Rajoy enfría las peticiones de todos los partidos para modificar la Constitución
El presidente del Gobierno y Ana Pastor piden "prudencia" antes de abrir el debate
En el acto del 38 aniversario de la Constitución en el Congreso, este martes, la posibilidad de reformar de la Ley Fundamental ha vuelto a ser el centro. Todos los partidos están de acuerdo en modificarla pero, de nuevo, las diferencias de enfoque muestran las dificultades para acometerla y, especialmente, las reticencias del PP.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha enfriado de nuevo las peticiones de reforma de todos los grupos, con el argumento de que antes de afrontar la revisión de la Constitución es preciso acotar su alcance. "Hay que ser prudentes y decidir qué se quiere cambiar y qué no", ha asegurado el jefe del Ejecutivo a su llegada a la recepción al Congreso de los Diputados. Y ha completado esa cautela la presidenta del Congreso, Ana Pastor, al pedir en su discurso oficial "prudencia, sabiduría y cordura".
Una vez más, el líder del PP ha mostrado su disposición al diálogo para esa reforma, pero —como cada año— con dos condiciones: que se delimite antes el alcance y que se tenga una idea clara del final, con un consenso similar al de 1978. Es decir, Rajoy no quiere una ponencia abierta y teme un referéndum sin acuerdo previo de todos. Esas dos cautelas han impedido la reforma, incluso cuando el PP tenía mayoría absoluta y con el PSOE completaban los votos necesarios para sacarla adelante en el Congreso y el Senado.
El presidente ha defendido "fijar con claridad qué es lo que hay que preservar", ha rechazado las "ocurrencias" y ha citado la unidad de España, la soberanía nacional, la igualdad de los españoles, los derechos y libertades fundamentales, la pertenencia a Europa y los pilares básicos del Estado del bienestar como la educación, las pensiones y la sanidad. "Creo que todo eso hay que preservarlo porque son pilares básicos de la convivencia en los que estamos de acuerdo todos. A partir de ahí, evidentemente, se puede hablar, pero creo que debemos ser prudentes y saber claramente qué es lo que queremos modificar y qué es lo que no queremos modificar", ha dicho.
Antes que él, todos los partidos han mostrado los diferentes enfoques de reforma. El PSOE y Ciudadanos han pedido reformas parciales y Podemos, un cambio radical y a fondo con "un nuevo articulado".
El presidente de la gestora del PSOE, Javier Fernández, ha defendido la necesidad de iniciar ya los trabajos parlamentarios para abordar la reforma de la Constitución, sin necesidad de esperar a que los socialistas celebren el Congreso Federal en el que elegirán a su nueva dirección y para el que no hay fecha precisa. Ha explicado que en España las constituciones nunca se han reformado, siempre se han sustituido por otras, pero que es momento de hacerlo. No obstante, ha advertido de los "riesgos que todos conocemos", para referirse al final en un referéndum como el celebrado en Italia.
De hecho, la actual máxima autoridad del PSOE ha asegurado que ese tipo de consultas "le vienen muy bien a opciones" antisistema. Fernández ha pedido también el máximo consenso para esa hipotética reforma. "Los plebiscitos tienen estos riesgos", ha dicho. Fernández ha deseado "esta tendencia a lo plebiscitario se vaya amortiguando, porque están volviendo fantasmas viejos vestidos de populismos nuevos".
El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, ha pedido a los partidos que sean "valientes" para afrontar una "modernización y actualización" de la Constitución, que consiga el mayor consenso posible, pero "sin privilegios" para ningún territorio. Esa reforma debería referirse, en su opinión, a "competencias autonómicas, financiación de servicios públicos, supresión de aforamientos, una ley electoral más justa y reformar el Senado".
Mucho más lejos han ido los dos representantes de Podemos, Pablo Echenique y Carolina Bescansa, al pedir una reforma global de la Constitución, sin limitación alguna. Podemos puede con sus diputados forzar un referéndum incluso para abordar una reforma sencilla como la que se hizo con el artículo 135 en 2011.
Los partidos nacionalistas, independentistas o soberanistas ni siquiera han estado presentes en el acto de aniversario de la Constitución.
En el discurso oficial, la presidenta del Congreso ha asegurado que esa reforma que se empezará a ver en una ponencia es una "posibilidad abierta", ha pedido que no sea un cambio "por y para algunos" y ha demandado "diálogo, altura de miuras y respeto por el pluralismo", con referencias a la Transición y el espíritu constitucional.
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