“Hay una parte de la indignación a la que no representaremos nunca”
Llamazares, candidato por IU en Asturias, es una de las principales bazas de la coalición
Gaspar Llamazares (Logroño, 1957) ha dejado su escaño en el Congreso de los Diputados, en el que llevaba casi 16 años, para dar la batalla en la que considera su tierra. Es una de las bazas principales de IU en estas elecciones para resistir ante el vendaval de los emergentes.
Pregunta. Las encuestas auguran un Parlamento muy fragmentado en Asturias. ¿Hay riesgo de desgobierno?
Respuesta. Estamos ante un Parlamento plural en el que será necesario apurar el diálogo y gestar acuerdos, cosa que no ha hecho el último Gobierno de Javier Fernández, que se ha mostrado incapaz de lograr un consenso general en torno a las prioridades de Asturias. Doy la bienvenida al declive del bipartidismo, creo que va a ser positivo para el país. Como alternativa va a aparecer una representación pluralista, que no fragmentada, que es un término peyorativo. El reto de los nuevos sujetos es mostrar que son capaces de gobernarse, y demostrar que no solamente van a ser un cambio de actores sino que van a garantizar un cambio de políticas. Está por ver si estamos ante una nueva Transición o ante una nueva Restauración de las políticas que hemos visto durante la crisis.
P. El precedente de Andalucía es preocupante.
R. Es un precedente de los riesgos del aventurerismo político, el de Susana Díaz, que le ha salido mal, y también de los riesgos de no saber administrar el pluralismo. El PSOE tiene que bajar de su actitud prepotente y los recién llegados deben actuar con humildad. Ya han aterrizado en política, ya tienen los riesgos y los retos de la política, no pueden decir que el problema no es suyo.
P. Los sondeos dicen que en Asturias va a ganar el PSOE pero necesitará apoyos, ¿tendrá el de IU?
R. Yo no doy por ganador al PSOE, hay un abanico muy abierto que cambia por días. Nosotros seguimos optando a liderar la izquierda. En todo caso, nuestra actitud de diálogo programático siempre ha sido abierta, la cuestión es si el PSOE quiere abrir una etapa de cambio de rumbo en Asturias y si el resto de partidos está dispuesto a comprometerse. Nos encontramos en la situación actual como resultado del clientelismo, del continuismo y del agotamiento del proyecto del PSOE.
Los recién llegados deben actuar con humildad. Ya tienen los riesgos y los retos de la política, no pueden decir que el problema no es suyo
P. ¿Qué condiciones ponen?
R. Un cambio radical. Que revierta su política de privatizaciones y de especulación urbanística. El PSOE ha privatizado el agua en muchos municipios, y quieren 10.000 nuevas viviendas en Llanes.
P. ¿Por qué no ha confluido IU con Podemos en los municipios de Asturias?
R. Porque Podemos no ha querido. IU ha querido hablar a nivel del Estado en todo momento. Ahora, no se puede hacer una convergencia hipócrita, en las que converges en algunos municipios en los que IU renuncia a sus siglas, y luego te presentas en las autonomías con tu marca. Eso no vale. Eso es una política de absorción o de disolución, nosotros apostamos por una política de mestizaje donde cada uno mantenga su identidad, no donde unos anulen a los demás.
Yo creo que hay mayoría plural para el cambio o no habrá mayoría. Sería una frustración para la gente que las luchas de las mareas en la calle no tengan representación ni estén en los programas. La prioridad es que se abra un proceso de transición democrática para revertir el golpe de mercado que ha vivido España. Eso empezará en las autonomías, el gran error de Podemos es pensar que el asalto se produce en los cielos, el asalto se produce con los pies en la tierra.
El error de Podemos es pensar que el asalto se produce en los cielos, el asalto se produce con los pies en la tierra
P. IU podría perder su representación en varias comunidades y Ayuntamientos tras el 24-M, ¿es su peor momento?
R. No, he vivido peores momentos. En España sabemos gestionar muy bien la resistencia y la movilización ante políticas ultras pero no acertamos a la hora de lograr la representación política de esas resistencias. Yo viví la oposición a la guerra de Irak, fue un momento fulgurante de la izquierda social y casi acaba con la representación política de IU. No creo que ahora estemos en un momento absolutamente novedoso, aunque sí es importante. Ahora lo que ocurre es que la expectativa de IU cambia, en unos sitios será consolidar, en otros resistir y en otros ganar. Estas elecciones tienen que ser un punto de inflexión para la recuperación de IU.
P. Pero han tenido que llegar dos fuerzas nuevas, Podemos y Ciudadanos, para desafiar al bipartidismo. ¿Qué ha hecho IU mal?
R. Habremos cometido errores, pero una parte de la ira, de la indignación, no la iba a representar nunca una fuerza como la nuestra, que es alternativa, pero seria, con memoria y con rigor en cuanto a sus valores y sus propuestas. Quizás el error de IU fue no hacer una apuesta más valiente por la convergencia en torno a las europeas, pero ese tren ya pasó.
P. ¿Izquierda y derecha son etiquetas?
Presentarse como avalista del empleo privado me parece un fraude
R. No, son casi paradigmas antropológicos, es el marco en el que nos movemos unos y otros. El conservador o de derechas es patriarcal, liberal desde lo económico, plantea la desigualdad como fórmula de desarrollo social, es clerical con ribetes autoritarios. La izquierda, sin embargo, es horizontal, como plantea Lakoff en su libro No pienses en un elefante, es el espacio de la justicia social, de la igualdad, de la solidaridad, de la tolerancia. Son marcos permanentes independientemente de que alguien en un determinado momento, como el PSOE, haya hecho o no políticas de derechas. Los que rechazan esta representación se equivocan, en campaña les veo proclamar que no son de derechas ni de izquierdas pero luego llaman al voto de la izquierda. Tienen que aclararse.
P. 16 años en el Congreso. ¿Se siente casta?
R. No, hay gente que llega a la política de nuevas con las peores mañas de la política, y luego hay gente que llevamos tiempo en la política y no las tenemos. No es un problema de jóvenes o viejos, sino de formas y de maneras. Al igual que en cirugía o en medicina, un equipo tiene que resultar equilibrado. Con residentes, pero si no hay adjuntos o jefes de servicio con experiencia ese equipo no funciona. La política tiene que tener experiencia y renovación. Generalizar que el problema es la casta y que toda la casta es corrupta es esconder bajo el manto a los corruptos. Eso conecta con una parte de la sociedad española que es profundamente anti política, Franco la utilizó en su época.
P. ¿Cuál es su medida estrella para Asturias?
R. La recuperación de los servicios públicos, la participación de la ciudadanía en esos servicios y la ruptura con una gestión clientelar. Me gustaría que fuera el empleo pero tiene otros condicionantes, presentarse como el avalista de un aumento del empleo privado me parece un fraude.
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