Podemos y los símbolos del 20-D

Podemos buscó anoche en su cierre de campaña, celebrado ante más de 8.000 personas en el pabellón de la Fonteta de Valencia, una imagen que reflejase “la plasmación emocional de la fraternidad” de los ciudadanos y de la España plurinacional, según explica el número dos partido y responsable de la estrategia electoral, Íñigo Errejón. La formación ha recurrido en las dos últimas semanas a las metáforas y a la disputa simbólica para hilar un relato de renovación pollítica ante la mera confrontación.

Pablo Iglesias y Errejón, candidatos de la formación, estuvieron acompañados por la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y por la vicepresidenta de la Comunidad Valenciana, Mònica Oltra. Las dos políticas no solo han sido clave para las alianzas fraguadas por Podemos con la plataforma Barcelona en Comú y con Compromís, sino que se han convertido en dos de las figuras emblemáticas de la campaña y del proyecto del partido.

Fue con la ayuda de la proyección de Colau cuando esta fuerza intentó producir, a partir del acto celebrado en la Caja Mágica de Madrid el pasado domingo, un “efecto extra”, muy medido, en la recta final de la campaña. Trató de pasar de la idea de “remontada” al “adelantamiento”, en referencia a la posibilidad de quedar por encima de Ciudadanos y cerca del PSOE. Y lo hizo intentando trazar un discurso basado en la seducción del votante, tanto en el plano racional como emocional.

“Los símbolos y las emociones”, razona Errejón, “son lo más importante”. Incluso más que la exposición de programas detallados. En los símbolos, en las metáforas, estriba el impulso movilizador de Podemos, según sus estrategas. “La gente refleja cosas que hemos creado en campaña. Los dedos en V, en señal de victoria, identifican una agrupación nueva de gente”, opina. Y a esos electores el secretario de Política de Podemos se dirigió en el cierre de campaña para afirmar que este domingo la elección determinante se produce entre el presidente del Gobierno y el candidato de Podemos. "La elección ahora es entre Rajoy o Pablo, entre recuperar el Gobierno para nuestra gente o volver a dárselo a los privilegiados", enfatizó.

Los dirigentes de Podemos han hablado a los suyos, sus simpatizantes, para “volver a emocionarles y demostrarles que no están solos”. Pero otra de las prioridades de la formación consistía en intentar convencer a los indecisos. “Por eso hemos diseñado mítines más relajados. Hemos hablado de regeneración democrática y Constitución sentados en una banqueta”, señala Errejón. Ocurrió en el mitin de Zaragoza, donde miles de personas escucharon a los candidatos en un tono más propio de una conferencia. O en las cuatro “entrevistas de trabajo” con ciudadanos en las que ha participado Iglesias.

Precisamente la reforma Constitución será en la próxima legislatura, según el futuro grupo parlamentario del partido, la llave del diálogo con las demás fuerzas. “Y el debate territorial va a ser uno de los más importantes”, continúa Errejón. En torno a ese debate, con la reivindicación del referéndum catalán, Podemos ha construido una parte fundamental de su discurso. A partir del 20-D tendrá que defenderlo en las Cortes.