Hallado descuartizado el cadáver de un hombre en Dos Hermanas, Sevilla
La policía detiene a un sobrino de la víctima por su supuesta relación con el crimen
La policía ha hallado este lunes el cadáver descuartizado de un hombre de la localidad sevillana de Dos Hermanas (130.000 habitantes), limítrofe con la capital andaluza. Los agentes han detenido a un sobrino de la víctima, de 38 años, por su supuesta implicación en los hechos, pero no han aclarado las circunstancias del crimen.
La víctima, según los vecinos, es Diego de Dios, de 54 años, separado y padre de dos hijos que no convivían con él. Su desaparición fue advertida por los conocidos de un bar cercano al que solía acudir. El dueño del local y los clientes, tras dos días sin saber de él y alertados por los problemas de salud que padecía, se personaron en la casa y, al no obtener una respuesta satisfactoria por parte del sobrino, avisaron a la policía, que ha acudido al mediodía a su domicilio, situado en el número 21 de la calle Las Cabezas de San Juan, en la barriada del Amparo de Dos Hermanas. El cadáver ha sido levantado sobre las dos y media.
"El primer policía que entró salió vomitando", ha asegurado un testigo del cordón policial que se ha mantenido hasta pasadas las seis de la tarde sin dejar salir vehículo alguno de la zona para cerrar todos los aspectos de la investigación. El cuerpo estaba desmembrado y los agentes han revisado hasta los cubos de basura de la zona ante la sospecha de que partes del cadáver hayan sido arrojadas a los contenedores de desechos.
La policía ha detenido a un sobrino de la víctima, con el que residía desde el pasado verano tras una disputa del acusado con su familia, residente en Cataluña. "Era habitual verlos discutir, pero a Diego le daba pena del muchacho y lo mantenía en casa", ha explicado un conocido de la víctima que nunca llegó a sospechar que se pudiera producir un crimen así, ya que la relación entre ambos, aunque no era fluida, no había generado previamente enfrentamientos violentos.
Este crimen se ha producido a escasos 450 metros de otro lugar que ya forma parte de la historia negra de esta localidad, la calle San José, donde la policía halló el pasado diciembre a un hombre encerrado en un palomar, desnudo, con un sucio colchón como cama, sin agua ni baño y sin techo. Fue recluido por sus dos hermanos, un varón de 76 años y una mujer de 61 que, según la policía, le mantuvieron encerrado mientras vivían de su pensión, de 1.000 euros.
Dos años antes, en esa misma calle, Luis M.B., de 34 años, acabó con la vida de sus padres y su hermana a puñaladas.
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