Podemos y En Marea negocian ‘in extremis’ una coalición para las elecciones gallegas
La formación morada aceptaría al candidato del partido instrumental para las primarias si mantiene su nombre en la papeleta
Podemos y En Marea han intentado hasta el último momento la coalición electoral para las autonómicas gallegas. El partido liderado por Pablo Iglesias ha enviado a negociar a Galicia al secretario de Organización, Pablo Echenique y a la secretaria de Análisis Político, Carolina Bescansa, para arrancar un pacto a en En Marea, el partido instrumental creado hace dos semanas en Vigo para concurrir a los comicios del 25 de septiembre. Tras meses de titubeos culminados la semana pasada con el rechazo de las bases de la formación morada a integrarse en este nuevo espacio, la formación que lidera Pablo Iglesias ha intentado hacer valer su posición de acudir en coalición en las autonómicas. A cambio, aceptaría someter a sus candidatos a una elección conjunta con los del nuevo partido con el aspirante lanzado por la cúpula de En Marea en cabeza. El acuerdo implicaría un aplazamiento de las primarias que permitirá la inscripción de la coalición en la junta electoral prácticamente en el límite del plazo que finaliza este viernes.
Durante toda la tarde de este jueves ambas formaciones han mantenido una negociación in extremis para alcanzar el pacto después de que a medianoche de este miércoles se cerrara el plazo de presentación de candidaturas a las primarias de ambos partidos sin que se vislumbrase el acuerdo de una coalición electoral. Esta era ya la última posibilidad de una confluencia electoral, frustrada la de la integración de Podemos en En Marea.
El nuevo partido instrumental se comprometía a abrir “una vía de excepción”, la prórroga de las primarias, con el objetivo de incluir en ellas a Podemos aunque haciendo hincapié en lo irreversible de su hoja de ruta basada en sumar fuerzas “en pie de igualdad”. En Marea insiste en que Podemos no puede pretender equipararse a la suma del medio centenar de organizaciones (Anova, Esquerda Unida, Equo y más de cuarenta mareas ciudadanas) que han renunciado a sus marcas para encontrarse en el partido instrumental que les permita combatir al PP de Feijóo.
La negociación se produce tras un tenso tira y afloja no solo entre ambas formaciones, sino también dentro de la propia formación morada. La postura de las bases de Podemos Galicia, apelando al mantenimiento de su identidad, de no integrarse en el nuevo partido en el que se diluyeron el resto de las formaciones políticas de la izquierda plural, dibujó un escenario complicado.
Con las elecciones en el horizonte, entonces aún indefinido, del otoño, los portavoces provisionales de En Marea (los alcaldes de A Coruña, Santiago y Ferrol) advirtieron de la dificultad de los tiempos para poder alcanzar la coalición que a cambio prometía la formación de Pablo Iglesias. El adelanto de los comicios para el 25 de septiembre aumentó la presión y Podemos votó mayoritariamente a favor de alcanzar el pacto electoral. Para entonces era ya un clamor la reticencia de las fuerzas integradas en En Marea a una unión en pie de igualdad con quien acababa de rechazar el sacrificio de renunciar a sus siglas para abrazar el proyecto común de la izquierda plural.
La secretaria general de Podemos en Galicia, Carmen Santos, se dispuso no obstante esta última semana a hacer valer la negociación de la coalición ordenada por sus bases sin renunciar a las primarias de su organización. Así, mientras En Marea postulaba al magistrado del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia Luis Villares, próximo al regidor coruñés, Xulio Ferreiro, como candidato a la presidencia de la Xunta, el partido morado lanzaba a sus propias primarias la candidatura de la profesora de Sociología de la Universidad de Vigo afín a Santos, Magdalena Barahona.
La reacción de los partidarios de la confluencia fue inmediata. El exsenador de En Marea por el partido de Iglesias José García Buitrón anunció que competiría con Barahona en las primarias. Buitrón dejó claro que se presentaba con la intención de confluir con el partido instrumental. “Hay que abrir un espacio común de confluencia que teníamos ya hecho con las mareas”, anunció, dejando claras sus discrepancias con Santos que había defendido la imposibilidad estatutaria de la integración.
Por su parte, el sector opuesto a la confluencia amenazó con la ruptura si se alcanzaba la “falsa integración” que, en su opinión, suponía la disolución de la marca de Podemos dentro de en En Marea. Junto a las de Barahona y Buitrón se registró además otra candidatura encabezada por un militante vigués, Antonio Chaves. El acuerdo entre los dirigentes nacionales de Podemos y la coordinadora de En Marea precisaría de un fino encaje para combinar todas esas candidaturas en un censo común que permita afrontar unas únicas primarias.
Unas horas antes de que se iniciara la negociación con los dirigentes de Podemos, En Marea presentó públicamente la candidatura de Villares a las primarias. Respaldado por los miembros de la coordinadora, el aspirante se definió como “la voz humilde” para representar el proyecto “de construcción nacional en clave solidaria, comprometido con la democracia y la justicia social” para los gallegos.
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