El mayor sindicato vasco impulsa con Bildu un frente de agitación soberanista
ELA suma fuerzas con los abertzales contra la gestión del lehendakari Urkullu
El principal sindicato vasco, ELA-STV, y la formación abertzale EH Bildu empiezan a sumar fuerzas en contra de la gestión del Gobierno vasco y de la propuesta del lehendakari, Iñigo Urkullu, para actualizar el Estatuto de forma pactada. ELA, que tiene unos 100.000 afiliados, presiona al PNV para que abandone su modelo pactista y se sume a un frente exclusivamente soberanista, que imite la vía unilateral adoptada por la Generalitat de Cataluña, en busca de un Estado independiente vasco. Urkullu advierte del riesgo de fractura social.
“ELA es un agente de agitación, es peligroso y desestabilizador, y en muchos aspectos son más duros que la izquierda abertzale”,dijo ayer el portavoz socialista en el Parlamento vasco, José Antonio Pastor. “Son la avanzadilla del nacionalismo más radical”.
En su cruzada contra el PNV (partido al que inicialmente estuvo ligado), el Gobierno vasco y la patronal, ELA no duda en descalificar el modelo económico del Ejecutivo de Iñigo Urkullu “por neoliberal”; ha puesto en pie de guerra al sindicato contra el sector público y el empresariado y censura al PNV por pactar con un PP que, según palabras de su secretario general, Adolfo Muñoz, “actúa cual mafia”.
Urkullu: "La ley no es inmutable"
El lehendakari, Íñigo Urkullu, propuso ayer cambiar las leyes para solucionar los problemas territoriales, porque la legalidad, dijo, “no es inmutable”.
Urkullu, que respondía a una pregunta del presidente del PP, Alfonso Alonso, en el Parlamento vasco, emplazó al Gobierno central a reorientar su estrategia para ir hacia una reformulación del Estado que responda a realidad territorial, habida cuenta de que el actual “se ha revelado como insatisfactorio”.
“A partir de ahora vamos a hacer más política que nunca”, señalan los portavoces del sindicato. Y añaden que su objetivo es lograr un cambio radical económico y político a través de la convergencia de las fuerzas soberanistas.
Muñoz ratificó el pasado miércoles en la ponencia de Autogobierno del Parlamento vasco su apuesta por un modelo rupturista basado en la presión social, porque, según dijo, las instituciones, por sí solas, no van a poder superar el “veto” al reconocimiento del pueblo vasco como sujeto político. “Vemos bien”, declararon ayer fuentes oficiales de EH Bildu, “que las dos principales fuerzas sociales —ELA y el sindicato de la izquierda abertzale LAB— unan fuerzas por el soberanismo”. EH Bildu también ratificó el pasado fin de semana, en su congreso de refundación, su apuesta por la unilateralidad.
Para el lehendakari, Iñigo Urkullu, existe un riesgo de división en la sociedad vasca si el sindicato sigue por ese camino. “Me preocupa que pueda provocar una fractura social”, declaró ayer a EL PAÍS. También se lo dijo al presidente del PP, Alfonso Alonso, desde la tribuna del Parlamento vasco cuando, preguntado por la visita que cursó al president catalán Carles Puigdemont, y como una manera de dejar claros sus principios, le respondió que se plantea como un reto estratégico “evitar cualquier tipo de fractura social”.
Crispación
Elkarrekin Podemos, PSE y PP no creen en la efectividad política de un frente de agitación social y laboral como el que impulsa ELA, sobre todo porque no hay una mayoría social que lo respalde, pero sí temen que genere crispación en la sociedad vasca y en el tejido industrial.
“El PNV tiene muy clara la estrategia como para dejarse presionar. Necesitaba un pacto con el PSE y el PP y lo ha hecho”, declaró ayer el responsable de política de Elkarrekin Podemos, Eduardo Maura. “Además, aquí no existe un clima social en favor de la independencia”, concluyó. Es más, los vascos han premiado electoralmente lo contrario: el PNV de Urkullu lidera el Ejecutivo autonómico, las tres diputaciones y las capitales vascas con apoyo del PSE y puntualmente del PP. “ELA está en una estrategia política más que sindical, y eso tiene muy preocupada a la patronal”, interpretó el presidente del PP de Álava, Iñaki Oyarzabal.
Al PNV le preocupa que en ese contexto se pueda frustrar la gran apuesta del partido centenario para esta legislatura: un acuerdo mayoritario y transversal entre vascos que actualice el Estatuto de Gernika. 2018 será un año clave para la elaboración del nuevo texto articulado que se debatirá en ponencia.
El presidente del PNV, Andoni Ortuzar, llegó a decir hace tres meses que EH Bildu estaba secuestrado por ELA. Tras las críticas sindicales al presupuesto vasco, EH Bildu se distanció de las negociaciones. Al lehendakari Iñigo Urkullu el sindicato ELA le convocó una huelga general en 2013, cinco meses después de llegar al poder.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.