Podemos asegura que su proyecto transversal queda reflejado en las listas
El partido defiende ser "un reflejo de la sociedad real" incluyendo a jueces, guardias civiles y jornaleros
La coalición electoral de Podemos e Izquierda Unida ha llevado a la formación de Pablo Iglesias a reajustar algunas candidaturas. La presencia, sobre todo en Andalucía, de nombres vinculados al PCE o al Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT) complica el encaje de la alianza con el discurso de transversalidad defendido por la dirección del partido desde sus inicios. El protagonismo de Julio Anguita, que cerrará simbólicamente la lista por Córdoba y hará campaña en esa comunidad, evidencia algunas diferencias de criterio entre las distintas tesis que vertebran la organización y sus máximos dirigentes. Pero la propia secretaría política, el departamento que dirige Íñigo Errejón, ha tratado de dar una armonía a esas decisiones, por ejemplo el fichaje del portavoz del SAT Diego Cañamero como cabeza de lista por Jaén.
El argumentario difundido por la Secretaría Política compagina la idea de transversalidad con la de variedad de nombres que integran las candidaturas. "Podemos es un partido que destaca por la pluralidad de los perfiles que presentan los candidatos que aspiran a desempeñar algún cargo público que represente a la ciudadanía", señala el texto. "Somos un reflejo de la sociedad real de nuestro país. Tener un partido transversal significa ser capaces de representar y reflejar la complejidad y variedad de la sociedad. En nuestras listas va gente con todo tipo de profesiones: jueces como Juan Pedro Yllanes, militares del más alto rango como Julio Rodríguez, profesores, guardias civiles, abogados, estudiantes, economistas, psicólogas, etc. Y ahora también, un jornalero", subraya el documento, en referencia a Cañamero.
El debate sobre la transversalidad es uno de los ejes de discusión teórica dentro de la formación emergente. Pese a la existencia de sectores afines a Pablo Iglesias y otros más próximos a Íñigo Errejón, todos buscan reivindicar ese concepto. Lo mostró hace una semana Rafael Mayoral, miembro de la ejecutiva y del equipo de Iglesias, en un encuentro con electores en Vallecas. Sentado en el escenario junto a estos dos dirigentes, además de Irene Montero, Carolina Bescansa y Ramón Espinar, Mayoral apeló a las aportaciones de la sociedad civil, las mareas, colectivos profesionales, incluyendo militares o guardias civiles. Las discrepancias estriban, igual que ocurrió en la corta legislatura que se acaba de cerrar, en el cómo más que en el qué y, en una formación acostumbrada al debate interno, son constantes.
La novedad que aporta la alianza con IU supone para Podemos una oportunidad con vistas el 26 de junio pero también un elemento que puede determinar al menos una parte de su proyecto político, que nació rechazando la dialéctica izquierda-derecha. Y es inevitable que ese debate aflore, directa o indirectamente, también en campaña electoral.
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