Prisión sin fianza para la expareja de la joven ingeniera asesinada en Vigo

La titular del Juzgado de Violencia de Género de Vigo acordó este miércoles enviar a prisión a César Adrio, detenido por el asesinato de su expareja, Ana María Enjamio. La ingeniera de 25 años apareció apuñalada en portal de su casa el pasado sábado, tras regresar de la cena de Navidad de la empresa en la que trabajaba y a la que también acudió su supuesto asesino.

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El detenido, un ingeniero informático de 38 años, separado y con dos hijos, que ya se encuentra en la prisión pontevedresa de A Lama, ha negado durante su comparecencia de hora y media ser el autor del crimen. No quiso contestar al interrogatorio de la juez, Paz Filgueira, ni del fiscal; solo respondió a las preguntas de su abogado sobre su coartada en la noche del crimen.

A petición de la fiscalía, la instructora dictó en un auto la prisión provisional, comunicada y sin fianza para César Adrio y acordó continuar la causa bajo secreto de sumario por un presunto delito de asesinato basándose en los indicios de la investigación de la Brigada de Homicidios de la Policía de Vigo.

Tras permanecer detenido en comisaría desde el pasado domingo, César Adrio llegó esposado a los juzgados, con la cara tapada por un jersey y escoltado por policías. Antes de entrar en la sala para su interrogatorio, varios familiares le esperaban para darle ánimos y entregarle una bolsa con ropa.

Aunque los agentes aún no han hallado los teléfonos móviles del agresor y la víctima, ni tampoco el arma homicida, desde el primer momento los agentes trabajaron sobre la hipótesis de un caso de violencia machista, dados los episodios de celos del hombre.

Según varios testigos presenciales, César Adrio comenzó a acosar a Ana María cuando esta decidió cortar la relación para volver con otro chico con el que había estado saliendo antes de conocer al detenido, hace apenas dos años, cuando empezó a trabajar como becaria en la empresa Cablerías Auto de O Porriño (Pontevedra), después de obtener un brillante expediente académico en la Escuela de Ingeniería Industrial de Vigo.

Según los testigos que ha interrogado la policía para reconstruir las horas anteriores al asesinato, el presunto agresor se acercó insistentemente a Ana María durante la cena con el propósito de convencerla para llevarla a casa y hablar, pero esta rechazó la invitación y él abandono el local antes que el resto del grupo.

Los indicios apuntan a que César Adrio tuvo tiempo para esperar a Ana María en el portal del edificio, donde compartía un piso con unas amigas, y la apuñaló hasta en 10 ocasiones en el tórax y el cuello. Tendida en el suelo, la encontró un vecino alertado por los gritos de la víctima, pero este testigo ya no pudo ver al agresor.

Según su coartada, César Adrio salió de la cena donde estuvo con Ana María y se fue a casa de sus padres, con quienes vivía últimamente. Luego dijo que cogió el coche para ir a buscar a sus hijos a Vilagarcía de Arousa (Pontevedra), con los que regresó a Vigo de madrugada. Después de ser interrogado en comisaría con otros sospechosos intentó suicidarse cortándose las venas cuando la policía le comunicó que estaba detenido.