Los votantes socialistas ven más futuro en el proyecto de Ciudadanos
El PSOE sufre una creciente fuga de votantes hacia el partido de Albert Rivera que se sitúa, según Metroscopia, en unos 900.000 votos
El momento Ciudadanos en la política española es ya un serio riesgo para el PSOE. Aunque la mayor amenaza de la eclosión del partido de Albert Rivera la padece el PP, el PSOE comienza a sufrir una creciente fuga de votantes hacia Ciudadanos que se sitúa ya, según el sondeo de Metroscopia de febrero, en un 18% (unos 900.000 votos). El partido de Pedro Sánchez no logra compensar esa vía de agua con el declive de Podemos, que frena el desembarco de sus votantes en el PSOE. Hay más socialistas que creen que Ciudadanos tiene un proyecto de futuro para España que los que creen que lo tiene el PSOE.
Ciudadanos empieza a suponer un problema para el PSOE, si el partido de Pedro Sánchez no logra detener la fuga cada vez más importante de sus votantes hacia la formación de Albert Rivera. La radiografía que proyecta el último sondeo de Metroscopia para EL PAÍS, correspondiente al mes de febrero, deja datos preocupantes para los socialistas que sobre todo tienen que ver con la capacidad cada vez mayor de Ciudadanos de atraer a su electorado. El PSOE pierde unos 900.000 votos en favor de Ciudadanos y solo recibe en torno a 300.000 de Podemos, mientras sus votantes dudan a la hora de identificar su propio proyecto.
El PSOE se sitúa ahora en tercera posición con un 20,1% en intención de voto, según Metroscopia, a menos de un punto del PP pero a más de ocho de Ciudadanos, mientras Podemos queda fuera de la competición a tres con el 16,8%. El partido de Sánchez pierde un punto y medio respecto al mes anterior y casi tres puntos respecto al pasado noviembre. Aunque el líder del PSOE haya dicho que no se siente concernido por la “liga de las derechas”, lo cierto es que la formación de Albert Rivera le ha acabado de meter también en la liga.
Los socialistas empezaron el año con una fuga de votantes a Ciudadanos del 13%, que en febrero ha crecido hasta el 18%. Eso son unos 900.000 votantes huidos, según los cálculos del instituto demoscópico (el trasvase de Ciudadanos al PSOE es solo del 3%), que podrían aumentar porque el estudio detecta también que en estos momentos el 17% de quienes en 2016 votaron a Sánchez se declaran indecisos (dudan entre abstenerse o acudir a votar y, en este caso, el partido por el que hacerlo). El PP es en todo caso el principal destinatario de la mordida de Ciudadanos, que se lleva el 28% de sus votantes (2,2 millones).
El fenómeno tiene el añadido también poco favorable al PSOE de que Podemos está logrando detener su deserción hacia su competidor en la izquierda. Pablo Iglesias ha reducido en este mes de febrero a menos de la mitad el porcentaje de sus votantes dispuestos a votar a Pedro Sánchez: del 13% al 6%. La consecuencia es que el PSOE sufre y empieza a perder lo recuperado desde que Sánchez venció en las primarias de mayo de 2017, porque lo que se deja por un lado —en Ciudadanos— ya no lo compensa por el otro —con Podemos—. Ahora está, según Metroscopia, en casi tres puntos menos del resultado de las últimas generales.
La explicación puede estar en una llamativa debilidad del PSOE que refleja la encuesta. El partido es el que presenta el nivel más bajo de identificación de su proyecto entre sus propios votantes en las últimas elecciones generales. Solo el 39% de los socialistas cree que su partido tiene un proyecto de futuro para el país, frente al 79% de los de Ciudadanos, por ejemplo. Pero es que incluso los votantes socialistas ven más claro el plan para España de Albert Rivera. Así lo cree el 43% del electorado de Sánchez en 2016.
El líder del PSOE ha arrancado precisamente 2018 con una propuesta de “diez acuerdos de país” que llevará al Parlamento en el segundo semestre del año. La dirección socialista ha aparcado su idea de la plurinacionalidad de España, principal novedad con la que Sánchez ganó las primarias.
Labor parlamentaria
Más datos apuntalan el riesgo que Ciudadanos supone para el PSOE. Un 56% de los socialistas aprueba la labor parlamentaria del partido pero muy cerca de la de Ciudadanos (que le gusta a un 53%). La semana pasada, Sánchez pidió a sus diputados un esfuerzo en revitalizar su acción legislativa para aprovechar la inacción del PP. El grupo tiene previsto impulsar una decena de incitativas legislativas con marcado carácter de izquierdas.
Otra señal: el porcentaje de votantes socialistas que aprueba a Rivera (60%) se queda solo cinco puntos por debajo del que aprueba a Sánchez (65%).
La dirección del PSOE sostiene que prefiere quedarse con los datos “oficiales” del CIS, cuya fotografía le es más favorable (le da un 23,1% de intención de voto), dijo la número cuatro, Carmen Calvo, el viernes en una comparecencia en Ferraz. La estrategia electoral que diseña Sánchez con el consultor político Iván Redondo pasa por consolidar primero la izquierda y luego buscar ganar por el centro izquierda. En Ferraz creen que todavía tienen margen de atracción entre los indecisos de Podemos —aunque los electores de Pablo Iglesias prefieren antes el proyecto de Rivera (un 24%) que el del líder del PSOE (un 14%)— y que recibirán también desencantados del PP. Según su plan, el PSOE podría conseguir aglutinar todo el voto útil de la izquierda en la víspera de las futuras elecciones con el argumento de que es la única fuerza progresista que puede ganar al PP. De momento, las señales apuntan a piedras en ese camino trazado.
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