PP y PSOE aplazan la decisión sobre el grupo de Convergència
La Mesa del Congreso rechaza la creación de los grupos de En Marea y A la Valenciana
PP y PSOE coincidieron este miércoles en sus posiciones para evitar que la decisión sobre el grupo parlamentario de Convergència en el Congreso coincidiera con el paso independentistas del Parlamento de Cataluña. Para eso, los representantes de ambos partidos en la Mesa del Congreso acordaron, frente a Podemos y Ciudadanos, dar un plazo de 48 horas a Convergència para que presente alegaciones que avalen su petición. La Mesa sí rechazó sin periodo alguno de alegaciones las peticiones de las confluencias valencianas y gallegas de Podemos.
La Mesa del Congreso acordó un trámite inesperado e imprevisto para aplazar la controvertida decisión sobre el grupo parlamentario de Convergència en el Congreso. El partido que encabeza Francesc Homs en la Cámara tendrá 48 para presentar alegaciones a su petición de grupo.
En la reunión de la Mesa, se presentó un informe jurídico en el que el secretario general del Congreso hace una relación detallada de todos los antecedentes, es decir, todas las veces que en democracia se ha aplicado con flexibilidad el reglamento. Se incluye también la jurisprudencia del Tribunal Constitucional que avala la discrecionalidad de la Mesa para decidir, especialmente, para facilitar la creación de grupos, a costa de saltar por encima de los requisitos formales. El informe no hace recomendación concreta alguna.
Los dos representantes de Ciudadanos, Ignacio Prendes y Patricia Reyes, defendieron lo que ya dijeron públicamente: no es posible legalmente pasar por encima del requisito del 15% en todas las circunscripciones catalanas o del 15% en el conjunto. Los dos de Podemos, Marcelo Expósito y Gloria Elizo, también rechazaron que Convergència tenga grupo.
Pero los cinco de PP y PSOE coincidieron por distintas vías en retrasar la decisión. Alicia Sánchez-Camacho, representante del PP junto a la presidenta Ana Pastor y Rosa Romero, utilizó una vía no prevista: la del nombre del grupo que se quiere crear.
En concreto, la petición formulada quería que fuera Grupo Catalan (Partit Democràtic), pero esta última denominación está pendiente de inscripción en el Ministerio del Interior porque hay un grupo escindido de Unió que reivindica como propio ese nombre.
Con ese pretexto, las representantes del PP pidieron aclaraciones a Convergència y forzaron ese aplazamiento. Sánchez-Camacho y Prendes mantuvieron una dura discusión, según varios miembros de la Mesa.
Prendes acusó luego en rueda de prensa a PP y PSOE de conceder un “trato privilegiado” a Convergència para que tenga grupo parlamentario propio a pesar de ser un partido que “quiere romper España”. El vicepresidente primero del Congreso y diputado de Ciudadanos arremetió contra “los dos viejos partidos”. Prendes no logró que PNV y Convergència eliminaran los gentilicios vasco y catalán, respectivamente, del nombre de sus grupos parlamentarios.
Los dos representantes del PSOE, Micaela Navarro y José Luis Gordo, defendieron también la necesidad de pedir más informes jurídicos antes de tomar una decisión definitiva. Es decir, coincidieron con el PP en no tomar aún la decisión y dar un plazo que lleva hasta la semana que viene.
En teoría, el lunes o el martes la Mesa tendrá que volver a estudiar el asunto, con un nuevo informe y con las alegaciones que presente el partido independentista. Homs aseguró luego en rueda de prensa que en los próximos días cumplirán el requisito de presentar el escrito de alegaciones y aclaraciones. En su opinión, el requisito del nombre no es obstáculo porque el reglamento no especifica. “Y si nos dicen que nos posible ya nos adaptaremos”, dijo Homs.
Ana Pastor, presidenta del Congreso, lamentó en rueda de prensa que Convergència se limite en su petición a poner el nombre del futuro grupo y quién será el portavoz, aunque lo cierto es que todas las solicitudes de los demás grupos tienen esa misma pauta. Pastor desvinculó el aplazamiento del paso hacia la independencia que dio este miércoles el Parlament. La creación del grupo parlamentario supone ingresos millonarios para el partido, en forma de subvenciones, ayudas para funcionamiento y sueldo de portavoces de comisiones, además de mucha más presencia política.
En el caso de Convergència la petición viene precedida de declaraciones de populares y socialistas partidarios de aceptar su petición. En el caso del PP, además, hubo una coincidencia con Convergència en las votaciones para la Presidencia y la elección de los miembros de la Mesa que fue interpretada como un acuerdo que incluía aceptar la creación del grupo parlamentario en el Congreso.
Grupos rechazados
La Mesa también rechazó la creación de los grupos parlamentarios de En Marea (Anova-Podemos-EU) y A la Valenciana (Compromís-Podemos-EUPV), reiterando que no es posible aceptar que diputados del mismo partido (Podemos o IU) se dividan en grupos distintos, el mismo argumento por el que ya se les denegó en enero.
Entonces solo hubo una petición de cinco diputados de Compromís, pero ya quedó claro el rechazo de PP, PSOE y Ciudadanos. Ese mismo rechazo de los tres se puso de manifiesto este miércoles en la Mesa, sin que se concediera plazo alguno para nuevas alegaciones, como sí se hizo con Convergència.
Los diputados solicitantes deberán ahora decidir si se integran en el Grupo Mixto o en cualquier otro, en este caso, el de Podemos.
La Mesa dio vía libre a los grupos parlamentarios de PP, PSOE, Podemos, Ciudadanos, ERC y PNV que sí reúnen todos los requisitos.
Podemos no podrá dividirse
Las alianzas territoriales de Podemos en la Comunidad Valenciana y en Galicia no tendrán grupo propio en el Congreso. La Mesa de la Cámara rechazó las peticiones registradas por las candidaturas A la Valenciana y En Marea. Sus diputados, salvo los de Compromís, que aún no han tomado una decisión firme, se integrarán en el grupo de Podemos-En Comú.
Portavoces de ambas coaliciones, que a diferencia de la pasada legislatura sí formalizaron su exigencia de grupo en el registro, rechazaron la decisión del Congreso. Àngela Ballester, dirigente de Podemos y diputada por Valencia, asegura que tras esta decisión hay una voluntad política. “El país nuevo y plurinacional que han mostrado las urnas debería de respetarse desde la Mesa”, afirmó. La portavoz de En Marea, Alexandra Fernández, acusó al órgano rector del Congreso de “caciquismo” por usar de forma “partidista” el reglamento.
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