Una mujer y una menor mueren por heridas de arma blanca en Valencia
La policía ha acordonado la vivienda y el establecimiento desde el que se ha alertado del doble crimen
Dos mujeres de origen chino, una de 62 años y su nieta de 10, murieron este viernes de forma violenta en su casa situada en un barrio de Valencia. Presentaban heridas de arma blanca en diferentes partes del cuerpo y a ambas las encontró la policía sobre un charco de sangre. Los agentes detuvieron por la noche a una persona en Castellón en relación con el caso.
El tranquilo agosto del barrio de Sant Marcel.lí en Valencia se vio interrumpido por la figura de un frágil anciano que cruzaba corriendo la calle pasadas las dos de la tarde para pedir auxilio en el bazar chino situado frente a su portal. La policía, tras recibir el aviso a las 14.36, halló en el domicilio los cuerpos de dos mujeres que presentaban numerosos cortes. Según han indicado fuentes policiales, en la vivienda había “muchísima sangre”.
Las víctimas, que fueron halladas por el esposo de la fallecida, formaban parte de una familia que regenta un bazar a solo tres manzanas de su domicilio. En la vivienda, situada en la octava planta del número 21 de la calle de Tomás de Villarroya de Valencia, vivían miembros de tres generaciones: los abuelos, una hija (hay versiones contradictorias sobre si también vivía con un compañero) y dos nietas: una de seis años y otra de 10, que es la fallecida, según las indicaciones de la policía..
Las dificultades para tomar declaración a la familia de origen chino y las reticencias de esta comunidad a explicar sus relaciones personales complicaron las primeras investigaciones de los agentes. La policía intentaba localizar este viernes a la madre y al padre de la niña fallecida.
Sin explicaciones
El suceso congregó a buena parte de la comunidad china del barrio a las puertas del domicilio familiar, aunque ninguno de ellos se prestó a explicar su relación con las fallecidas. Los cuerpos fueron llevados al anatómico forense a las 16.45, mientras el resto de la familia fue trasladada en coches policiales para tomarles declaración.
Borja Fernández, un vecino que vive encima de la vivienda donde se cometieron los crímenes, explicó que por las noches se escuchaban habitualmente gritos y voces. Los vecinos coincidían en que la familia no llamaba la atención y en que las niñas solían hacer de intérpretes tanto en la tienda como en el propio edificio.
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