El Gobierno se acerca al PNV para mitigar su debilidad
El Ejecutivo busca con los nacionalistas vascos una salida para convalidar el decreto de los estibadores
El Gobierno sufre en cada sesión del Congreso, su estabilidad se pone en cuestión en cada votación y su debilidad queda de manifiesto en cada pleno. Se defiende con más vetos a iniciativas de la oposición, buscando acuerdos clave con el PNV y, sobre todo, se resigna a perder votaciones de importancia política, sin valor efectivo. Este martes perdió una para que las pensiones se revaloricen según el IPC y negocia contra el reloj con el PNV para salir del embrollo político que le supondría no convalidar el decreto que regula las condiciones de los estibadores.
Este martes, los grupos aprobaron sin el PP y con la abstención de Ciudadanos una proposición no de ley del PSOE que insta al Gobierno a tomar como referencia la inflación para subir las pensiones y evitar que pierdan valor adquisitivo. No es obligado su cumplimiento y, de hecho, la proposición de ley sobre subida de pensiones la vetó el Gobierno por entender que afecta a los Presupuestos y, por tanto, no será siquiera debatida ni votada.
Ese mismo instrumento del veto lo utilizó el Gobierno y lo ratificó este martes la Mesa con los votos de los representantes del PP y Ciudadanos en iniciativas sobre la equiparación de permisos de paternidad y maternidad y sobre el autoconsumo eléctrico para suprimir lo que se conoce como impuesto al sol. Ninguna de las dos podrá ser debatida con lo que el Gobierno salva su posición.
La línea de peligro esta semana para el Ejecutivo es la convalidación el jueves 16 del decreto sobre los estibadores. Nunca desde 1979 el Congreso ha rechazado un decreto y perder esa votación dejaría al Gobierno de Mariano Rajoy en una difícil situación por el revés político, por el conflicto laboral y por la presión de la UE para aprobar la norma.
El PSOE, a través de Antonio Hernando, ratificó que no lo convalidará salvo que haya acuerdo entre sindicatos y patronal y hasta mañana no hay más reunión prevista de los negociadores que un encuentro técnico, porque los estibadores quieren al Gobierno en la mesa de diálogo. En esa situación, el Ejecutivo ha recurrido al PNV. Su portavoz, Aitor Esteban, asegura que hay opciones para una salida antes del jueves, pero se negó a aportar más información. Con el PNV busca también el Gobierno un acuerdo que complemente los votos de Ciudadanos para poder tramitar los Presupuestos desde finales de este mes. Además del partido de Albert Rivera, socio preferente en la investidura, los nacionalistas vascos son el único grupo con el que el PP mantiene conversaciones estables sobre asuntos que le aseguren la estabilidad parlamentaria.
La situación difícil del Gobierno se mantendrá la próxima semana porque, por ejemplo, el PSOE llevará al pleno la proposición de ley para eliminar los asuntos polémicos de la ley de seguridad ciudadana, conocida como ley mordaza. Los socialistas ya lograron hace meses aprobar una moción sin valor real y ahora es casi seguro que lograrán la admisión a trámite de su iniciativa, en contra del voto del PP. A partir de ahí, empieza un largo proceso de discusión de enmiendas parciales y plazos ampliables que llevarán el trámite hasta finales de año, en el mejor de los casos. En ese asunto y en otros similares, el arma de estabilidad del Gobierno es el tiempo y, en el peor de los casos, negociar cuando ya es inevitable la aprobación.
En esa minoría inestable, el pleno se completó con la admisión a trámite de una iniciativa del PDeCAT para establecer un procedimiento de desahucios exprés para combatir las ocupaciones de pisos, con la curiosa coincidencia con el PP y Ciudadanos.
Y el PP logró que se admita a trámite una proposición de ley para reformar el reglamento del Congreso y regular los lobbies. No obstante, prácticamente todos los grupos han criticado la iniciativa, a la espera de que sean debatidas y pactadas las enmiendas parciales.
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