La mujer que arrojó a su bebé a la basura: “Estoy más que arrepentida”
La acusada reconoce en el juicio que era consciente de que podía matar a su hijo al depositarlo en un contenedor de Mejorada del Campo
Arrodillada y llorando. Así ha acabado el juicio Catalina D. M., la mujer de 38 años que arrojó a su bebé recién nacido a un contenedor de basura en Mejorada del Campo (Madrid). La acusada, para la que la fiscalía ha pedido 27 años de prisión por un delito de asesinato en grado de tentativa, ha pedido perdón a la sala ante lo que ha considerado "una barbaridad". Después ha añadido que espera que sus hijos la puedan perdonar porque está "muy arrepentida".
El juicio se ha desarrollado esta mañana en la Audiencia Provincial de Madrid y ya ha quedado visto para sentencia, después de que testificaran, entre otros y además de la mujer los guardias civiles que rescataron al bebé del contenedor. La mujer ha admitido desde el primer momento el delito del que ha sido acusada: "Estoy más que arrepentida. Ahora me he dado cuenta del fallo tan grave que he hecho", ha destacado en el juicio que se celebra en Madrid.
Catalina D.M fue detenida a los pocos días de que fuera hallado el bebé. Dio a luz en el hospital del Henares, en Coslada a principios de julio de 2015, pero ocultó el embarazo a su marido y a sus tres hijos. Durante el juicio también ha reconocido que era consciente de que el recién nacido podía haber muerto tras haberlo arrojado al contenedor de basuras. "Después de estar en prisión me he dado cuenta del fallo tan grave que he hecho", ha destacado. "Estoy más que arrepentida".
La acusada metió a su pequeño la mañana del 15 de julio dentro de una bolsa de deportes, además de pañales y alguna toalla. Después lo tiró en el contenedor de restos orgánicos soterrado que hay en la avenida de los Toreros, en Mejorada del Campo. Dos hombres que estaban paseando con sus perros oyeron los lloros del bebé. Al principio pensaron que se trataba de un animal, en especial, un gato, por lo que avisaron de inmediato a la policía.
Un testigo ha explicado ante el tribunal que estaba paseando a sus perros cuando se percató de un ruido en los contenedores que en un principio pensó que era el "llanto de una cría de gato" y como quería salvarlo, pidió ayuda a un vecino. La Guardia Civil acudió de inmediato al lugar y ordenó que una grúa municipal levantara el contenedor. Después recuperaron al bebé: "Tuve que hacerle la reanimación porque no reaccionaba a ningún estímulo", ha señalado. Visiblemente emocionado, el agente ha relatado que cuando llegó al contenedor alertado por los vecinos se dio cuenta de que "aquello no era un animal, sino una criatura", por lo que solicitó asistencia sanitaria y una grúa del Ayuntamiento porque "era imposible acceder al contenedor dado que estaba soterrado".
El agente ha dicho que "el llanto cada vez iba siendo más agónico y apagado", por lo que intentaron sacarlo de cualquier modo pero no podían sin ayuda de la grúa.
Cuando llegó la grúa, sacaron el contenedor y lo dejaron en un césped que estaba al lado. Tanto él como su compañero comenzaron a sacar bolsas hasta que en un momento dado rasgó una de las bolsas y vio que había "una mochila negra con pañales alrededor sin usar".
"Entonces vimos un amasijo de mantas y un bracito de bebé; vi que tenía algo de vida", ha narrado el agente que inmediatamente salió corriendo al Hospital del Henares. Ha detallado que el recién nacido "tenía la piel transparente, se le marcaban las venitas y no reaccionaba a ningún estimulo". "Tuve que hacerle la reanimación porque no reaccionaba, fueron cinco o siete minutos hasta que empezó a llorar", ha concluido.
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