Nace el PSOE de Pedro Sánchez
El secretario general da un claro giro a la izquierda al partido y cambia el modelo de organización
El PSOE abre este domingo una nueva etapa en su historia centenaria. El partido reformista que desde el centro-izquierda conquistó una mayoría social va a ser sustituido en el 39º congreso por una formación que pretende ser nítidamente “de izquierdas”. Los socialistas dan así un claro giro en su historia reciente con el objetivo de recuperar los millones de votos que en los últimos años se han fugado a Podemos. El cambio será visible desde este mediodía, cuando se elija al equipo que acompañará al secretario general, Pedro Sánchez, y se apruebe el nuevo proyecto político. La futura presidenta, Cristina Narbona, subrayó, sin entrar en precisiones, que el PSOE no solo debe ser de izquierdas sino “parecerlo”. El primer paso ha sido asumir la España plurinacional.
Tras imponerse en las primarias, Pedro Sánchez ha ido esbozando con cuentagotas sus planes para el PSOE. Y suponen una ruptura evidente con el pasado más reciente. Si Felipe González construyó un partido que se dirigió desde la izquierda hacia el centro para alcanzar las mayorías sociales que le permitieron gobernar entre 1982 y 1996, Sánchez ha optado por dar un viraje a la izquierda para intentar atajar la sangría de votos que ha sufrido el PSOE tras la fuerte irrupción de Podemos.
En el plano organizativo, el cambio que planea Sánchez no es menos brusco. González, en una línea que siguieron sus sucesores como José Luis Rodríguez Zapatero o Alfredo Pérez Rubalcaba, optó por un partido con un peso clave de los órganos de representación, atento a los equilibrios territoriales y con interlocución directa entre la dirección federal y las direcciones autonómicas. Sánchez, aupado por segunda vez al mando del PSOE en unas primarias, está buscando un liderazgo que se blinde ante los dirigentes territoriales y que busca la legitimidad de forma permanente a través de la militancia. En esta segunda etapa al frente del PSOE, Sánchez se ha rodeado en su ejecutiva de personas de su absoluta confianza, sin apenas margen para la integración.
El primer objetivo del líder socialista es frenar la inmensa fuga de votos que está sufriendo el PSOE desde las elecciones de 2011, unas derrotas que fueron aún más abultadas en 2015 y 2016, siendo él ya el cabeza de cartel. Este hecho, el haber llevado al PSOE a los dos peores resultados de su historia en democracia, ha sido un reproche que le han hecho de forma continua sus adversarios internos sin que haya hecho mella en una militancia que se movilizó en las primarias de forma masiva contra la decisión impulsada por la gestora de abstenerse en la investidura de Mariano Rajoy. Sánchez busca la hegemonía del PSOE en la izquierda, que estuvo amenazada por Podemos en las últimas citas electorales, aunque por un camino diferente al emprendido por sus predecesores, que se alinearon en su contra durante las primarias.
Los sindicatos auguran que el proyecto tendrá éxito
“Algo está empezando a cambiar”. Esta es la impresión del líder de CC OO, Ignacio Fernández Toxo, al ser invitado ayer a subir a las tribuna del plenario del congreso del PSOE en su inauguración, así como al secretario general de UGT, Pepe Álvarez. En los anteriores congresos los líderes de los sindicatos eran invitados a asistir pero no a intervenir. En los documentos aprobados por el congreso, se hace un especial reconocimiento a los sindicatos y se les invoca para tejer una mayoría que lleve al PP a la oposición. “El éxito del PSOE lo espera la sociedad española y el mundo del trabajo. Pedro, compañeros del PSOE es imprescindible, reconstruir un discurso de la izquierda”, instó Toxo. Tanto el líder de Comisiones como el de UGT, Pepe Álvarez dejaron en este congreso las reivindicaciones sindicales y siempre en primer lugar la derogación de la reforma laboral. Álvarez elogió “la lección de democracia interna” que ha dado el PSOE. Los dos sindicalistas felicitaron igualmente a Susana Díaz y a Patxi López. “Necesitamos un PSOE unido, fuerte y con capacidad de respuesta”, expresó Álvarez.
Felipe González, que apoyó a la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, en estas primarias, no va a acudir al congreso socialista, pero envió un mensaje grabado desde Colombia en el que abogó por que el PSOE recupere la hegemonía política. Para González y una buena parte del PSOE, el partido solo volverá a ganar elecciones si se mantiene en el espectro de centro-izquierda. El equipo de Sánchez, por contra, entiende que la irrupción de Podemos en 2014 es la clave del inexorable declive socialista en las últimas citas electorales. La mayoría de los cinco millones de votos del partido que lidera Pablo Iglesias proceden, según este análisis, de personas de izquierdas desencantadas con el PSOE. Recuperar a este electorado es la primera tarea del equipo de Sánchez.
“Somos la izquierda y queremos que se nos vea así”, defendió ayer Cristina Narbona, que añadió: “El congreso marca un antes y un después en la historia del PSOE. El espíritu es volver a conectar con los ciudadanos y hacernos merecedores de la confianza que perdimos y emprender un nuevo rumbo a La Moncloa”. Este merecimiento que invoca Narbona vendrá con la exposición de un nuevo modelo de partido, de políticas y de proyecto económico, que les haga “realmente identificables como el principal partido de la izquierda”.
Desde la inauguración del congreso este mensaje fue el que se pretendió que calara y no encontró resistencias. El presidente de la mesa del congreso, Luis Tudanca, secretario general de Castilla y León, dijo: “Muchos nos estaban esperando y, a partir de este congreso, podemos decirles que el PSOE va a ocupar su sitio, la izquierda”.
“Somos la izquierda”
El equipo de Sánchez ha considerado necesario hacer una redefinición de sus posiciones. “Somos la izquierda de gobierno, dialogante, la que tiene palabra y la cumple, la que no pierde de vista la dosis justa de realismo, junto a la dosis justa de utopía, que ha sido siempre la fórmula de éxito de los socialistas”, añadió Tudanca.
En ese giro a la izquierda que ha dado Sánchez en los últimos meses —tras las elecciones de diciembre de 2015 llegó a un acuerdo con Ciudadanos que no prosperó por la negativa de Podemos a entregar al PSOE la presidencia del Gobierno— el dirigente socialista ha ido también cambiando. En los últimos tiempos ha abogado por la unidad “de las fuerzas de izquierda”, una idea que fue sustituida por la “unidad de las fuerzas sociales y sindicales” para ser alternativa al Gobierno de la derecha.
Centenares de enmiendas de militantes afines a Sánchez provocaron esta reconsideración para excluir un acuerdo explícito con Podemos cuya presencia tienen muy en cuenta, pero al que no quieren reconocer como compañero de viaje de igual a igual. En este aspecto también ha habido divergencias internas. Sánchez y su equipo abogan por un mayor entendimiento con Podemos, una opción que numerosos dirigentes socialistas rechazan.
Sí sale de este congreso un enorme poder para los afiliados, un cambio que ha supuesto una auténtica revolución respecto a los cónclaves de los últimos 30 años. Este congreso rompe el modelo de negociación y pacto entre el secretario general y los líderes territoriales para la composición de la ejecutiva y del resto de órganos de representación.
Su elección directa por los militantes le permite prescindir de intermediarios. Solo permanece inmutable congreso tras congreso la enmienda de Juventudes Socialistas a favor de la república que pasa el corte en comisión, con el 20% de los votos, y es derrotada en el plenario, aunque en esta ocasión llevó más tiempo.
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