España aprueba ventas de armas al Ejército iraquí por 95 millones
La exportación de materal militar se redujo un 18% en 2014, hasta los 3.203 millones
El Gobierno ha dado luz verde a la venta de armas a las Fuerzas Armadas iraquíes por valor de 95,8 millones de euros. En concreto, se trata de municiones y vehículos blindados. Hasta ahora, España ha colaborado a la formación del Ejército iraquí —para que pueda hacer frente al Estado Islámico (EI) que controla gran parte del país— con un contingente de 300 militares, pero no ha contribuido a armarlo.
España vendió en 2014 a Venezuela material militar y policial por 12,3 millones pese al embargo
La aprobación de ocho licencias para vender armamento a Irak por 95,8 millones figura en las estadísticas sobre exportaciones españolas de material de defensa y doble uso correspondientes a 2014 remitidas al Congreso por la Secretaría de Estado de Comercio. La autorización se concedió el año pasado, pero hasta diciembre no se había ejecutado. El informe no detalla si se trata de una donación oficial o una transacción comercial que, en todo caso, requeriría apoyo político y, probablemente, también financiero. En los últimos años, España no ha exportado armas a Irak, aunque en 2014 ya le vendió un equipo detector de explosivos para un campo petrolífero por 99.000 euros.
Según las estadísticas oficiales, las exportaciones de armamento ascendieron el año pasado a 3.203,2 millones, un 18% menos que en 2013. El 66% de las ventas fueron a países de la OTAN o la UE. Más del 80% de las exportaciones correspondieron a la partida de aeronaves.
El mejor cliente de la industria militar española fue Reino Unido (862,7 millones), que adquirió tres aviones de reabastecimiento en vuelo y uno de transporte; seguido de Francia (520,7 millones), que compró cuatro aviones de transporte.
El tercer cliente en términos absolutos, y el primero fuera de la OTAN y la UE, fue Arabia Saudí (292,9 millones), que compró un avión cisterna, repuestos de aeronaves, equipos electrónicos y de vigilancia y munición de artillería. Los países del Golfo compraron armas españolas por 399 millones, si se suman las ventas a Omán (64,9 millones), Bahréin (39,9), Catar (0,6) y Kuwait (0,8).
Marruecos fue el tercer mayor comprador de munición de fabricación española (9,7 millones), inmediatamente después de Arabia Saudí y Bahréin.
Arabia Saudí es el tercer cliente de la industria militar española y el primero fuera de la OTAN
Entre los mejores clientes de armas españolas está también Egipto, cuyo presidente, el mariscal Al Sisi, visitó Madrid el pasado día 29. El año pasado se le vendió material militar por 107 millones (cuatro aviones de transporte, componentes de aeronaves, recambios para vehículos y cadenas de tanques) y se autorizaron exportaciones por 182,4. Y ello a pesar de que se denegó la entrega de botes de gas lacrimógeno ante el riesgo de uso para la represión interna.
La misma paradoja se da con Venezuela, a la que se vendió armamento por 10,8 millones (bloques para la construcción de buques o repuestos para vehículos y cañones) y material policial por 1,5 millones, a pesar de que el 21 de marzo del año pasado, tras las protestas que dejaron un saldo de más de 40 muertos, se suspendieron todas las licencias de material antidisturbios, un veto que sigue vigente.
A Libia, un país con dos Gobiernos sumido en una guerra civil, se le vendió, en 2014, material militar por 278.671 euros y material policial por 697.440. Las ventas de equipos antidisturbios para la policía libia autorizadas y no ejecutadas suman 6,3 millones.
El embargo a Ucrania, que se prolongó del 21 de marzo al 4 de julio, tuvo un efecto testimonial, pues solo afectó a ocho licencias de rifles de caza. Rusia fue el cuarto cliente de los productos de doble uso (civil y militar) españoles, con 14,4 millones, aunque las ventas se realizaron, según Comercio, antes de la imposición de sanciones por la UE o acogiéndose a sus excepciones. Una de las tres denegaciones de licencias de doble uso afectó a Rusia; las otras a India e Irán.
El Gobierno suspendió una licencia de exportación de cartuchos de caza a Guinea Bissau y colaboró con la ONU en la investigación de un caso de contrabando de munición española la a la República Centroafricana.
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