En libertad con cargos el bedel de una parroquia de Zaragoza detenido por ser un “ciberdepredador”
Logró "imágenes íntimas" de 103 niñas españolas de entre 12 y 14 años, algunas localizadas en la iglesia. Y ya fue detenido hace un año por lo mismo
Agentes de la Policía Nacional detuvieron este sábado en Zaragoza al bedel de una parroquia por “corrupción de menores” y “distribución y producción de pornografía infantil”. El hombre, de 33 años, llegó a obtener fotos “íntimas” de hasta 103 niñas de entre 12 y 14 años, a algunas de las cuales localizó en la iglesia. Ya había sido detenido hace un año por el mismo delito. Sin embargo, el juez de guardia, del juzgado de Instrucción número 4 de Zaragoza, le dejó en "libertad con cargos".
Por segunda vez en menos de un año la policía llamaba a su puerta. "No, otra vez no, son todas mayores de edad", trató de defenderse él. A las decenas de niñas que había embaucado en el último año, convenciéndolas para que le mandaran fotos desnudas y en actitudes sexuales, siguió sumando más y más. A algunas de ellas las "ficho" en la parroquia de la capital maña en la que trabaja desde hace años "como bedel". Siempre se hacía pasar por "una niña bisexual". Llegó a sumar 103 víctimas, más de 120.000 imágenes, 800 vídeos y más de 6.000 contactos telefónicos, entre todos los dispositivos que le fueron incautados. Todo un "ciberdepredador", en términos policiales, de 33 años, "un tipo solitario que vive con su madre".
Manual para proteger a tu hijo de los ciberdepredadores
– Asista a su hijo/a menor en su navegación por Internet. Tutélelo como lo hace en cualquier otra actividad cotidiana.
– Háblele de los peligros del chat, donde se pueden confundir al chatear con supuestos amigos que no resultan tales, prestando especial atención a los contenidos sexuales.
– No les permita que envíen fotos suyas o de su familia, ni cualquier información sobre ellos, sin la autorización de sus padres.
– Consensúe con su hija o hijo ciertas normas a seguir en Internet, compruebe qué contenidos consideran adecuados para exponer y compartir en la red.
Pese a sus antecedentes policiales por el mismo delito, "corrupción de menores", continuaba enganchado a su móvil, dentro y fuera de la parroquia. "Invertía mucho tiempo en sus víctimas", aseguran los investigadores. Y fundamentalmente lo hacía por las redes sociales a través del teléfono. "Copiaba su lenguaje, sus emoticonos, no usaba haches, era muy hábil y rápido, se ganaba su confianza en cuestión de días presentándose como una niña de su edad, y luego comenzaba a mandarles fotos de otras niñas desnudas, como si él fuera ellas, para pedirles a sus nuevas "amigas" que hicieran lo mismo", explican fuentes de la investigación. En alguna ocasión incluso, las obtuvo a cambio de recargarles el saldo del teléfono, darles dinero o regalarles un terminal nuevo.
"Hemos tenido que detenerlo de nuevo, pese a que su causa y el proceso de instrucción sigue abierto a la espera de juicio, él seguía actuando", aseguran los investigadores de la Unidad de Delitos Tecnológicos de la Policía Nacional Zaragoza, responsable de una investigación de más de un año y de esta segunda detención. "La pista nos la dio en 2015 la denuncia presentada por una madre en Tenerife (Canarias), cuando descubrió que su hija había sido engañada y había mandado fotos comprometidas e insinuantes por el móvil".
Ya en su habitación, franqueado por dos policías ante su ordenador y sus dispositivos, comenzó a lamentarse y a decir que "estaba yendo a un especialista para recibir un tratamiento psicológico", ante la amarga mirada de su madre. Este sábado quedó en "libertad con cargos", según lo dictado por el juez de guardia del juzgado de Instrucción número 4 de Zaragoza. Será el juez del juzgado de Instrucción número 6, que instruye esta causa, el que dirima si debe entrar o no a prisión y por un delito de "corrupción de menores", "distribución" y "producción" de pornografía infantil, como le imputan los agentes, "por el hecho de que incitaba a las niñas a que le facilitaran esas imágenes íntimas". Lo que no hacía era venderlas ni nada por el estilo, "eran para consumo propio, digamos", cuentan fuentes de la investigación. El detenido se enfrenta hasta a cuatro años de prisión.
Durante todo este año, los investigadores han ido localizando, "a lo largo y ancho de la geografía española", a esas 103 víctimas y a sus padres, aunque sospechan que puede haber muchas más, puesto que hay una gran cantidad de imágenes de menores que no han sido identificadas. "La mayoría no tenían ni idea de las imágenes que habían intercambiado sus hijas por el móvil y se mostraban sorprendidos". Son muchos, mayoría, los que han formalizado la denuncia correspondiente pero, señalan, "otros han preferido no hacerlo para no hacer sufrir más a sus hijas o no crearles un trauma"
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