PSOE y PSC se dan más tiempo para aclarar su relación de casi 40 años

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La comisión bilateral creada por el PSOE y el PSC para revisar el protocolo de 1978 entre los dos partidos mantuvo el miércoles una reunión “más política que orgánica” que se centró en la crisis en Cataluña y aparcó el conflicto entre ambas formaciones. El PSOE mostró su conformidad con la resolución de la ejecutiva del PSC del 19 de diciembre: según los conocedores del encuentro define “de forma perfectamente clara” la posición del PSC dentro de la declaración de Granada.

“La primera reunión que mantuvimos, el 2 de diciembre, fue para reconstruir la confianza. Esta ha servido para comprobar que somos absolutamente coincidentes en la definición territorial de España y en el encaje de Cataluña dentro de un modelo federal tras una reforma constitucional”, destaca un dirigente vinculado a la gestora. Este y otros miembros del PSOE valoran lo que entienden como un “reposicionamiento” del PSC.

Los socialistas catalanes recalcaron, más allá del referéndum de independencia previsto para septiembre, la importancia que pueden tener los procesos judiciales al expresidente catalán Artur Mas por desobediencia y prevaricación en el 9-N, además de a Francesc Homs, diputado y exconseller de Presidencia de la Generalitat, y a la presidenta del Parlament, Carme Forcadell. El PSC insistió en su “compromiso” para “romper el bloqueo forzado” entre el “inmovilismo y la pulsión recentralizadora” del Gobierno de Mariano Rajoy y la “predisposición a la ruptura unilateral” del independentismo.

El discreto encuentro que mantuvieron los equipos negociadores en Ferraz —un almuerzo informal al que por parte del PSOE asistieron el número dos de la gestora, Mario Jiménez, y la eurodiputada Elena Valenciano pero no pudo asistir el extremeño Francisco Fuentes por un proceso gripal; por el PSC acudieron el secretario de Organización, Salvador Illa, y la diputada Meritxell Batet, faltando Antonio Balmón, alcalde de Cornellá— no se dedicó a abordar ninguna de las grandes incógnitas que marcan la relación entre ambas formaciones. Su origen fue el voto en contra de los siete diputados del PSC a la investidura de Mariano Rajoy, que no se abstuvieron como aprobó el comité federal del PSOE.

Pese al “buen clima de trabajo”, la incertidumbre sobre la presencia de los socialistas catalanes en los órganos del PSOE se mantiene. El PSC tiene voz y voto en el comité federal, el máximo órgano de decisión entre congresos del PSOE. Los 19.000 militantes en Cataluña también participan en el proceso de primarias para la elección de la secretaría general. Esta es, según responsables de los dos partidos, la cuestión fundamental que tensiona una relación de casi 40 años, en la que la gestora denuncia la existencia de un “desequilibrio” y “asimetría” que beneficia al PSC. Como ejemplo, Ferraz no tiene acceso directo al censo de los afiliados catalanes.

El plazo que los dos partidos se dieron en diciembre para aclarar el vínculo que les une, previsto para mediados de enero, no se cumplirá debido a la relajación en los tiempos. Un cambio de planes que interesa tanto a la gestora como a los socialistas catalanes. También influye que el comité federal se reunirá el 14 de enero para establecer una fecha aproximada a la celebración del congreso del PSOE. Las dos partes se dan de plazo unas semanas más, hasta el comité federal extraordinario que fijará, al menos con 60 días de antelación, el calendario definitivo del proceso congresual del PSOE —los críticos con la gestora piden que el congreso sea en abril frente a los partidarios de que sea en mayo o junio—, para tratar de consensuar los términos del vínculo entre ambos partidos. “Lo idóneo es alcanzar una solución compartida; no pueden salir perdiendo ni el PSOE ni el PSC”, asienten en las direcciones de ambos.

La autonomía del PSC en su política de acuerdos con otros partidos fue la última especificidad puesta en duda por la dirección interina del PSOE. Jiménez lanzó el mensaje, a través de una entrevista en Europa Press, de que el PSOE debía participar en la toma de decisiones para cerrar alianzas con otras formaciones en las próximas elecciones autonómicas y municipales. Jiménez argumentó que, dada la condición del PSC de “marca” del PSOE -y viceversa en el caso de las elecciones generales y europeas-, el PSC estaría “decidiendo también por el PSOE. Y por el PSOE solo puede decidir el PSOE”. El aviso del número dos de la gestora llegó ante la inquietud en la dirección transitoria de una posible alianza electoral en las autonómicas con el partido que impulsa Ada Colau, alcaldesa de Barcelona. Una posibilidad que el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, ha negado en varias ocasiones las últimas semanas.

El PSC remite a la resolución de mediados de diciembre, en la que insiste en su “convicción” de que la solución al “problema del encaje” entre Cataluña y el resto de España solo puede ser política y debe venir por la vía del diálogo, la negociación y el pacto. Para los socialistas catalanes, el remedio a la crisis política e institucional sería una reforma constitucional que transforme España en un Estado federal en la que además se “blinden” los derechos sociales.