Rajoy lanza la campaña como un duelo del PP con Podemos-PSOE
El presidente acusa a los socialistas de haber "abandonado la centralidad política"
Basándose en los pactos que siguieron a las elecciones municipales y autonómicas del 24-M, Rajoy dio ayer por hecha la alianza entre PSOE y Podemos tras las generales, y dejó abierta la puerta a que Izquierda Unida se sume.
Su discurso, como el del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, la víspera —“el pacto PSOE-Podemos sería una catástrofe de dimensiones bíblicas”—, vinculó la permanencia del PP en el Gobierno al mantenimiento de la recuperación económica y tuvo un destinatario claro. Según los datos de Metroscopia, la aparición de Ciudadanos como fuerza de centro ha provocado que el potencial electorado popular haya quedado constreñido a un núcleo con un perfil muy definido: ideológicamente más a la derecha (ha pasado del 6 al 6,5 en la escala de 0-10), más envejecido (el 52% tiene más de 55 años) y sin actividad laboral remunerada (el 62% está jubilado, parado, trabaja en el hogar o es estudiante).
Las advertencias de Rajoy, sustentadas sobre los pactos entre las dos principales fuerzas de izquierda en varias comunidades (Castilla-La Mancha, Extremadura, Baleares, Aragón y Comunidad Valenciana) y alcaldías (Madrid, Cádiz, Valencia, A Coruña o Santiago), marcan la estrategia del PP para las elecciones generales. Según fuentes consultadas, el Gobierno convocó el martes la votación en el Congreso sobre el rescate griego con la esperanza de que eso colocara al PSOE ante un callejón sin salida: o desgastar a Pedro Sánchez frente a su electorado más a la izquierda al apoyar la iniciativa del Ejecutivo —lo que hicieron los socialistas “para que Grecia siga en el euro”— o vincularles con La Izquierda Plural, que se opuso a la medida.
El PP busca así enarbolar la bandera de la moderación e identificar al principal partido de la oposición con el radicalismo, lo que al mismo tiempo le permite no criticar a Ciudadanos, la única fuerza en la que podrá buscar apoyo si no logra la mayoría absoluta. Como opinó ayer el propio Rajoy tras su visita a las obras del AVE en Ourense: “[El PSOE] ha perdido el centro político que ocupan los socialistas en otros países de Europa”.
Así ve el presidente del Gobierno a Pablo Iglesias
Mariano Rajoy, el presidente del Gobierno, ha criticado en varias ocasiones a Podemos y a Pablo Iglesias durante 2015, un año con elecciones municipales, autonómicas y generales. Estas son algunas de sus frases:
Enero. "No podemos jugarnos el futuro a la ruleta rusa del populismo".
Febrero. "La recuperación aún es frágil, expuesta a ventoleras ideológicas. Si no se conserva, la tierra la siembran demagogos".
Junio. "No me gustan nada los pactos municipales que estoy viendo", dijo Rajoy en referencia a los acuerdos de Podemos con otras fuerzas de izquierdas en Madrid, Valencia o Cádiz. "Cuatro o cinco fuerzas de extrema izquierda que no tienen cabida en el gran proyecto europeo". Definió esos pactos como "excéntricos y sectarios".
Junio. "Se ha producido un incremento de la izquierda que suele acompañar a las crisis prolongadas".
Mariano Rajoy estableció ayer las líneas maestras de la estrategia del PP para las elecciones generales al advertir contra una alianza poselectoral entre PSOE, Podemos e IU y afirmar que los comicios decidirán “si va a gobernar la moderación o van a gobernar otros”. Su discurso encontró eco en el de Pablo Casado, portavoz popular, que aseguró que la alternativa al PP es “una alianza bolivariana de Podemos con los socialistas y nacionalistas excluyentes”. El PSOE y Podemos defendieron su autonomía y criticaron la “estrategia del miedo”.
Tanto el PSOE como Podemos intentan ahora dar a conocer sus propuestas en lugar de ser secuestrados por el debate sobre el radicalismo. “Los ciudadanos dan poca credibilidad a la idea de que el PSOE es radical”, dijo ayer María González Veracruz, portavoz del Comité Electoral del PSOE, en Cuatro. “Pedro Sánchez no tiene cara de radical”, bromeó la diputada. “Si la catástrofe de dimensiones bíblicas significa recuperar la sanidad universal y el plan contra la explotación laboral, bienvenida sea”, tuiteó por su parte el PSOE. César Luena, secretario de Organización del partido, defendió la autonomía del proyecto socialista frente al hipotético pacto con Podemos. “El PSOE afronta el año con expectativa de ganar y de ser la primera fuerza política en España, que es lo que vamos a ser. Y de ofrecer un Gobierno mayoritario, estable, de cambio y de progreso”.
Los estrategas de Podemos, mientras tanto, apelaron a la idiosincrasia del partido, nacido en 2014 con el objetivo de rebasar los límites del bipartidismo, para distanciarse del PSOE y del augurio de Rajoy. “Es indignante que cualquier miembro de este Gobierno, y más su presidente, pronostique un futuro agorero cuando ya los ciudadanos viven en un escenario de catástrofe bíblica”, lamentó Sergio Pascual, secretario de organización de Podemos. “Esgrimen la bandera del miedo”, añadió sobre el Partido Popular. “Y no deberían temer que les quitáramos su pareja de baile habitual”, siguió sobre los socialistas. “Se encuentran muy cómodos juntos y no hay motivos para estos celos. Cualquier ciudadano que vea los tres proyectos, y sobre todo las tres trayectorias, verá que hay más puntos de conexión entre PP y PSOE, que con Podemos, que nace con otro ADN”.
El PSOE ha abandonado la centralidad política. Los españoles deben elegir entre políticas fracasadas del pasado o consolidar la recuperación
— Mariano Rajoy Brey (@marianorajoy) August 19, 2015
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