidad perdida. Cree que sus posibilidades de imponerse eran reales, y niega que su aspiración respondiera a una maniobra personal para perpetuarse en la Eurocámara ante su eventual salida de las listas electorales el próximo año. “No tiene nada que ver con blindarse. Tiene que ver con tener apoyo para estar en una carrera que no sé si hubiera ganado, pero en la que había opciones”, lamentó ayer en una entrevista a EL PAÍS.

La política no comparte la apuesta de la cúpula del PSOE por el socialista germano en su defecto. “Con un español habríamos equilibrado la presencia centroeuropea en unas instituciones copadas por alemanes. Es importante que se oiga la perspectiva de los países del sur”.

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