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Murcia entierra el AVE a golpe de protesta vecinal

Una movilización vecinal sin precedentes logra soterrar un tramo de la línea de alta velocidad, pero los recelos subsisten

Unas mujeres esperan el pasado viernes para curzar un paso a nivel en plena ciudad de Murcia. Pedro Martínez Rodriguez.Vídeo: EL PAÍS | Quality
Virginia Vadillo

En los ochenta, los vecinos de Murcia se agruparon en torno a la Plataforma Pro Soterramiento para pedir la eliminación de las vías del tren que, desde hace 150 años, parten en dos la ciudad. Sin embargo, no fue hasta 2006, con el compromiso de la llegada del AVE a la ciudad, cuando se empezó a vislumbrar la posibilidad real de tal soterramiento.

El proyecto, que abarcaba unos 4 kilómetros de vías bajo tierra, quedó aparcado hasta 2015, cuando se adjudicaron las obras para un tramo de unos 500 metros. La presión vecinal ha logrado ampliarlo hasta los 1.100 metros y arrancar un compromiso para el resto del proyecto, pero la credibilidad de las instituciones está bajo mínimos entre unos vecinos cansados de escuchar “promesas que nunca se cumplen”.

Estos antecedentes son importantes para entender por qué los vecinos se concentran cada tarde desde hace dos meses junto a las vías en el entorno del paso a nivel del barrio de Santiago el Mayor, incluso a pesar de que Adif inició el 15 de septiembre los trabajos de soterramiento, medio año antes de lo previsto. No confían en que la obra, que supondrá una inversión de unos 600 millones de euros, según los datos de Fomento, se vaya a concluir.

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El presidente de la Plataforma Pro Soterramiento, Joaquín Contreras, justifica esa falta de confianza en varios motivos. El primero de ellos, la ausencia de proyectos redactados, licitados y adjudicados: actualmente solo está firmado el proyecto para los 1,1 kilómetros que separan Senda de Los Garres de la estación, unas obras adjudicadas a Aldesa en 2015 para solo 500 metros y ampliadas el pasado 3 de noviembre gracias a las presiones vecinales.

El escollo del impacto ambiental

La Plataforma Pro Soterramiento presentó el 3 de noviembre una denuncia ante la fiscalía porque, en su opinión, el proyecto se está haciendo sin la memoria de impacto ambiental obligatoria para todas las obras públicas. En 2009 se redactó esa memoria, pero en base al convenio firmado en 2006. La plataforma defiende que entre ese proyecto y el que actualmente se está llevando a cabo solo hay una coincidencia del 18%, por lo que estiman que el estudio no es válido. Además, los servicios jurídicos del Ayuntamiento de Murcia emitieron en 2015 un informe en ese mismo sentido. En 2014, la plataforma planteó este asunto ante la Comisión de Peticiones de la UE, que les ha citado para comparecer en Bruselas el 23 de noviembre, a pesar de que la Comisión Europea avala la validez de la memoria de 2009.

El resto del proyecto son meros compromisos: en septiembre, el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, visitó Murcia tras varios días de protestas y anunció la licitación, en primavera de 2018 y en una sola fase, del soterramiento de la estación y el de las vías desde esta hasta el Carril de Los Miajas, en Barriomar. En fase de redacción y sin fecha de licitación prevista está el tramo final del convenio de 2006: una depresión de las vías desde Barriomar hasta Nonduermas.

Otro escollo insalvable para los vecinos es que la llegada del AVE será en superficie, en fase de pruebas en los primeros meses de 2018, transitando por una vía provisional hasta que acaben las obras (en marzo de 2020 la primera fase y en 2023 la segunda). La vía provisional pasará, en algunos casos, a poco más de un metro de viviendas y edificios y será preciso instalar pantallas acústicas, calificadas como “muros” por los vecinos, para paliar ruidos y vibraciones. Además, de acuerdo con la ley ferroviaria de 2015, la vía provisional no tendrá pasos a nivel y los vecinos temen quedarse aislados, a pesar de que se instalará una pasarela sobre las vías y un paso subterráneo en la zona.

Las protestas se han sucedido a diario desde el 12 de septiembre, cuando se celebró una multitudinaria manifestación. Dos días después, tras la visita del ministro, los manifestantes, que ocupaban las vías de manera pacífica, fueron desalojados por la fuerza por la policía, lo que generó un enorme aumento de la tensión. El 30 de septiembre, unos 50.000 vecinos salieron a la calle en defensa del soterramiento en la que ha sido la mayor manifestación en la capital murciana desde las celebradas en 2003 contra la guerra de Irak. Un mes más tarde, el 28 de octubre, unas 5.000 personas repitieron la protesta en Madrid.

Pero la reivindicación se ha visto empañada por actos vandálicos, de los que siempre se ha desvinculado la plataforma: hasta en cinco ocasiones se han atacado y prendido fuego a las máquinas que trabajaban en las obras. El más grave, el pasado 3 de octubre, cuando un centenar de encapuchados provocó importantes destrozos que obligaron a interrumpir el tráfico ferroviario durante cuatro días.

Tras ese episodio, el presidente de Adif, Juan Bravo, se desplazó a Murcia para anunciar el adelanto de las obras al 15 de noviembre con el ruego de que se deje trabajar a la concesionaria. Una buena noticia para la plataforma, pero no suficiente para parar sus reivindicaciones. Contreras dice que seguirán hasta lograr que el AVE no llegue en superficie. Su propuesta es que la alta velocidad se quede en Beniel, a unos 17 kilómetros de Murcia, hasta que el soterramiento esté concluido, pero ni Adif ni los Gobiernos central, autónomo y municipal contemplan esa opción.

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Sobre la firma

Virginia Vadillo
Es la corresponsal de EL PAÍS en la Región de Murcia, donde escribe sobre la actualidad política, social y medioambiental desde 2017. También trabaja con la Agencia EFE en esa comunidad autónoma. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo de Agencias por la Universidad Rey Juan Carlos.

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