Un juez del Supremo denuncia “desviación de poder” para apartarle

El magistrado del Tribunal Supremo José Manuel Sieira, que hasta el pasado 7 de septiembre presidía la Sala de lo Contencioso del alto tribunal, denuncia “desviación de poder” de su sustituto, Luis Díez-Picazo Giménez. En una carta remitida a la Sala de Gobierno del Supremo, Sieira lamenta haber sido “postergado” por Díez-Picazo para “excluirle” de la Sección Primera de la Sala de lo Contencioso, que es la que dictamina sobre los recursos que se presentan contra acuerdos del Consejo General del Poder Judicial.

La elección por parte del Poder Judicial de Díez-Picazo para sustituir a Sieira levantó polémica y contó con la oposición de los vocales progresistas, que lo entendieron como una maniobra del presidente del tribunal, Carlos Lesmes, para situar en el puesto a un magistrado más afín que le permitiera ejercer mayor influencia en la sala que resuelve los recursos que se presentan en el Supremo contra las decisiones del propio Lesmes y del Poder Judicial, además de todos los litigios planteados contra el Gobierno por las Comunidades Autónomas o cualquier empresa o ciudadano. La designación de Díez-Picazo supuso que, por primera vez, el Poder Judicial no renovara a un presidente de sala del Supremo que aspiraba a la reelección.

La Sala Tercera actúa divida en secciones. En la carta remitida ahora a la Sala de Gobierno, Sieira recuerda que la Ley de la Jurisdicción dispone que las secciones serán presididas por el presidente de la sala o el magistrado más antiguo de las que integran la sección. En la Sala de lo Contencioso hay solo dos magistrados más antiguos que Sieira, por lo que él, una vez que dejó la presidencia, le pidió a Díez-Picazo Jiménez presidir una de las secciones. Pero finalmente ha sido destinado a la Sección Séptima, en la que está asignado también uno de los dos jueces más antiguos que él, por lo que Sieira se queda fuera de la presidencia. Además, tampoco podrá formar parte de la Sección Primera (integrada por los presidentes de las secciones), que es la que revisa los recursos contra el Poder Judicial.

En su carta, Sieira da entender que Díez-Picazo ha evitado asignarle a otras secciones en las que sí le hubiera correspondido, por escalafón, ser el presidente. Por ejemplo, el antiguo destino de Díez-Picazo, la Sección Cuarta, que tras el ascenso de este se quedó solo con cuatro magistrados, uno menos de los que la Ley de Jurisdicción considera “necesarios” para dictar sentencias. Pero Díez-Picazo ha preferido cubrir esta vacante con un nuevo magistrado que tomó posesión el 7 de septiembre y enviar a Sieira a una sección en la que él no es el más veterano.

El antiguo presidente de la sala cree que “no existe razón alguna que justifique” esta decisión y recoge en la carta sus conclusiones: “Que las circunstancias descritas y la falta de motivación del acuerdo de la presidencia de diez de septiembre de 2015 determinan que este deba entenderse como expresión de la voluntad de que el magistrado que suscribe no desempeñe la presidencia de sección alguna y, por tanto, excluirle de la sección primera de la Sala Tercera del Tribunal Supremo compuesta por el Excmo. Sr. Presidente de la Sala y los presidentes de las secciones 2ª a 7ª de la misma, lo que podría incluso llevar a pensar que nos encontramos ante una auténtica desviación de poder”.