PSOE y Podemos escenifican en Castilla-La Mancha su fractura en las autonomías
No son de fiar, dicen en Ferraz sobre Podemos. Son lo mismo que el PP, replica el partido de Iglesias
La relación entre el PSOE y Podemos ha vuelto a entrar en barrena. Los dos partidos que luchan por la hegemonía de la izquierda revelan sus desavenencias en la mayoría de comunidades en las que los Gobiernos socialistas dependen del apoyo del partido de Pablo Iglesias. La representación más extrema de la dificultad de entendimiento se produce en Castilla-La Mancha, donde la animadversión entre ambas formaciones ha alcanzado cotas desconocidas después de que Podemos tumbara de forma sorpresiva los Presupuestos de Emiliano García-Page. En dos de las cinco autonomías en las que los socialistas fueron apoyados por Podemos se han roto todos los puentes, cuando está a punto de cumplirse el ecuador de la legislatura.
No son de fiar, dicen en Ferraz sobre Podemos. Son lo mismo que el PP, replica el partido de Pablo Iglesias. Los reproches se cruzan en ambas direcciones. Para el PSOE, Podemos actúa de forma impredecible y desleal. Para Podemos, los socialistas les ningunean y pretenden que validen una política que no se aleja lo suficiente del PP. La fractura coincide con que los socialistas rozan el segundo puesto electoral que, al menos en las encuestas de Metroscopia para EL PAÍS, perdieron en favor de Unidos Podemos tras las elecciones del 26-J. Están a cinco décimas.
Castilla-La Mancha es el escenario más visible del conflicto, unas veces declarado, otras soterrado, que Podemos y PSOE mantienen por la supremacía de la izquierda. “En el último año he hablado dos veces con García-Page”, cuenta el secretario general de Podemos en Castilla-La Mancha, José García Molina. Fuentes del Gobierno regional no comparten la queja, “anecdótica y que no justifica el voto en contra a los Presupuestos”, y recalcan que están abiertos al diálogo “permanente” y que aparte del presidente “siempre” hay otros altos cargos disponibles, como el vicepresidente José Luis Martínez Guijarro.
La región, donde los socialistas han gobernado en todas las legislaturas salvo la de 2011-2015 (PP) desde la restauración de la democracia, ha entrado en una crisis institucional y política después de que Podemos bloqueara los Presupuestos el pasado 7 de abril, al votar junto al PP. El relato de ambas formaciones sobre lo ocurrido revela un profundo desencuentro. Podemos argumenta que votó no porque el PSOE “ninguneó” sus enmiendas parciales a los Presupuestos, a pesar de que había alcanzado un acuerdo previo para aprobar la tramitación de las cuentas, y de que votó junto al PSOE en contra de la enmienda a la totalidad del PP.
Una relación más enconada en Asturias y Extremadura
El trato entre PSOE y Podemos es “más enconado” en Asturias y Extremadura que en Castilla-La Mancha, reconocen en el Gobierno de Emiliano García-Page. “Pero lo de Castilla-La Mancha es más grave por el fondo y la forma y porque tumbaron los Presupuestos sin margen para que hubiera otros”, apostillan. El Ejecutivo regional destaca que Podemos podría haberse abstenido “logrando el mismo efecto” que votando en contra junto al PP “pero dejándose una salida ante sus votantes”.
El Ejecutivo de Guillermo Fernández Vara ha sacado adelante sus cuentas gracias a la abstención del PP y Ciudadanos. Podemos ha votado en contra de los dos Presupuestos que lleva Vara porque “aplica las mismas políticas del PP”, según el secretario general autonómico de Podemos, Álvaro Jaén. Una situación parecida ocurre con el Gobierno de Javier Fernández, presidente de la gestora del PSOE. Susana Díaz ha aprobado los Presupuestos de Andalucía con el apoyo de Ciudadanos.
Los socialistas acusan a Podemos de haber actuado a traición porque no les avisaron de que votarían en contra de las cuentas. “¿Les comunica el PP su intención? Todo el mundo sigue en la lógica de que somos un apéndice del PSOE, y no lo somos. Desde que el acuerdo de investidura se rompió no tenemos por qué comunicarle nada”, arguye el líder castellanomanchego de Podemos. García Molina sostiene que el PSOE no quiso negociar ninguna de sus enmiendas, y tumbó 23 de 25. El Ejecutivo de García-Page transmite que en la comisión de presupuestos de las Cortes de Castilla-La Mancha Podemos respaldó el dictámen de Presupuestos. E inciden en que negociaron “tres meses” el apoyo a las cuentas autonómicas. “Hasta que no creímos garantizado su respaldo, mediante una comparecencia pública en la que Podemos puso como condición un Plan de Garantías de 120 millones de euros, no aprobamos el proyecto de ley de presupuestos. Lo hicimos en el Consejo de Gobierno al día siguiente”, explica el Ejecutivo de García-Page.
Las diferencias entre ambas formaciones no son nuevas. Ya había precedentes. Podemos dio por roto su pacto de investidura con García-Page en septiembre del año pasado. Fue entonces cuando “empezó la desconexión” con los socialistas, admite García Molina. “Dejamos de hablar. Ha ido cada vez a menos y ahora estamos en punto muerto”, afirma el dirigente, afín a Pablo Iglesias, que aspira a revalidar su liderazgo en el partido en el congreso regional del 14 de mayo. El líder de Podemos de Castilla-La Mancha, y otros como el de Extremadura, aseguran que la decisión de rechazar los Presupuestos la han tomado de forma “completamente autónoma”, y que la dirección estatal solo ha sido informada.
A expensas de las primarias
La cúpula de Podemos aguarda la resolución del proceso de liderazgo en el PSOE, consciente de que su propio futuro depende en gran medida de las primarias socialistas del 21 de mayo. Iglesias ha evitado mostrar su preferencia por alguno de los candidatos aunque hace unas semanas endureció su discurso contra el PSOE, al que acusó de “no tener proyecto de país de futuro”. “Tenemos claro, eso han dicho ellos, que con nosotros no quieren gobernar, por lo tanto, han decidido entregar el Gobierno al PP. No solo la investidura, también se pusieron de acuerdo en el pacto de estabilidad. Esa falta de modelo de país les ha convertido en una dinámica parasitaria de las instituciones del Estado”, sostuvo.
En todo caso, la fractura no es la misma en todas las comunidades. En Baleares y en la Comunidad Valenciana Podemos aprobó las cuentas que el PSOE presentó con sus socios de Més y Compromís, respectivamente. Y en Aragón, Pablo Echenique ha adoptado una posición más pragmática, a pesar de que defendió en su ponencia política aprobada en el congreso del partido un alejamiento del PSOE. Tras anunciar el voto en contra de las cuentas de Javier Lambán si no era destituido el consejero de Hacienda, su dirección rectificó y alcanzó un nuevo acuerdo con el PSOE. Tendrán que validarlo las bases de Podemos en una consulta.
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