“Holanda es el proveedor de drogas para toda Europa”
Mick van Wely, un periodista holandés experto en crimen organizado, señala la corrupción en el seno de la aduana del puerto de Róterdam
Mick van Wely, periodista holandés del rotativo De Telegraaf especializado en crimen organizado, señala la falta de preparación y presupuesto policial, y la corrupción en el seno de la aduana del puerto de Róterdam, entre los problemas para combatir el tráfico
Pregunta. La ruta tradicional de entrada de heroína en Holanda es por tierra y a través del aeropuerto de Ámsterdam-Schiphol. El puerto de Róterdam, sin embargo, ha cobrado enorme protagonismo en los últimos años. ¿Han cambiado las rutas de la droga?
Respuesta. “El tráfico de heroína en Europa es el segundo en importancia después del cannabis. El uso y venta de heroína bajó durante muchos años, pero ha experimentado una subida en los dos o tres últimos. Puede verse, por ejemplo, en la droga decomisada: pasó de 800 kilos a 1.300. El contrabando en sí mismo también está cambiando. En el pasado, entre el 80 y el 90% de la heroína venía de los Balcanes. Desde Afganistán, por Turquía y Bulgaria hasta llegar a Holanda. Sigue siendo así, pero cada vez entra más por el puerto. Desde Asia y África alcanza el Róterdam y Amberes, en Bélgica. Este año ha habido, en Holanda, un decomiso de 1.200 kilos de lo que creyeron que era heroína. En realidad, se trataba de la sustancia usada para cortarla. Pero esos 1.200 kilos de polvo demuestran que hay mucha heroína en movimiento, porque hay que mezclarla”.
P. “¿Cómo operan las organizaciones especializadas en introducir la droga y venderla?
R. “Alrededor del 80% de los holandeses que están metidos en el negocio solo se ocupan de entrarla para luego venderla. Su especialidad es el suministro. Los grupos tienen sus trucos. Si hay un contenedor con drogas, saben cuándo llega y a dónde. Disponen de gente en el puerto mismo, que lo abren por la noche y sacan la droga. En la aduana han visto depósitos donde la carga no estaba siquiera escondida, sino allí mismo, a la vista, en bolsas de deporte. Y se registran tiroteos nocturnos. La policía intenta detener a los traficantes, pero estos también luchan entre ellos. Hay bandas especializadas en hacerse con la droga y venderla. Una de los más ambiciosas está formada por albaneses. En general, los holandeses de origen turco y marroquí manejan cocaína, hachís y heroína. Pero este nuevo tipo de criminales albaneses está en toda Europa. Son muy violentos y peligrosos tratan de hacerse con un pedazo más grande del mercado”.
P. Los tiroteos y asesinatos entre miembros de bandas rivales han aumentado en los últimos años en Holanda. ¿Qué sucede cuando pierden un cargamento?
R. “Lo peor es que cuando entra un contenedor con mucha droga, y la policía lo requisa, la tensión es enorme entre los criminales. El proveedor, en Colombia, pregunta por su carga. ¿Os la habéis quedado vosotros?´, les dice. Y la gente contesta que no, que ha sido la policía. El otro responde que quiere ver la nota de prensa; el artículo sobre el decomiso. Y si la policía no anuncia en seguida el hallazgo, empiezan los disparos. Por eso, los agentes comunican rápidamente estas operaciones a la prensa. Pero el problema es que si quieren investigar bien, es mejor esperar y esperar, para ver quién entra y lo que se llevan. Es muy difícil. En los últimos dos años y medio ha habido en Holanda 50 tiroteos de bandas, y casi todos eran por culpa de las drogas. También hay más tiros en la calle. De otro lado, los asesinatos ´normales´ se han reducido. Ello muestra que el gran crimen organizado crece cada vez más”.
P. El puerto de Róterdam es el mayor de Europa y el tercero del mundo. ¿Es posible supervisar todas las cargas sospechosas de portar drogas?
R. “A Róterdam llegan unos 10 millones de contenedores anuales. Es una cifra enorme, pero solo pueden revisarse un 0,5%. Así que las organizaciones criminales saben que si entran 5 llenos, y uno es detectado, siempre quedará otro que logró pasar. Por eso envían muchos a la vez. Hubo un gran escándalo de corrupción en el puerto (la policía teme que se remonte al año 2007, aunque ha estallado ahora). El departamento más secreto e importante de la aduana decide qué contenedores se revisan y cuáles no. Y observan varios datos: por ejemplo, si un barco viene de Colombia con fruta está en el grupo de riesgo. Pues bien, un solo tipo decidía si un contenedor podía considerarse de riesgo, y resulta que era un corrupto. Recibía mucho dinero de los traficantes. Por cada contenedor con drogas que dejaba pasar, recibía entre 200.000 y 300.000 euros. Y trabajó allí durante años. Los criminales llegaron a introducir hasta 10.000 kilos de toda clase de drogas. Y no creo que fuera el único. Estoy seguro de que hay gente que no ha sido descubierta. Hay gente que recibe mucho dinero y puede comprar a otros con ese grado de responsabilidad. Y si la policía holandesa no invierte en indagar las rutas de la droga, y en una buena formación. Y si no investiga a fondo y durante suficiente tiempo, es posible que estas organizaciones criminales crezcan cada vez más. El resultado será más guerra entre ellos, más tiroteos y más exportación de drogas. Porque Holanda se está convirtiendo en un proveedor importante de drogas para toda Europa”.
P. ¿Se prepara de alguna manera a los trabajadores de la aduana?
R. “Hubo una gran investigación sobre la corrupción en el puerto de Róterdam, y descubrieron una organización especializada en sacar la droga de allí. Sabían cuándo llegaba la carga, comprobaban dónde estaba, y la sacaban por la noche. Un tipo dijo, por teléfono, que quería más dinero por colaborar. Su interlocutor le contestó lo siguiente: ´¿Más dinero? Puedo encontrar entre 100 y 200 personas en el puerto dispuestas a hacer lo mismo por menos´. Hay mucha gente corrupta en el puerto. Y la policía adiestra a los trabajadores para que no acepten sobornos. Porque una vez dentro, ya no sales”.
P. ¿Dispone la policía holandesa de la preparación y recursos suficientes para afrontar la lucha contra el tráfico de drogas?
R. “La policía atraviesa una gran crisis. Hace unos dos años, teníamos un cuerpo policial compuesto por 12 departamentos. Eran pequeñas islas, y decidieron aglutinarlas en un solo cuerpo. El proceso ha ocasionado muchos problemas, con gente en el puesto equivocado, falta de presupuesto y descontento en la nueva plaza. Durante dos o tres años, la policía funcionó por debajo de su nivel normal y con dificultades de presupuesto. Cabe decir que hubieran necesitado unos 500 millones de euros para ponerse de nuevo en marcha. Hasta sus teléfonos y ordenadores eran antiguos. Y también la calidad del departamento de investigación es mala. Hace unas semanas, se publicó un informe interno que ha mostrado sus carencias. Intentan mejorar, pero llevará años”.
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