Cae una banda que vendía en un bar de Huesca armas trucadas para la caza

Un control de carretera ha conducido a la Guardia Civil hasta una red que trucaba armas de caza para hacerlas más silenciosas y que tenía un punto de venta en un bar-restaurante de Sabiñánigo (9.800 habitantes, Huesca). En la operación, bautizada Jacarás, han sido detenidas ocho personas, acusadas de tráfico y tenencia ilícita de armas en Huesca y Madrid. No se descartan nuevas detenciones.

Todo empezó con un conductor que se saltó un control rutinario de carretera y al que, tras ser interceptado, le intervinieron una escopeta de cañones recortados. Desde que este hombre fue detenido por tenencia ilícita de armas, el pasado abril, hasta que los agentes descubrieron e intervinieron medio centenar de armas, la mayoría ilegales, numerosos trofeos de caza mayor refrigerados, y más de 100.000 euros en metálico, han pasado tres meses de indagaciones.

La red estaba bien organizada y, según los investigadores, llevaba "años" delinquiendo. Las ventas de las armas trucadas se llevaban a cabo a través de relaciones personales. Un arma modificada y con silenciador puede llegar a costar 3.000 euros en el mercado negro, según fuentes de la Guardia Civil.

La investigación ha desvelado que algunos de los detenidos cazaban con las armas con silenciador de forma furtiva durante la noche. Entre las presas que abatían no solamente había especies autóctonas, como el jabalí, el sarrio o el corzo, sino que también mataban, supuestamente en cacerías que se desarrollaron en otros países, ejemplares de especies protegidas como las avutardas o animales exóticos como pumas y ñus africanos. En el caso de las presas procedentes del extranjero, ninguna de ellas iba acompañada de los correspondientes permisos para el transporte e importación de animales de caza. En total los agentes han incautado 200 trofeos de caza ilegales.

El conductor que se dio a la fuga en un control condujo a los agentes hasta tres personas de Sabiñánigo, Huesca y Madrid, que permanecían en contacto y se dedicaban a la modificación de armas largas para caza mayor. Según la Guardia Civil se dedicaban, principalmente, a adaptar las armas para acoplarles silenciadores que les permitieran cazar furtivamente sin hacer ruido.

El taller donde supuestamente fabricaban los silenciadores estaba en Huesca. Allí se han detenido tres sospechosos y han practicado varios registros. 

Trofeos africanos

Los trofeos de caza mayor estaban en Sabiñánigo. Allí la Guardia Civil detuvo a otros dos hombres y una mujer, vecinos del municipio. A ellos les intervinieron catorce armas largas entre escopetas y rifles, dos de ellos ilegales y los otros con los cañones modificados, además de tres silenciadores, abundante munición, y 90.000 euros en metálico. En su casa guardaban trofeos de caza mayor metidos en congeladores, con signos de haber sido abatidos recientemente, numerosas osamentas y cabezas de animales disecadas colgadas en las paredes como decoración.

Las dos últimas detenciones se practicaron en agosto en Madrid y en el cercano municipio de El Álamo. Allí arrestaron a otros dos sospechosos, a los que intervinieron 17 armas largas entre fusiles y escopetas, además de varios arcos y arpones, todas ellas sin autorizaciones. Los agentes también hallaron munición metálica que excedía lo permitido y una avutarda congelada, con signos de haber sido abatida recientemente.