El PP defiende el rigor de sus cuentas en Castilla-La Mancha
El exconsejero de Hacienda con Dolores de Cospedal rechaza un agujero presupuestario
El exconsejero de Hacienda de Castilla-La Mancha, Arturo Romaní, del PP, defendió ayer el rigor y la transparencia de las cuentas regionales durante su mandato (2011-2015) después de que su sucesor, Juan Alfonso Ruiz Molina, del PSOE, denunciara que, tras tomar posesión, se encontraron con el presupuesto de gastos casi agotado, una deuda de 13.146 millones de euros y 37.000 facturas pendientes de pago sin contabilizar.
Romaní aseguró que las conclusiones a las que llegó el actual consejero tras presentar los datos de la contabilidad regional son “directamente falsas”. En declaraciones a este periódico, el anterior responsable de la Hacienda castellano-manchega afirmó que en el traspaso de poderes le entregó a Ruiz Molina documentos que ocupaban “un palmo” de grosor, y que redactó un informe con el membrete de la Consejería en el que se daba una “imagen fiel” del estado financiero de la comunidad al momento de su cese.
En una comparencia en las Cortes de Toledo, el consejero socialista denunció que entre mayo y junio, el déficit regional se disparó del 0,41% al 0,84% del Producto Interior Bruto. Ruiz Molina achacó esta subida a que el anterior gobierno presidido por Dolores de Cospedal aceleró pagos con vistas a las elecciones. Romaní rechaza esta acusación: “todo el mundo sabe que en esos dos meses el déficit crece por el pago de la paga extra de junio a los funcionarios y empleados públicos, siempre ocurre así, y luego la cifra tiende a moderarse en los meses siguientes”.
También negó Romaní que el presupuesto se encuentre agotado a 30 de junio de 2015, como sostuvo el jueves pasado Ruiz Molina. Según las cifras presentadas por el actual consejero, el servicio regional de salud, Sescam, solo disponía a mitad de ejercicio del 15% del presupuesto para todo el año. “Al Sescam siempre se le ha dado lo que ha necesitado. Y este año ya se ha aumentado el presupuesto en 120 millones, que se ha encontrado el actual consejero, para cuadrarlo a fin de año”, afirmó.
El exconsejero reconoce que en el balance de su mandato hay dos partes. Una negativa, la deuda, “que no se puede discutir que existe” y que, según el informe que escribió y que remitió a numerosos organismos de análisis económico nacionales e internacionales “no descenderá hasta que se logre superávit”. Esta deuda tiene, afirma, su origen en el déficit del gobierno del socialista José María Barreda, del 25% del PIB en cuatro años (2007-2011). Y una positiva: la reducción del plazo en el pago a proveedores y la rebaja en los intereses de la deuda. “Hicimos una gestión financiera impecable”, asegura Romaní.
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