Rajoy ironiza con la lista de los supuestos logros del Gobierno de Mas
El presidente del Gobierno responde a la Diada pidiendo al futuro ejecutivo catalán que vuelva a la "moderación y la normalidad"
"¿Para qué ha servido todo lo que hemos vivido y las tres elecciones autonómicas en cinco años, más las municipales, europeas y generales?". El presidente del Gobierno y del PP, Mariano Rajoy, se autoformuló retóricamente esa pregunta y a partir de ahí construyó esta mañana en la Llotja de Lleida todo su discurso contra la presunta inutilidad del proceso separatista emprendido por el presidente catalán, Artur Mas, y sus socios soberanistas en Cataluña. Fue su respuesta a la manifestación masiva de la Diada 2015 del viernes en la meridiana de Barcelona. Rajoy elaboró todo un catálogo negativo de esos supuestos logros de Mas y su equipo para acabar demandando una participación de los votantes masiva en las urnas el 27-S para acabar con esta etapa y para que el futuro ejecutivo catalán vuelva "a la moderación y la normalidad".
Rajoy se resiste a etiquetar estas elecciones autonómicas catalanas como "las más importantes de la democracia", como las ha considerado en algún momento su candidato Xavier García Albiol, para restarles algo de valor y que no parezcan ni siquiera indirectamente con ningún matiz plebiscitario, que es lo que pretenden Mas y sus socios. Y lo que admiten en privado muchos dirigentes del PP que confiesan que está en juego solo y fundamentalmente si hay al final más partidarios de que Cataluña siga en España o no. Rajoy sí acepta que estos comicios son "realmente importantes". Y por eso pide que todos los catalanes vayan a votar para que nadie lo haga por ellos ni les determine que condición o nacionalidad tendrían que elegir si el objetivo de la independencia se lograse.
El líder popular emprendió ayer su camino en esta campaña determinante de las elecciones catalanas del 27-S, con su primer mitin de los cinco previstos, con el objetivo de que todo el electorado potencial tome conciencia de lo que se juega en esta disputa. Y fue así como elaboró su discurso para desmontar que el Gobierno de Artur Mas haya logrado nada en estos años de proceso.
Rajoy hizo su propio balance de esta deriva independentista. Y empezó por apuntar que este camino "ha servido para dividir a la sociedad catalana, a las familias, a los amigos y a los compañeros de trabajo". Luego agregó que "ha servido para generar incertidumbre política y económica" y para constatar "una irresponsabilidad muy importante". Continuó apuntando que "ha servido para restar fuerzas a la recuperación y para no gobernar" y también "para no tomar decisiones difíciles y antipáticas para mucha gente" como él sostiene que tuvo que hacer al comienzo de la crisis para definir prioridades. En ese punto, el político popular contrapuso la función salvadora de su gobierno cuando a la Generalitat nadie le daba créditos ni la financiaba.
El jefe del Gobierno central abundó en sus hipótesis de para que ha servido el proceso soberanista de estos años: "Para pagar errores y disparates, para romper la coalición de CiU tras 37 años de unión, para encabezar ahora la lista (Junts pel Sí) con un comunista (Raul Romeva) y tres personas de Esquerra Republicana de Cataluña".
Ante ese cúmulo de desgracias que quiso perfilar al máximo, el presidente del Gobierno contrapuso a continuación lo que propone ahora Mas y sus socios y les acusó de no contar la verdad de lo que podrían suponer las consecuencias de seguir por esa senda de incertidumbre: "Que habría que abandonar Europa, que no se sabe qué pasaría con la PAC (Política Agraria Común europea), que para vender los productos en Europa habría que llegar a complicados convenios y acuerdos de comercio, que no se sabe dónde quedarían las sedes de las entidades financieras, ni las ayudas europeas, ni si los catalanes seguirían siendo europeos, ni qué pasaría con los derechos que los catalanes tienen ahora como españoles, ni cuál va a ser la nacionalidad de la gente".
Frente a todos esos males, Rajoy aseguró que el PP propone "superar esa etapa para ver la luz al final del túnel, para poner fin a los conflictos, los agravios, las quejas permanentes y las confrontaciones". El líder del PP afirmó de nuevo que el fin último que pretenden los soberanistas con la independencia de Cataluña no se va a conseguir de ninguna manera y demandó a Mas que "apenque" con sus responsabilidades como él hace con las suyas aunque a veces signifique que hay que tomar decisiones complicadas.
El presidente del Gobierno reiteró que nadie vulnerará la Constitución ni la ley, que se respetará la soberanía nacional que depende de todos los españoles y que espera que la convocatoria electoral sirva para abrir otra etapa con Cataluña de "más diálogo" y no "monólogos o imposiciones ni contratos de adhesión". Un periodo que anheló de "moderación" con más "estabilidad, seguridad y certidumbre y un gobierno que no amenace con incumplir la ley" y también con un PSOE y un PSC que no apueste en Cataluña por "la radicalidad" de respaldar alcaldes de Podemos o de la CUP para que no gobierne el PP como ha sucedido tras las últimas elecciones municipales en algunos casos muy concretos.
El candidato del PP catalán, Xavier García Albiol, incidió en su intervención también en otro capítulo de su serie del "mal negocio sentimental y económico" que significaría la independencia si algún supuesto al final se consiguiese. Él cree que eso no será posible en ningún caso pero cada día y en cada población rescata una cifra de cómo perjudicaría ese supuesto a los habitantes de esa zona visitada en concreto. Este domingo el mitin era en Lleida, zona agrícola, y Albiol cuantificó en 2.500 millones los fondos europeos que se pondrían en cuestión y cifró en un 80% las ventas de los agricultores leridanos de sus productos en España y Europa.
El aspirante del PP también cuestionó "los bailoteos" diarios de los dirigentes del PSOE y del PSC, Pedro Sánchez y Miquel Iceta, porque entiende que con esa imagen de diversión demuestran que no se toman en serio estos comicios y los ven solo como una "antesala" o "precalentamiento" para las generales de diciembre.
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