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Podemos presiona y juega todas las cartas para conseguir cuatro grupos

Mònica Oltra pide un gesto al PSOE en el Congreso a cambio de negociar sobre el Gobierno

Podemos redobla la presión y juega contra el reloj todas sus cartas para lograr cuatro grupos parlamentarios  en el Congreso. Mañana vence el plazo para solicitar la creación de agrupaciones, y el líder del partido, Pablo Iglesias, mantendrá hasta el final el pulso para que tanto Podemos como sus aliados autonómicos en Cataluña, Valencia y Galicia tengan voz propia. A la presión de Iglesias, que formalizará hoy su petición -aunque también podría hacerlo mañana antes de que se agote el plazo-, se suman las de Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, y Mònica Oltra, vicepresidenta de la Comunidad Valenciana, que lanza hoy un envite al PSOE para que ceda a cambio de un pacto de gobierno.

La formación de grupos parlamentarios propios para En Comú Podem (la lista de confluencia en Cataluña), Compromís-Podemos (Comunidad Valenciana) y En Marea (Galicia) fue un compromiso electoral de Podemos y sus socios, al que ni la dirección de Iglesias ni las tres candidaturas de confluencia están dispuestos a renunciar. La decisión última no depende de ellos, sino de la Mesa del Congreso, donde tanto el PP como el PSOE y Ciudadanos rechazan esa posibilidad porque la consideran antirreglamentaria.

Ante esa circunstancia, han entrado en juego dos de los pesos pesados de las alianzas de Podemos. Colau, impulsora de la candidatura catalana, ha dejado claro que la formación de un grupo propio fue una de las condiciones esenciales para fraguar la alianza. Hoy lo hace también Mònica Oltra en un artículo que publica EL PAÍS.

Oltra pide en el texto al secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, que los socialistas presten algún diputado a las confluencias, como ya hicieron la pasada semana en el Senado con Democràcia i Llibertat (la lista con que concurrió Convergència) y ERC para que pudieran tener grupo en la Cámara alta. Aunque no se trata de un problema de número de diputados —las tres listas territoriales de Podemos tendrían escaños suficientes, según el Reglamento de la Cámara baja— la petición de la número dos del Gobierno del socialista Ximo Puig es un gesto que redobla la presión al PSOE y muestra que Podemos y sus alianzas harán lo posible para conseguir su objetivo. El equipo de Iglesias prefirió ayer no pronunciarse sobre esta reclamación concreta de Oltra.

Planes b

Los planes b que manejan Podemos y sus alianzas son tres. El primero es formar un grupo que Iglesias calificó como “confederal”: un grupo único, pero como agrupación de fuerzas, al estilo de lo que en la pasada legislatura fue La Izquierda Plural, en la que Podemos y las cuatro confluencias se repartan papeles y puedan colaborar escenificando la autonomía de cada candidatura.

Otra opción pasaría por dividir sus 69 diputados: por un lado los 42 de Podemos, por otro, los 27 que suman las tres confluencias. La tercera hipótesis, la peor para Iglesias y su núcleo duro, supondría la dispersión de varios de los diputados de las alianzas. Cuatro de los representantes de Compromís amagaron con pasarse al Grupo Mixto o explorar acuerdos con IU. Pese a ello, la propia Oltra se mostró escéptica ante esa opción. “Cada uno es libre de expresar opiniones personales, pero el grupo actuará de manera conjunta”, afirmó en la cadena SER.

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Iglesias defendió el pasado fin de semana durante una visita a Lisboa la unidad de criterio con Colau y Oltra. “Hemos mantenido siempre una estrategia común. Somos una fuerza política plurinacional que defendemos la unidad de nuestro país desde la diversidad”, afirmó. “Por eso, las cuatro candidaturas tienen que tener cuatro grupos parlamentarios y lo vamos a defender hasta el final. Compartimos una estrategia incluso en el caso de que finalmente nos lo impidieran para construir un grupo plurinacional”, zanjó.

El peso del liderazgo valenciano

Mònica Oltra, vicepresidenta de la Comunidad Valenciana desde las elecciones autonómicas del pasado 24 de mayo, fue, junto con la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, uno de los valores simbólicos de Podemos en la campaña electoral del 20-D, que este partido cerró con un multitudinario acto en Valencia. Con su implicación, la candidatura de confluencia integrada por la formación de Pablo Iglesias y Compromís se convirtió en la segunda fuerza en votos en esa comunidad. Oltra tiene además un papel institucional de primer orden y, al gobernar con el PSOE, representa también una baza a la hora de hablar de pactos con los socialistas.

Al igual que Colau, Oltra no pertenece a Podemos. Acumula años de trayectoria política, pero el peso de su liderazgo se encuadra ahora en las relaciones con el partido de Iglesias. Se ha convertido en una de las voces más importantes tras las elecciones del 20-D para los equilibrios parlamentarios de la izquierda.

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