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Narcotráfico

El señor de la heroína

Castor Manuel García dirigía desde Porriño (Pontevedra) el mayor supermercado de heroína descubierto en España en la última década

Parte de la droga incautada en Pontevedra.
Parte de la droga incautada en Pontevedra. Policía Nacional
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Discreto, sin hacer alarde de ostentación pero con un elevado nivel económico. Así es el prototipo del nuevo capo de la heroína en Galicia desde que algunos fracasados traficantes de cocaína tomaron las riendas de un negocio hasta hace pocos años marginal e incluso con pésima reputación entres las bandas criminales por los estragos sociales que acarreó el consumo de esta droga en la década de los ochenta en el entorno de la ría de Arousa, cuna del mercado de estupefacientes en España.

Con este perfil, Castor Manuel García González, de 50 años, que en el pasado fue un simple vendedor de cocaína, subió muy rápido al máximo escalón del narcotráfico hasta dirigir desde la zona fronteriza con Portugal, al sur de las Rías Baixas, el mayor centro de distribución de este opiáceo localizado en la última década por la policía. Castor Manuel cayó el pasado abril con las manos en la masa, cuando un correo de la organización de proveedores albanesa le entregaba un alijo de más de 56 kilos de heroína, el mayor incautado en Europa este año.

Así se desató un enorme operativo policial —Operación Moska— que puso al descubierto una potente red hispano-albanesa que operaba desde Barcelona y cuyo centro de suministro estaba en la ciudad de Ámsterdam (Holanda). Los cabecillas albaneses habían conseguido mantener en al menos los últimos dos años una línea estable de tráfico heroína afgana a través de las mafias turcas que tenía en Galicia uno de los principales destinos para su comercialización.

Este alijo intervenido en la ciudad de Tui representa una cuarta parte de toda la heroína interceptada en España este año. Valorado en el mercado negro en más de 12 millones de euros, los beneficios para los traficantes se hubiesen multiplicado al menos por tres, una vez cortada la droga y rebajado su índice de pureza para convertirla en millones de dosis para su venta. Ahora se ha sabido (tras levantar el juzgado de Instrucción de Porriño el secreto del sumario) que la organización estaba dirigida por tres experimentados albaneses con importantes contactos internacionales, aunque uno de ellos se dio a la fuga y se encuentra en busca y captura.

Castor Manuel negociaba directamente con ellos el precio y las cantidades de heroína a importar. Lo hacía desplazándose a Barcelona, donde cerraba con sus socios las operaciones y pagaba los alijos al contado. Una vez concertado el envío, los albaneses se encargaban de contactar con los proveedores turcos que organizaban el transporte hasta el sur de Pontevedra. Tras pagar la droga en Barcelona, la recogida se realizaba en Ámsterdam y su destino final era Galicia.

La investigación de la Udyco se inició en julio de 2015, cuando los agentes tuvieron información de que un individuo de Pontevedra podría estar comprando elevadas cantidades de heroína a una organización formada por personas de origen albanés, para después distribuirla tanto en Galicia como en Portugal. El seguimiento policial a Castor Manuel les condujo hasta Barcelona, donde contactó con los líderes del grupo para hacer una entrega de dinero. Los investigadores constataron que uno de ellos era el transportista, aunque se hacía pasar por ciudadano griego con pasaporte falso.

Semanas después, el correo de la banda salió de Barcelona en dirección a la ciudad alemana de Essen, donde esperó a que los proveedores le confirmaran el punto exacto de recogida del alijo. Desde allí recibió las indicaciones para desplazarse a Ámsterdam a la espera de que le notificaran el punto exacto de recogida de la heroína. En un Porsche Cayenne con matrícula alemana, el correo embarcó los fardos, que viajaron hasta Galicia. La forma de camuflar la droga en la carrocería del vehículo llamó la atención a los investigadores, que tardaron varias horas en localizarla. En los pases de rueda del tren posterior se hallaron dos dispositivos que daban acceso a sendos habitáculos a lo largo de los laterales de la carrocería donde iban 54 paquetes cilíndricos de opiáceo.

Al tiempo que caían en Galicia Castor Manuel y el transportista, la policía arrestaba a otras nueve personas, siete de ellas en Barcelona, miembros de esta red internacional de narcotraficantes, cuyas misiones eran la distribución, guarda, contravigilancias y negociaciones para la venta de la droga. Sin embargo, no se ha podido llegar a la cúpula de la organización en Holanda, dueña de la mercancía, y tampoco a uno de los principales cabecillas albaneses que logró escabullirse del cerco policial desde la ciudad condal por lo que se ha dictado orden internacional de detención contra él.

En los registros practicados, tanto en Galicia como en Cataluña, se intervinieron más de 350.000 euros en efectivo, siete vehículos de alta gama, básculas para el peso del estupefaciente, máquinas de contar dinero, municiones de armas de fuego, un silenciador, incluso una placa con el emblema y escudo de la Guardia Civil. El alijo apresado en Tui confirma la tendencia al alza de las incautaciones de heroína en los últimos tres años, según indicaron fuentes de la investigación. Los expertos han apuntado con preocupación al hecho de que Galicia se haya convertido en punto de destino de las mafias internacionales aunque parte de esta droga será comercializada en Portugal.

El hecho de que el precio de la cocaína se encuentre en máximos históricos es una de las causas, según los expertos, de que la heroína haya bajado su cotización en el mercado de estupefacientes, mientras inciden en que es prematuro hablar de un cambio de tendencia en el consumo.

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