El PSOE recupera el poder que perdió en Lugo por guerras internas
El diputado socialista que le dio la Diputación al PP el pasado junio ahora devuelve entre aplausos la presidencia a su partido; ocupará un cargo en el nuevo Gobierno bipartito
De villano a héroe en solo tres meses. El diputado provincial del PSOE en Lugo Manuel Martínez, que en junio aupó por sorpresa al PP a la presidencia de la Diputación al negarse a votar al candidato de su partido, ha permitido este jueves entre aplausos de sus compañeros de filas la investidura del también socialista Darío Campos como presidente de la institución. La papeleta de Martínez, que introdujo en la urna luciendo un pin del PSOE en la solapa por si quedaba alguna duda, ha posibilitado el triunfo de la moción de censura presentada por su formación y el BNG contra el Gobierno encabezado hasta hoy por la popular Elena Candia. La suma de los 13 votos de los diputados socialistas y nacionalistas se ha impuesto, esta vez sí, a los 12 de los conservadores.
El pleno extraordinario en el palacio provincial de Lugo se ha convertido en un áspero cruce de acusaciones entre PSOE y PP, después de que la presidenta saliente acelerase en los últimos días la aprobación de casi cinco millones de euros en ayudas para Ayuntamientos gobernados por su partido. El portavoz socialista, Álvaro Santos, tachó a Candia de "presidenta caciquil y comisionista" y enseñó papeles que, aseguró, demuestran que la popular ha compaginado durante sus tres meses de mandato su sueldo de más de 60.000 euros anuales por dedicación exclusiva al cargo con comisiones como mediadora de seguros.
Tras el pleno en el que ha sido desalojada del poder, Candia se ha negado a explicar estos supuestos cobros a este periódico. El portavoz del BNG, Antonio Veiga, la ha acusado de llevar a la provincia en estos tres meses "a las cavernas del caciquismo de tiempos pretéritos", en alusión a los 24 años de férreos mandatos del expresidente popular de la Diputación de Lugo Francisco Cacharro Pardo, ya fallecido.
Los populares han advertido a Manuel Martínez, el diputado socialista que les entregó en junio el bastón de mando en la Diputación de Lugo y que ahora tendrá cargo en el nuevo Gobierno bipartito, que "media hora" después del pleno de este jueves "ya no será necesario ni útil" para el PSOE y "verá como lo irán apartando, arrinconando". "¿Cuál fue su precio?", se encaró a Martínez el portavoz del PP, Juan Carlos Armesto. "¿Cumplieron, señor Martínez? ¿Pagaron?".
Martínez se negó en junio a apoyar al mismo alcalde socialista que este mediodía ha sido investido presidente de la Diputación lucense. Su rebeldía estalló entonces porque él era el candidato original para ocupar ese cargo hasta que el BNG lo vetó como cabeza visible de un Gobierno de coalición y la dirección gallega del PSdeG-PSOE, que lidera José Ramón Gómez Besteiro, accedió a apartarlo. La razón para que los nacionalistas lo rechazasen como presidente del organismo provincial fue que Martínez está imputado por malversación de fondos públicos debido a una obra que tramitó como responsable de Vías y Obras de la Diputación. En el nuevo bipartito PSOE-BNG al que se ha dado vía libre hoy con su voto Martínez repetirá cargo en el Gobierno.
Tras finalizar el pleno, el presidente provincial del PP de Lugo, José Manuel Barreiro, ha tachado la moción de censura de PSOE y BNG de "infame" y ha exigido a estos dos partidos que expliquen "qué ha cambiado" desde el 24 de junio, cuando Martínez le entregó el poder a los conservadores. Darío Campos, el nuevo presidente de la Diputación de Lugo, es un veterinario de 49 años, alcalde de A Pontenova, que se afilió al PSdeG en 2006 y que gobierna con mayoría absoluta este municipio desde 2007, tras una década sin que los socialistas obtuvieran representación en este pequeño municipio del norte de la provincia.
Su investidura no contó con la presencia del líder de los socialistas gallegos, José Ramón Gómez Besteiro, que ha presidido esta misma institución en los últimos ocho años. Besteiro, que aspira a enfrentarse al popular Alberto Núñez Feijóo en las elecciones gallegas de 2016, sí presenció, en primera fila, el pleno de junio, en el que el diputado Martínez se convirtió en efímero villano.
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