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El final de ETA

92 años para el etarra Gogeaskoetxea por intentar matar al Rey en 1997

El dirigente de la banda terrorista asesinó al ertzaina que le sorprendió poniendo la bomba contra Juan Carlos I en el Museo Guggenheim

Fernando J. Pérez

La Audiencia Nacional ha condenado este viernes a 92 años de prisión al dirigente etarra Eneko Gogeaskoetxea Arronategi por intentar matar al rey Juan Carlos I coincidiendo con la inauguración del Guggenheim Bilbao en octubre de 1997 y asesinar a tiros al ertzaina que le sorprendió colocando la bomba contra el monarca en una de las jardineras de la entrada principal del museo.

El exdirigente etarra Eneko Gogeaskoetxea en una imagen de archivo.
El exdirigente etarra Eneko Gogeaskoetxea en una imagen de archivo. CHEMA MOYA (EFE)

El etarra, que fue detenido en julio de 2011 en Cambridge (Reino Unido), donde vivía perfectamente integrado, recibió la instrucción de la banda de matar al Rey. Tras aceptar el encargo, recibió de la organización explosivos y armas. Junto a Kepa Arronategi, ya condenado por estos hechos, introdujo en cada una de las tres grandes jardineras cuatro tubos de PVC, cada uno de los cuales llevaba una granada. En total, los terroristas colocaron 10 granadas anticarro y dos antipersonal, con un dispositivo de ignición con pólvora negra iniciado por radiocontrol.

La inauguración se celebraba el 18 de octubre de 1997. Cinco días antes, los terroristas, que prepararon los explosivos en un caserío de Ea (Bizkaia), se dirigieron a las inmediaciones del Museo Guggenheim. Tras descargar una de las jardineras de la furgoneta en la que viajaban fueron sorprendidos por dos agentes de la Ertzaintza que procedieron a comprobar la matricula del vehiculo –que había sido falsificada-. Gogeaskoetxea, de forma sorpresiva, se aproximó al ertzaina José María Agirre Larraona y le disparó dos balazos en el corazón que le causaron la muerte al instante.

Gogeaskoetxea, en su huida, secuestró a punta de pistola tres vehículos. Al primer conductor le obligó a conducir desde el museo a la estación de metro de Sarriko. A otro, desde allí, al hospital de Galdakao. Al tercero le robó el coche, que quedó aparcado en una calle de Arrasate-Mondragón (Gipuzkoa). Kepa Arronategi, por su parte, fue detenido por un agente de la Policía Municipal de Bilbao tras el atentado mortal.

Las huellas de Gogeaskoetxea fueron halladas en el caserío de Ea, donde al día siguiente del atentado los investigadores de la Ertzaintza hallaron un arsenal de la banda. Además su compañero de comando lo identificó ante los agentes. Gogeaskoetxea ha sido condenado por conspiración para matar al Rey, un homicidio, falsedad documental, depósito de armas, detención ilegal y coacciones.

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Sobre la firma

Fernando J. Pérez
Es redactor y editor en la sección de España, con especialización en tribunales. Desde 2006 trabaja en EL PAÍS, primero en la delegación de Málaga y, desde 2013, en la redacción central. Es licenciado en Traducción y en Comunicación Audiovisual, y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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