Urkullu acusa de “infantilismo político”a quienes defienden las vías unilaterales

EL PNV no abandona el "realismo" político ni ante sus incondicionales. Esta mañana sus dirigentes, ante decenas de miles de militantes que han llenado las campas de Foronda para celebrar el día del partido, el Alderdi Eguna, apenas si han hecho algún guiño al concepto tradicional de territorialidad vasca entre Euskadi, Navarra y las provincias vasco francesas, y el lehendakari ha vuelto a apelar a la "utopía realizable" de la "nación vasca" pactada con el Estado.

Una semana después de lograr el apoyo de 400.000 vascos el 25-S y de redondear una victoria que les permite pactar con todos —aunque en el último minuto EH Bildu haya recuperado el escaño 29 por el voto que llegaba del extranjero— el lehendakari Íñigo Urkullu, y el presidente del partido, Andoni Ortuzar han proclamado que las reivindicaciones "maximalistas" conducen "a la nada" y que van a seguir construyendo Euskadi "sin castillos en el aire, sin generar expectativas falsas y sin infantilismos políticos", en un claro mensaje a EH Bildu y a su demanda de un proceso hacia la independencia similar al catalán.

"Hemos denunciado el maximalismo del todo o nada que habitualmente acaba en nada", ha dicho el lehendakari Íñigo Urkullu, mirando de reojo al proceso catalán aunque sin citarlo y ha recalcado que frente a esa realidad, el PNV se ha propuesto avanzar paso a paso, "con ambición" pero "también con humildad", reconociendo el camino recorrido para seguir avanzando.

Y para aclarar a qué se refiere cuando habla de "utopia realizable" de la nación vasca ha precisado: "Una nación que vamos a seguir construyendo mirando a Europa, reforzando la Eurorregión, impulsando la Federación de Naciones. Una Nación con vocación de Estado de todo un Pueblo, el Pueblo Vasco; que progresivamente vaya construyéndose según la voluntad de sus ciudadanos y ciudadanas", ha dicho.

Un planteamiento que se basa en pedir al Estado una relación de igual a igual, bilateral y que reconozca la realidad nacional de Euskadi. "Somos la Nación vasca. Hablo del Partido Nacionalista Vasco. Somos cuerpo y alma al servicio de la Nación Vasca. Vamos a seguir adelante: construcción social y construcción nacional", ha explicado, haciendo un juego de palabras para, quizás comparar al País Vasco con la nave del presidente de los Estados Unidos. Al final de su discurso ha gritado en medio de un aplauso generalizado: "Basque Force One".

Con una referencia muy breve a la crisis del PSOE "fijaros que cosas estamos viendo estos días" "con enfrentamientos y dimisiones" en referencia a la de Pedro Sánchez, Ortuzar ha dicho que al PNV le está tocando gestionar el partido y el país en un momento de zozobra, de incertidumbres en una Europa, desunida y despistada o en una España, herida gravemente por "una crisis global". "Casi todos partidos políticos tienen disensiones y problemas internos. Fijaos qué cosas estamos viendo estos días", ha dicho.

Sin embargo, no ha condicionado las negociaciones con el PSE, con el que el PNV se reúne este lunes, a la resolución de la crisis del PSOE, y se ha propuesto avanzar en "una Euskadi compartida". Ortuzar ha proclamado que el PNV está dispuesto a hablar, a compartir y a acordar con todos, "especialmente con los que quieran avanzar, con todos los que consideren que Euskadi es una Nación y que, como tal, tiene que ser reconocida", ha dicho pero sin excluir a los demás. "La Euskadi de 2020 no admite vetos ni tiene que tener temas tabú. Hagamos uso de la democracia. Democracia y decisión. Esas son las claves que deben guiar nuestra política. Democracia y decisión".