Los vascos y el RH de MacGyver

No le conviene a la lentitud de la justicia española trastabillarla ahora con la hiperactividad en los presuntos delitos de odio o con la generalización de la censura. Y no aludimos tanto al autobús naranja como a la inmadurez de una sociedad que necesita encomendarse enfermizamente al código penal para neutralizar el acaloramiento de los debates.

El código penal lo ha invocado el PP de Euskadi como resarcimiento de un vídeo ofensivo emitido en ETB el pasado 8 de febrero que retrata a los españoles en las categorías de chonis, fachas, progres y paletos. Y que lo hace no tanto desde el sarcasmo como desde una cierta convicción sociológica.

Sería el motivo por el que el PP ha urgido la intervención de la Fiscalía. Interpretando que la televisión pública de Euskadi ha incurrido en un delito de inicitación al odio y en un caso flagrante de xenofobia. Semejante exageración de los populares incurre en el error de considerar ellos mismos a los vascos diferentes de los españoles. Y redunda en el prosaismo y hasta la rutina con que se apela al amparo y la tutela de los tribunales.

El espacio de ETB se antoja ofensivo, agresivo. El propio Gobierno vasco ha procedido a eliminarlo después de haberlo tolerado, mientras que Bildu, tan sensible a la tolerancia y al candor del prójimo, defiende la libertad de expresión.

Tendría sentido reivindicarla en la lógica de la ironía y en la tutela del humor corrosivo, pero no desde la perspectiva de una televisión autonómica que ha adquirido obligaciones pedagógicas y responsabilidades de servicio público.

El programa en cuestión establece una división entre los vascos y los españoles, como si no hubiera chonis, paletos, progres y fachas en Euskadi. Y como si pudiera simplificarse al español en cuatro categorías, todas ellas expuestas peyorativamente y degradadas en su noción patriotera, en el ensimismamiento de la pandereta.

El espacio de ETB es una caricatura de los españoles, cuando no un escarmiento del episodio de MacGyver en que los vascos aparecían descritos como un pueblo primitivo y hasta nómada. Gentes que vivían a lomos de sus caballos, “montañeros que desde tiempos inmemoriales luchan contra Francia y España”, define el sexto capítulo de la primera temporada. Se les escucha ulular a los vascos en la entonación del irrintzi como si fueran apaches. Se les viste con txapela y chaleco negro. Presentan un insólito aspecto de indígenas americanos.Y se les sorprende en la iniciativa de secuestrar a una geóloga -¡una geóloga!- para fabricar una bomba atómica.

El delirio iconográfico es un desliz en el contexto de una serie que relacionaba a los vascos desde presupuestos exóticos y que no pretendía resultar hiriente. No sucede igual con la caricatura de los españoles reflejada en ETB, no ya por los tópicos con que se definen los españoles, sino por el mensaje subliminal de la diferencia, un homenaje a la supremacía y la pureza del pueblo vasco a la que Arzallus encontró una explicación científica, consolidando el principio fundacional del RH negativo.